Un mini recital dividido en tres capítulos. Un mini recital filmado en vivo. Un mini recital con las canciones más representativas del primer disco de Angelero y una versión de un clásico de Alfredo Zitarrosa.

Luis Angelero es ese músico que recorrió un camino largo junto a Boomerang y que en 2021 llegó a plataformas su primer álbum solista, “Lejos”. Es aquel que destaca por un trabajo con letras directas y pegadizas, con un sonido actual que recorre diversos estilos. Participaron músicos reconocidos como Santiago Marrero (Cuarteto de Nos), Juan Bruno y Pepe Céspedes (Bersuit Vergarabat).

Has dicho que el disco, justamente, no tiene una unión conceptual, sino que es un rejunte de tus mejores canciones. ¿Qué tienen en común esas canciones?

Lo que tienen en común es que están hechas en un período de tiempo más o menos cercano. También que son bastante personales. No son tan explícitas, pero tienen distintos estados de ánimo. Yo trato de pasar mis estados de ánimo a las canciones y eso es bastante crudo porque hay como bastante desnudez. Eso es lo que tienen en común. Después, sónicamente no tienen mucho en común, aunque sí me parece que tienen cierto hilo.

¿Por qué un disco, entonces, y no simples individuales?

Yo también escuché discos, ¿no? No puedo no sacar un disco. Hay discos que son conceptuales, pero después hay otros miles que no, que son rejuntes de canciones. En ese momento era como se vendía la música.

Ahora, se vende por single. A mí no me interesa sacar miles de singles porque tampoco estoy haciendo la música que está re de moda. Además, para mí las canciones van en un disco. No saqué el disco físico y me falta algo, es como si no hubiera sacado un disco. Capaz que lo hago después, de fisura nomás.

Pero es eso, es un tema de que yo escuchaba discos. Toda mi vida tuve discos en carpetas, nunca escuché playlists, no puedo ni escuchar shuffle en el iPod. Es temas de ese disco, no puedo escuchar artistas salteados. Salvo en un boliche, no pasa nada. Pero en el día a día no.

¿Cómo fuiste llegando a cada canción, si no es conceptual el disco?

Yo lo que hago es ir componiendo. Siempre estoy componiendo bastante. En un momento, yo estaba dirigiendo todo hacia Boomerang que era mi kiosko y ponía todo lo mejor de mí.

Había cosas que no entraban, o que rebotaban, y caían en una carpeta. De repente, en esa carpeta tenía veinticino canciones y dije, “voy a hacer algo con esto, es horrible ver carpetas ahí con cosas”. Igual, la mayoría de las cosas no tienen que salir, está bien que se queden. Tampoco es que tenés oro siempre, está lleno de porquerías y, a veces, te sale una buena.

Entonces, en algún momento se me empezaron a juntar canciones que me parecía que estaban buenas. Incluso, dentro de Boomerang empecé a gestionar este disco. Las canciones que no iban a Boomerang las ponía en otras carpetas y hasta pensé en hacerlo con otros artistas. Había grabado las baterías con Nico, incluso. La disolución me hizo apretar el acelerador nomás, pero ya lo venía haciendo.

Pasaste de hacer coros a ser cantante, ¿cómo te lleva eso?

Sí, un viaje. Ahora estoy bastante más cómodo, pero al principio fue todo un tema. No por vergüenza, sino por cantar bien porque cantar bien es un huevo. No hablo de afinar, hablo de cantar.

Todo esto es una búsqueda, siempre, es como un puerto. Después, te vas a otro. Obviamente, vas a aprender mucho si te mandás, lo hacés y errás.

¿Cómo te cambió cantar durante las presentaciones en vivo?

En 2020 tocamos tres veces. La primera, fue en PYG, una fecha mía con Victoria Brion. Esa fue la más difícil porque me sentí como que había hecho todo mal, pero en realidad no estaba tan mal. El segundo tocamos en Plaza Mateo y me sentí bastante más cómodo. Después, hicimos otro en Bluzz Bar.

Para mí es cuestión de darle, ya fue. No puedo pensar mucho tampoco porque se hace camino al andar. Cada vez soy menos peor.