Los cierres de año traen consigo retrospección. Es inevitable. En nuestra undécima edición, la última del 2023, no solo construimos el paisaje sonoro que nos acompañó esta semana.
Nuestros periodistas y colaboradores eligieron cinco discos para recomendar. No nos limitamos al año, como dijimos anteriormente, "por qué quedarnos con un tiempo tan acotado de trecientos sesenta y cinco días".
Obtuvimos una playlist variada y ecléctica, fiel a todo aquel que fue parte de nuestro año en LatidoBEAT.
Mientras tanto, nos sumergimos en la música electrónica y sus variedades, conversamos sobre pop y les hicimos sus debidos homenajes a personas audaces. Miller, Sontag y Westood, la línea de tres con la que cualquier equipo rebelde desearía contar.
El costado queer de la noche montevideana, el disco que casi se llama Van Gogh, pero que conocemos como Artaud y el festival que se consagró en el este del país.
Si hay algo que destaca en esta, y todas nuestras playlists semanales, es que son los contrastes y matices los que destacan en nuestro paisaje.
El nacimiento del culpable de Kerouac y la Generación Beat
Un 26 de diciembre de 1891, nació el novelista estadounidense Henry Miller. Además de ser uno de los precursores de la Generación Beat, escandalizó a Estados Unidos con la crudeza de su prosa. Cansado del sueño americano, decidió dar un volantazo a los 35 años para comenzar una nueva vida. La Gran Depresión lo llevó a la vida bohemia en Paris, que luego derivó en miseria y se convirtió en la trama de Trópico de Cáncer, su ópera prima. En 1940 volvió a Estados Unidos para instalarse en Big Sur, donde continuó escribiendo y dándole vida a obras como la trilogía de La Crucifixión Rosa.
Desde el género autobiográfico y con la sexualidad como arma, Miller se propuso agitar a la sociedad y literatura estadounidense. La censura y un juicio no fueron suficientes para callar al autor, que tenía la eliminación de los tabúes como bandera. Antes de los beatniks y la Revolución Sexual de los sesenta, estuvo Henry Miller. Falleció un 7 de junio de 1980 y sus cenizas fueron esparcidas en los montes que lo cobijaron. En palabras de él, “uno debe ir siempre hacia el lugar donde no está señalado”.
Sonó "Wild Mountain Honey" de Steve Miller Band.