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Contenido creado por Federica Bordaberry
Galgomundo
Escribe Felipe Reyes

Los diarios del Galgo y su razón de ser: 18 de marzo

Felipe Reyes estrena el primer texto de “Los diarios del Galgo”, que están vinculados con Galgomundo y con su forma de existir

18.03.2022 11:05

Lectura: 13'

2022-03-18T11:05:00-03:00
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Gracias al Galgo es viernes. La vez pasada estaba en un café y me puse a escribir algo tan largo que, cuando se lo hice llegar a la Inspector Stewart (1), me dijo que capaz yo lo podía leer otra vez porque era mucho, y mucha información, como reacción en cadena de la cual nadie se salva, ni siquiera el que la provocó. No soy entreverado porque me gusta, no asocio porque la complico, lo que hago no es por gusto. Algunas veces parece que la culpa es del payaso de los viernes, pero no es culpa de ese o de ninguno que vaya a sonar en una canción de Mark Lanegan, que pronto se fue. Más veloz que un circo que abandonó un pueblo. Para fortuna de algunos, antes estuvo en la Trastienda sin Mack The Knife, pero con un trío extraño, donde lo único garantizado era su persona y su voz sagrada de whisky y nicotina.

Gracias al Galgo es viernes. Repito como el beat que promete aparecer la semana que viene (aunque ya apareció). Para este Gracias al Galgo es viernes, lo primero que pensé fue: qué tal si lo hacemos random. Eso nunca falla, puede ser siempre una buena idea. Pero puede haber otra para el viernes, que es correr las cortinas. La persiana ya está arriba, salir al balcón y hacer una buena nota de voz que se convierte en nota de aire. Que diga:

Welcome back al diario de Galgomundo, pero estaría todo el sonido distinto a uno del que se quejaba Tom Waits en aquel disco de los peces espada y los trombones. Si me encuentro con este que no me debe plata, a diferencia del fugitivo Dylan (2), le pregunto qué quiso decir con eso del título del disco porque los sonidos de la construcción, siempre molestando, como dice la canción en ese, sé bien a cuáles se parecen. Los acabo de mencionar y aparece uno típico que viene como de la Rambla y la esquina de un Juan que, salvo por ese María después del primer nombre, sería un Juan Pérez a secas con “z” al final.

No salgo al balcon a grabar la intro de este programa porque ya estuve antes en ese lugar, en esa silla, y el problema no es la silla, o el balcón, capaz el piso 3, donde abajo podría haber una veterinaria. Hay algo con el nombre de la Colonial (3), prenden todas esas heladeras y cosas que precisan para funcionar. Llega eso hasta arriba, sin que nadie los haya invitado a participar. Igual que los camiones en la esquina, siempre mal estacionados, y los casilleros de los bebidas de refrescos y cerveza. Y todo lo que eso implica, las esperas para pasar por la única puerta cuando hay clientes que hacen cola adentro para pagar, las charlas de rebote que llegan: ahora entregamos acá y después nos queda allá. Solo les falta decir por suerte gracias al Galgo es viernes.

Esto quiere decir que debo ir hasta la Plaza Gomensoro (4), debajo del árbol de las magnolias y decir, “viva la radio”. Volver al asunto de que estaría muy bueno que hagan llegar un foto del lugar donde escuchan el diario de Galgomundo, porque con eso participan en el primer galgo-concurso fotografico y, además, nos hacen tan felices como un perro cuando mueve la cola o un galgo de ocho ruedas como los de la Onda. Pega carretera.

De las otras cosas importantes para decir, además de que gracias al Galgo es viernes, está esa que empezamos a decir ahora y no paramos hasta el año que viene con más de veintidós nombres. Se viene el reparto de los Galgo Huevos en este bendito país, diría aquel buen hombre que los domingos en la tele tomaba grapa miel y decía que lo miraban y escuchaban ocho en aquel monitor plástico. Los apellidos de aquel buen hombre que una vez soñó con Julia Roberts, para los que lo saben y los que no, eran Sánchez no te enganches y otro que, si le cambias la “P” por la “L”, pica y no vamos a decirlo en la radio.

Los asuntos con las letras, cuando hablamos de estas, no es tan complicado. Cuando decimos que hay un Galgo alfabético en el que pueden participar si envían una nota de voz que se convierte en una de aire, como esta, cuando dicen “viva la radio”.

El galgo alfabético funciona más fácil que aquella que aquel aparato eléctrico de cocina que decían la una, la dos y tres, como una trituradora Moulinex. Esa cosa del demonio que hacía tantas cosas para que cocinar sea más fácil, que poner de a 30 segundos en un microondas y no hablo de un cuchillo a 220 para cortar el pavo a fin de año.

Tan fácil como un uno, dos, y tres: elijo un artista que tiene una letra en el nombre o en una canción.

Con la A, por ejemplo, uno medio desconocido. Alasadir Roberts, que tiene seguro una con un nombre que no me acuerdo, pero seguro el Galgo sabe cual poner.

Con la B se me ocurre que Ben Kweller puede estar bien y aquella que se llama On My Way y cuenta la historia de alguien que va a aprender karate, para no usar una bala.

De la C vamos a tomar más dos. Una de Carlos Casacuberta y otra de la amiga Cat Power, conocida como Chan Marshall, que promete una gira por Europa que la lleva hasta la luna de Valencia en julio, donde iremos a escuchar Could we, el nombre de la canción que vamos a poner con la lógica de todo con C. C for Cat, you cat the power.

La E es buena cuando es la de Eels. Nunca está mal ir directo al disco ese en que dicen ellos que van a ir a la casa de Susan.

Con la F podían ser los Foo Fighters, pero no Ariel (5), esta vez no. Con la F tiene que ser The Final Cut de Pink Floyd por los tiempos que vivimos. Te cambio nombre de artista, por el nombre de disco y canción, querido Galgo Alfabético. No creo que eso sea un problema para vos. De hecho, vamos bajando en escalera caracol por el abecedario.

De la G puede ser Groove Armada, pero no quiero escuchar eso que dice I see you baby, haciendo eso con your ass. Mejor que suene un disco de la banda que usa dos veces la G y dos veces de la misma manera. Que suenen los Gus Gus en Galgomundo, con aquel disco que se llamaba o decía have a polyester day.

Con la H no son los hijos de punta, porque nunca formaron una banda, eran más bien un programa de radio, con un jingle con jota. Con la H que vengan los que les gustaba construir y hacer simples en Inglaterra cuando competían con los Smiths sin la pólvora de un pariente lejano.

Play a una que dice que está Build y enseguida después y de ellos también la que dice que luz es siempre del color, que da paso en un semáforo. Para no decir color de lo último que se perdió, cómo puede tener esa cosa un color, y en el caso que lo tenga que sea el color preferido de Cecilia (6), que es el azul.

Con la I, del Idiot Wind, y no hay mucho que inventar, I am a real wild child, cantaba la Iguana, o Iggy Pop. Del disco que se llama exactamente igual a lo que estoy haciendo yo ahora, Bla bla bla, tomamos el hit.

Llegando no a los monos, acariciando a lo áspero, nos juimos con la J, y con todas las canciones de JJ Cale que se precisen para completar esto con el nombre de gracias al Galgo es viernes. Coautoría con Gabriela Pintos (7) a quien agradezco siempre.

Espero que en el banco de la plaza donde está el árbol, de donde ya no robo más magnolias (que igual se van a caer) haya un sonido no tan bueno como aquel del bosque en Bella Vista, pero parecido con algún pajarito dispuesto a bailar en el rock de Galgomundo, el de Paul Higgs. Hay que saber usar los intervalos en los que no para uno de esos que llaman bondis y no colectivos de fin de año.

No se olviden nunca que los discos giran mejor gracias a Larrique Rulemanes y que pueda que Playa de los Pocitos sea finalmente el lugar donde este gracias al Galgo es viernes nació.

Ahora sí, no se habla más. Quién sabe, María Isabel (8) capaz algún día lee los Galgos, los Galgos de Sara Gallardo.

1) Inspectora Stewart: entró oh so very young a trabajar En Perspectiva en Radiomundo. En los días tempranos se hizo cargo por un tiempo de los que cantaron en Galgomundo. En su primera aparición tuvo que investigar a pedido del Galgo cada cuánto tiempo cae en la ciudad de las luces un rayo en la torre con "E de estafador" que la vendió dos veces. Fue ahí que adquirió su nombre y no importa cuántos rayos más caigan en la torre, o si la más en la bota de los tanos se acerca más al piso. La que no es la sobrina de Al o nieta de Rod, no va a pasar de Inspectora a Señora Stewart o Lady Midnight, aunque aquella primera vez que dijo el apellido de Sincerly L. Cohen, casi se gana ese último.

(2) El fugitivo Dylan: ya sabemos quién es el del apellido y por qué cambio de Bob a como le decía Tommy Lee Jones a Harrison Ford en la película que se basaba en una serie de los años en los que nací y mi tía compraba el disco con el nombre Four Way Street. Cuando el que iba a preso por lo que pasa siempre, con los culpables, por un crimen que no cometió, el que se ocupaba de las búsqueda dijo: el nombre del fugitivo es Dr. Richard y un apellido con K, busquen hasta abajo de la tierra, y para ser más claro con un megáfono citó varios ejemplos de dónde podía estar. Como el caso del que compró la Ronda, nunca giró la plata, y ahora sólo queda buscar en cada gira, estudio de grabación o ser humano que por las noches sale a caminar con peluca disfrazado de Sra. Dylan o se bajas dos cuadras antes del Cilindro para entrar al Cilindro y rebotar en todas las paredes con el sonido de su banda.

(3) La Colonial: donde no hay una veterinaria, pero una vez hubo un boliche con el nombre de Baiuca o algo así. En la esquina de Juan María con P de Pérez y Pancho Vidal en los Pocitos, funciona esta que no sólo vende quesos y de no ser sucursal de otra con el mismo no nombre, habría una veterinaria más en esa manzana del barrio de los Pocitos donde tantos perros pasan por la cuadra y tanto ruido hacen los que no sólo venden quesos con esa línea larga de heladeras con sus fríos adentro y motores en línea afuera. La orquesta del sonido blanco que sube tres pisos, molesta a esa altura y te mata si tenés que esperar a alguien sentado en ese murito del edificio Astoria. Era mejor guardar el auto en el garage y escuchar lo bien que lo pasaban en aquel boliche fundado en los días de magic y fundido luego en los días post la luna en la calle Pereira.

(4) Plaza Gomensoro: la misma de siempre, bastante pobre ella abandonada, salvo cuando le barren las hojas y los de seguridad la recorren. En una nota que mi padre publicó hace como 60 años atrás, contaba en que no-buen estado estaba y lo mucho que se parece al actual con el cartel que llevaba su nombre sin ese o un nuevo que le vayan a poner, cuando se ocupen mejor de ella. Los ómnibus siempre frenan bien en tiempo y forma a pocos pasos del árbol de las magnolias. Una vez pedí prestada una escalera a un portero amigo para hacer algo prohibido que no quiero decir ahora. Hacía cosas tontas, como las canciones tontas de amor.

(5) Ariel: operador histórico y actual de En Perspectiva en Radiomundo.

(6) Cecilia: la santa patrona de la música. Querida hija, viene de tres canciones, de alguien que cuidaba el Galgo por las noches en la puerta de la Ronda y del segundo nombre de mi madre. Decidimos de común acuerdo con la tuya propia madre que ese iba a ser tu nombre. Cecilia, que cuando no bebe la copa de los Buenos Muchachos, es "te he visto llorando, en la sombra llorabas por mí" (gracias Darno), o la que tu tía cambia la letra, pero que en realidad dice esto: you are breaking my heart, I am begging you to come back home.

(7) Gabriela Pintos: productora de En Perspectiva, cierto. Verdadero que después de eso viene algo tan contundente, humano, amable y creativo como la canción de Lambchop que calza también como un anillo o sus palabras de fin de año cuándo su hija pasa de sexto escuela a lo que viene el año siguiente y la aplauden como bien merecido le corresponde por eso y por haber quitado a Dios y puesto al Galgo en gracias a este último y no el primero viernes.

(8) María Isabel: no se habla más, más bien intenta leer en menos tiempo que On the Road the Jack de las ruedas, el libro de la adorada Sara Gallardo que al no estar la China disponible le tocó a la joven y ocupada actriz en sus ratos libres, cuando no está bailando con el Galgo en un charco, leer hermosante con su voz; los galgos, los galgos. Como diría Susy not Q, medias Silvana, por supuesto. Ojala lo logre para antes del reparto de los Galgo huevos.

Galgomundo sale en vivo a través de Radiomundo, 1170 AM, los viernes de 13:13 aproximadamente hasta las 14:00 horas, los sábados de 14:04 hasta las 18:00 y los domingos desde las 18:00 hasta las 22:00 horas.