"Beat: la cultura como un golpe en la mandíbula". Hace exactamente dos años, una editorial se publicaba bajo ese titular. Sería tan solo el primer texto. Lo seguirían otros que hablaron de música, cine, literatura, teatro, historias. Lo que ya era bien conocido y lo que todavía estaba oculto. 

LatidoBEAT nació a partir del hambre. Hambre de cultura. Fue un salto a una piscina sin fondo. En el medio, encontramos a otros tanto o más famélicos. Escribimos hasta un hartazgo que nunca parece llegar. Sí, también perdimos cosas en el fuego. No queremos otro método. 

En esa editorial, también afirmamos "debernos a nuestra gente". Dos años después, creemos lo mismo. Aunque un día seamos rotulados como "monjes copistas" y al otro "simples mediocres". 

En una nueva edición de nuestra playlist semanal, una recopilación de las canciones que musicalizaron nuestras notas en las historias de Instagram, queremos volver a ese primer día para que todo quede claro. A esa primera editorial. A ese primer golpe en la mandíbula. 

Nacía el gran Astor 

Un 11 de marzo, pero de 1921, nacía Astor Piazzolla. La influencia de Piazzolla en el tango marcó un antes y un después en el género. Llegó a generar tantísimos defensores, pero también detractores desde una visión más conservadora. “Si todo ha cambiado, también debe cambiar la música de Buenos Aires”, respondería a la revista Antena en 1954 el compositor y bandoneonista argentino, responsable del nuevo tango y, tal vez, influenciado por sus años en Nueva York.

En su niñez, forjó un vínculo con Carlos Gardel, a tal grado que casi fue uno de los pasajeros del trágico accidente de avión donde este perdió la vida. La transmisión nítida de sentimientos a través del bandoneón, la rebeldía que conlleva confianza para reconvertir a un género musical y su legado le confieren la eternidad, por más que haya dejado de estar en este mundo en 1992. 

Sonó "Libertango" de Astor Piazzolla.