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Contenido creado por Sofia Durand
Música
Bravos muchachitos

Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado y su resiliencia ante lo “inesperado”

Baltasar Comotto y Gaspar Benegas, integrantes de la agrupación, hablan de su próxima presentación en Montevideo.

12.03.2025 18:03

Lectura: 9'

2025-03-12T18:03:00-03:00
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Por Sofía Durand Fernández
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Vestuarios, actuaciones, música. Jóvenes de diferentes ramas artísticas que se juntan y se las rebuscan para pensar qué traer a la mesa.

Este ambiente fue el caldo de cultivo de una de las bandas más trascendentes de la historia del rock argentino. Sea por la música, o por todo el culto alrededor: desde las presentaciones en vivo hasta las contadas declaraciones a la prensa motivadas por el deseo de continuar en el under

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota llegó a su fin en 2001. Una implosión que tuvo como consecuencia la creación de diferentes proyectos con la intención de mantener vivo todo aquello. Skay Beilinson, guitarrista del conjunto, continuó con su banda solista. Sergio Dawi (saxofonista), Semilla Bucciarelli (bajista) y Walter Sidoti (baterista) fundaron La Kermesse Redonda (Los Decoradores). 

También nacieron Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. La banda que armó el Indio Solari, líder de los Redondos, y que pudo darse el lujo del "pogo más grande del mundo", el 11 de marzo de 2017 en Olavarría, mientras sonaba "Jijiji". Los que heredaron el mote de "misa ricotera" para referirse a sus shows.

En febrero de 2023, todo lo construido se vio en peligro a los ojos del público tras el anuncio de Solari: se retiraba de los escenarios. “Desgraciadamente para mí, para mi gusto, el Parkinson va progresando. Pero bueno, es lo que hay y hay que presentarle batalla”, declaró. 

Sin embargo, Los Fundamentalistas continuaron, y aún continúan. Al principio con reticencia, pero con el aval de Solari. Ahora, establecidos y convencidos de que pueden seguir aportando a la historia que comenzaron hace ya más de 20 años. 

El 5 de abril se presentarán en el Velódromo Municipal de Montevideo. Las entradas se pueden adquirir aquí

Foto: KVK

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La última vez que vinieron a Montevideo fue en 2022. También se presentaron aquí en sus inicios como banda. ¿Cuál es el vínculo con Uruguay? 

Baltasar Comotto (B.C.): Es un país hermano en el que hemos hecho varios conciertos con el Indio y los Fundamentalistas. Siempre es un agrado. Montevideo es una ciudad muy linda, y la gente es superhospitalaria, muy fan de los Redondos y del Indio.  

Gaspar Benegas (G.B.): Es un punto de partida, porque nuestros primeros conciertos como banda fueron dos en La Plata y uno en el Velódromo, en 2005. Éramos muy jóvenes y eran nuestros primeros conciertos, nuestro primer viaje como banda. Siempre que venimos nos remite a ese momento. La primera vez nunca se olvida.  

Hay dos momentos fundamentales en la historia de Fundamentalistas: uno es la creación de la banda, y el otro es la retirada de Solari de los escenarios. En ambos casos, la respuesta del público fue positiva. ¿Cómo vivieron ustedes estos dos momentos? 

B.C.: Por ese entonces había una expectativa y un mundo nuevo para nosotros. Si bien yo conocía su música y había visto a los Redondos alguna vez en Obras, no tenía mucha idea del marco, de la euforia del público y de la devoción hacia el Indio por sus letras y canciones. Eso lo reconocí en el correr de los discos, las grabaciones y los conciertos que se fueron dando posteriormente a Tesoro de los Inocentes (2004). 

G.B.: Esta sería la tercera vez que pasa algo inesperado con la música del Indio. Los Redondos crecieron sin ningún inflador, sin nada. Empezaron a tocar en lugares de 50 personas y después de 500, de 5.000, de 50.000. Nosotros ya empezamos en lugares de 50.000, de 200.000. Esta es la menos esperada de todas: sin él la gente nos acompaña y sigue creciendo. En el último concierto nosotros viajamos a Baradero y la gente se trasladó, fueron alrededor de 50.000 personas que se trasladaron al campo para vernos con los Fundamentalistas, en esta formación sin el cantante líder y compositor de las canciones. 

Durante mucho tiempo el Indio decía que teníamos que tocar y nosotros decíamos que no, que él tenía que tocar con nosotros. Él decía que estaba retirado de los escenarios, entonces para nosotros la banda se había acabado y no íbamos a tocar sin él. Después de cuatro años parados, hicimos un concierto por Martín Carrizo. Ese fue el disparador de la banda.

Foto: KVK

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Ambos integran otros proyectos, además de Los Fundamentalistas. ¿En qué les retribuye poder moverse en diferentes espectros de masividad?

B.C.: Todos tenemos otros proyectos en la banda, pero son instancias diferentes, contextos distintos, y está bueno que sea así. Está buena la bajada a tierra, la otra realidad de tocar para 50 personas en un bar y disfrutarlo. Es el origen: uno empieza a tocar para muy poca gente, después va cambiando un poco y va vinculándose con otros proyectos que son distintos y enriquecedores. Estar en los ensayos, en las grabaciones, ver cómo labura el Indio en el estudio o cómo se trabaja en Los Fundamentalistas son cosas que también le sirven a uno para su carrera individual.  

G.B.: Está bueno permitirse eso y tener la suerte de estar en esos lugares tan distintos. Si fuera todo tocar en estadios se te patinaría la cabeza. Hacerte de abajo, buscar tu público y presentarte con tu música es sano para uno, para poder desarrollarse como músico y completarse con sus propias canciones. Como dice Baltasar, bajar un poco a la realidad ese glamour de tocar en primera, con asistentes y para 50.000 personas donde está todo dado, para después meterse en una combi y hacer una gira compartiendo habitación.

Está bueno mantener un equilibrio y no creérsela. Durante 20 años nos permitió estar en Fundamentalistas y a la vez tener la realidad de que somos trabajadores que tenemos que ganarnos el pan tocando. La manera romántica y no la manera mercenaria. Uno tiene que tocar para vivir, es lo que uno eligió para hacer. Fundamentalistas por ahí toca una vez al año, yo necesito tocar todos los fines de semana. Siempre fue así. 

¿Cómo funciona la coordinación entre todos? 

G.B.: Cada vez que está la "fundallamada" dejamos todo de lado y priorizamos esto. Es nuestra prioridad máxima.

B.C.: También se da naturalmente. A veces, el Indio nos llama para colaborar con El Mister y los Marsupiales Extintos, que es una gran alternativa que está generando nuevas canciones constantemente. A veces lo llama a Fernando, a Gaspar, a mí y se van publicando esas canciones a lo largo del tiempo. Es el arte de coordinar los horarios.  

Foto: KVK

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En la actualidad han propuesto versionar temas en vivo, algunos inéditos como "Honolulu", y luego subirlos a plataformas. ¿Cómo surge esta visión? 

B.C.: Va cambiando y nos vamos sorprendiendo con las cosas que van sucediendo. De hecho hay canciones que son un flash escucharlas cantadas por Deborah y Luciana, porque siempre hubo una voz masculina que era la del Indio. Entonces hay versiones o temas con los que nos sorprendemos nosotros mismos. Siempre está bueno ese riesgo y esa novedad. Estamos buscando de manera constante hacer cosas que en los shows anteriores no hicimos, o incluir una canción que ha sido poco utilizada o que generalmente no escuchás. Canciones que por ahí nos llaman la atención a nosotros, tanto sea de la carrera del Indio como de Los Redondos, que no sean las canciones estándar que estás acostumbrado a escuchar. La vez pasada, Gaspar cantó "Sheriff", una cosa flashera, porque es un tema que no se ha tocado mucho en vivo. La disfrutamos un montón y tuvo buena repercusión en la gente.  

G.B.: Muchas veces los temas son difíciles de abordar por la onda que tienen Los Redondos, por la impronta de la época y entonces los tenemos que versionar un poco a nuestra onda. Y muchas veces los temas son muy de disco, no son tanto por el vivo. La otra vez hicimos “Espejismos”, que es un tema muy lento, y a mitad del tema le metimos una batería medio Zeppelin y un arreglo de cuerdas para darle una cosa más épica y eso no estaba en el disco. A veces hay que hacer eso que es muy divertido y también muy atrevido. Pasa que por algo tampoco están tan tocadas, son temas muy de estudio. Tenemos ganas de hacer algunos temas que nunca tocamos y que son muy de estudio, muy tranquilos, no tan de estadio, pero tenemos que juntarnos y entre todos rearreglarlos para convertirlos en una canción de estadio y que tenga otra dinámica.  

¿Volverían al estudio a hacer algo nuevo sin el Indio?  

G.B.: Después de El ruiseñor, el amor y la muerte (2018), hicimos como siete canciones junto al Indio en el estudio. Fueron un poco trabajadas a distancia y no tanto en el estudio de él, como los discos que se hacían íntegramente en Luzbola y que había que ir ahí. Algunos los laburamos en nuestros estudios. Hicimos la experiencia de ir al estudio con la banda y la batería, pero cada vez es más difícil hacer algo así, meter camiones en Luzbola y meter a un montón de personas. Cada vez hay un ámbito más cerrado porque el Indio está cuidándose mucho por su salud y su entorno es cada vez más pequeño, no le podemos caer con 20 personas. Un poco la idea de Los Fundamentalistas es representar la obra que hicimos con él y la obra de Redondos, porque desde que empezamos a tocar fueron parte del repertorio, son parte del subconsciente colectivo y son parte de la historia de todos.

A nosotros nos gusta hacer los cinco discos que hicimos con el Indio e ir con eso, no tenemos la idea de grabar nuevas canciones y mucho menos sin él. Dependemos de su voluntad y de su buen humor para hacer canciones, pero con los cinco discos que grabamos tenemos un montón de material para armar repertorio, sumado a los discos de Los Redondos, que son todos temas buenos. Temas sobran.   

Por Sofía Durand Fernández
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