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Música
From Dundalk to Montevideo

Just Mustard, los irlandeses teloneros de The Cure que recuerdan los cánticos uruguayos

La banda de post punk de Irlanda se presentó junto a The Cure en Uruguay, en el marco de su gira por América Latina. Esta es su historia.

30.11.2023 18:42

Lectura: 7'

2023-11-30T18:42:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Flotan, por supuesto, en los extremos más oscuros del post punk irlandés. Pero lo que mantienen de ese género tan específico es el uso del punk, el rock y la música electrónica como influencia. Just Mustard, una banda que salió de de la ciudad de Dundalk y, de pronto, está teloneando a The Cure en su gira por América Latina.

Ubicada al norte de Irlanda, tenía 43 mil habitantes, según un censo realizado en 2022. Está a medio camino entre Dublín y Belfast. A diez minutos, entonces, de una frontera. Una ciudad industrial, muy industrial. Pero también una ciudad que ha sido cuna de otras bandas como Æ Mak, David Keenan, Elephant, TPM y Jinx Lennon.

“Todos nos conocemos de grupos diferentes. Tocamos música y vamos a conciertos. Es una ciudad pequeña, todo el mundo se conoce muy rápido ahí”, dice David Noonan, guitarrista y vocalista de la banda, a LatidoBEAT.

Compartiendo la misma escena social y musical, decidieron empezar a tocar. Just Mustard, como nombre, no tiene una historia, cuenta Katie Ball en la entrevista. Con el tiempo, se enteraron que tiene significados complejos en otros países, pero para Irlanda solo fue un chiste malo que quedó.

En 2015, la banda se juntó y sacaron algunos singles y un EP que, en general, se han descartado. De hecho, escribieron canciones para tocar en la sala Spirit Store, en Dundalk.

Esas canciones, quizá, fueron el comienzo de su actividad pública. Son las que formaron el disco debut, Wednesday (2018). Ese album, del que les decían que no tenían que lanzarlo porque nadie los conocía realmente. Ese, del que pensaron que juntaría polvo en estanterías y que se vendería poco y nada. Ese, del que mandaron una copia de vinilo a un comprador en Estados Unidos, sin conocer a nadie en ese país. Ese fue el que les valió una nominación al Choice Music Prize. Ese, que les dio reconocimiento en el Reino Unido y afuera de la isla.

Cortesía de Partisan Records y D Music Marketing

Cortesía de Partisan Records y D Music Marketing

Una mezcla pseudo-electrónica. Guitarras que zumban. Ritmos de trip-hop. El sonido de las ciudades que fueron principalmente industriales. Un carácter atormentado. La voz etérea de Ball. El sonido fraccionado o el punto en que la ansiedad se derrumba en desesperación.

Letras como estas, que se encuentran en la canción “Boo”:

Tengo miedo de la vida

Lo tenía en mi mente

Lo dije todo el tiempo

Porque a los muertos no les importa

Como toda banda, hubo varios cambios antes de que se establecieran completamente. Ball y Noonan confiesan que pasaron por muchos bateristas, porque ninguno encajaba con el sonido y la forma de componer a la que querían llegar. Hasta que llegó Shane Maguire que, a partir de abril de 2017, fue incluido formalmente en la banda.

“Todos mis cantantes favoritos también son irlandeses, así que eso probablemente me influya de alguna manera”, dice Ball sobre el sonido que lograron como banda. A eso, Noonan agrega que el hecho de ser irlandeses les aportó, sobre todo, el cómo hacer las cosas.

“La influencia estuvo en hacer lo nuestro. Cuando tenés a mucha gente alrededor y podés ver que están haciendo cosas por sí mismos, te inspira a hacerlo tú mismo también”, comenta sobre la escena musical irlandesa.

En 2019, lo que los impulsó todavía más fue acompañar a la banda Fontaines D.C. (también irlandesa, también post punk, pero de Dublín) en una gira por Reino Unido.

Si su primer disco había sido autoproducido, grabado por la banda en su estudio casero de Dundalk y en Start Together Studios de Belfast, bajo el sello de artistas independientes Pizza Pizza Records, el segundo apareció con Partisan Records.

En 2020, la banda firmó con el sello, con sede en Brooklyn, y lanzó su segundo álbum, Heart Under, en mayo de 2022. Alcanzó el puesto número 17 en la lista de álbumes irlandeses.

Un dream-pop sonámbulo, dijeron varios medios especializados en música. Una oscuridad todavía más increíble que en el disco anterior.

Lo extraño, lo curioso, lo llamativo, es que es una banda que se formó sin tener una conversación sobre qué tipo de música querían hacer exactamente. Más bien, sabían lo que no hacer.

Con ese segundo disco, demostraron que, a pesar de ser un quinteto con una composición uniforme (un vocalista, dos guitarristas, un bajista y un baterista), ninguno de ellos utiliza su instrumento de manera tradicional.

David Noonan y Mete Kalyoncuogl, guitarristas, chillan, gimen, zumban, sufren como animales y como máquinas.

Shane Maguire usa los aros de los tambores de su batería casi tanto como la membrana. Metálico. Grave.

Rob Clarke, bajista, hace guiños constantes a la música de The Cure. Podría ser un ancla cayendo hacia el fondo del mar. Deja espacios que no deja un bajo normal, para dar lugar a las voces y a las guitarras en las frecuencias medias.

Katie Ball, vocalista, el punto focal de la banda. Gritos de sirena. Tan tensos como intensos. Agudos. Terribles en su profundidad.

Con el tiempo, se los ha encasillado en el género shoegaze. Hay algo de eso, es cierto, pero también han tomado como referencia el disco homónimo de Warpaint, Primary Colours de The Horrors, Bloody Valentine. Además, hay un relevancia profunda de lo visual. Es parte de la visión musical de Just Mustard, no solo en los shows en vivo, sino también en sus videoclips. El ejemplo más claro, quizá, es “Frank”, un stop-motion, escrito y dirigido por Just Mustard, y filmado y editado por Tim Shearwood.

Todo eso, esa completud en lo visual y en lo sonoro, logró llamar la atención de Robert Smith, cantante legendario de The Cure. En 2019, telonearon un show de la banda que se presentó recientemente en Montevideo, en Dublín, en el Malahide Castle junto a The Twilight Sad y Ride.

“Simplemente sucedió. Los apoyamos en Dublín y luego nos pidieron que siguiéramos con ellos en América del Sur”, explica Noonan sobre cómo terminaron acompañando a una de las bandas de rock más importantes del mundo.

Just Mustard en el Antel Arena - Foto: Javier Noceti

Just Mustard en el Antel Arena - Foto: Javier Noceti

Y, aunque encuentran en común con la música de Smith las canciones con base de bajo y varios cruces líricos vinculados a la oscuridad, Ball dice que no sabe qué vio The Cure en ellos.

“Me siento muy afortunado de poder verlos tantas veces en vivo. Tenemos dos shows más con ellos y siempre me gusta verlo completo. Se nota lo mucho que aman hacer música. Tocan durante dos horas y media. Refuerzan mi amor por su música”, dice Noonan.

Habiendo tocado ya en varios países de América Latina, ambos observan que hay similitudes entre los públicos irlandeses y los latinoamericanos, pero sobre todo en el uruguayo. No es solamente la apertura a la escucha, sino que además, en Irlanda también se canta el “olé, olé, olé”, de la misma forma que en Uruguay. Una sorpresa tanto para Just Mustard, como para los The Cure.

“Es un público que quiere involucrarse en el espectáculo y gritar. Se siente más como un espectáculo en casa”, agrega Noonan.

Just Mustard en el Antel Arena - Foto: Javier Noceti

Just Mustard en el Antel Arena - Foto: Javier Noceti

Por Federica Bordaberry