Johana es de Iquique, Chile. Es enfermera, pero se jubiló y ahora se dedica a su empresa de estampados. Padece "Parkinson juvenil". El Parkinson es una enfermedad degenerativa que, por lo general, se asocia a adultos mayores. Como dice ella, son "super pocos" los afectados en su rango etario. "El Parkinson no son solo temblores, también es rigidez", explica. 

Todo esto se puede aprender en un TikTok de menos de un minuto subido a la cuenta de Lucho Miranda. El intercambio se dio en uno de sus shows de stand up. 

"Ha sido bastante divertido conversar con gente con discapacidad porque, a través del humor, hemos podido hablar de la inclusión, de discapacidades que no se conocen tanto. Es genial que a través del humor se pueda dar un tipo de información y tocar otros temas que la comedia no estaba tocando", dice Miranda en entrevista con LatidoBEAT

Lucho tiene 30 años y nació en Chile. Pasó ocho minutos sin oxígeno al nacer, lo que le causó una parálisis cerebral. Entrenó hasta convertirse en atleta paralímpico y en 2015 ganó una medalla de oro en los Juegos Deportivos Nacionales de Chile. También estudió Contabilidad y llegó a ejercerla.

Pero ninguno de estos logros son la razón de ser de esta entrevista. 

En la pandemia, descubrió que quería dedicarse al humor. Y así empezó en el stand up. Herramientas digitales como TikTok e Instagram llevaron a que sus espectáculos se viralizarán y llegarán más allá de Chile. "La globalización que generan las redes sociales es genial. Y a mí me gusta ir a la segura, no me gusta hacer pruebas y ver qué pasa", cuenta el comediante. 

El 28 de marzo presentará "Oscuro", su espectáculo, en el Teatro Stella de Montevideo. Las entradas se pueden adquirir aquí

Cortesía de la producción

Hace un tiempo manifestaste tus ganas de presentarte en otros países además de Chile. Ahora que lo lograste, ¿cómo te sentís al respecto?  

Estoy muy feliz de poder llevar mi comedia a diferentes lugares. En Uruguay me habían hablado mucho para que fuera. Yo digo que son metas y sueños que no tenía. Cuando empezaron a hablar mucho de Uruguay pedí que hagamos lo posible para ir. Ahora que salió la fecha estoy muy contento.  

Antes de ser comediante, estudiaste y ejerciste en Contabilidad. ¿En qué momento y por qué decidiste cambiar de rumbo?  

El humor siempre me gustó, pero de contable no la pasaba bien. No me divertía en mi trabajo, tampoco me pagaban mucho. Entonces dije: “¿Y si me dedicó al arte, a la comedia?”. Empecé a probar mientras seguía trabajando de contador y la pasé muy bien, disfrutaba de lo que hacía. Justo llegó la pandemia y me hizo elegir la comedia. La pasaba muy mal como contador, y la verdad soy pésimo en eso. Tengo una hermana que me pregunta cosas contables y le digo que no sé, que se me borró todo.  

¿Qué opinan tu familia y amigos de tus espectáculos? ¿Van seguido a verte? 

Sí, mis amigos van más. Mi familia va cuando hago shows en la región. Antes mi familia se enojaba más porque hablo cosas personales, me decían, “¿qué van a decir los tíos? ¿Qué van a decir los vecinos?”. Pero ahora entienden que es humor, que son cosas que están exageradas para hacer reír.  

Cortesía de la producción

¿Cómo ha cambiado tu relación con el humor a lo largo de los años? 

Mucho. Antes la pasaba bien y ahora es trabajo, entonces he tratado de profesionalizarme mucho más. Quizá para mí hay cosas que son muy chistosas, pero para el público no. Entonces tengo que pensar en lo que a la gente le da risa. Ha cambiado mucho mi forma de ver el humor.  

Hacés muchos chistes sobre la discapacidad. Más allá de que la gran mayoría surge desde la primera persona, ¿es fácil hacer humor con ese tema?  

No, es bastante complejo. Aunque lo intento apaciguar durante el show, es difícil hablar sobre la discapacidad con mucha comedia en un show de stand up en el que la gente viene a disfrutar. Todavía hay una recepción distinta hacia diferentes tipos de chistes. Creo que depende de uno como comediante hacer que el chiste sea bueno, si algo resulta incómodo para el público es porque yo no tuve el talento de hacerlo cómodo.  

¿Es común que vayan otras personas con discapacidad a ver tu espectáculo? 

Al menos una o dos personas a cada show, de esas dos personas al menos una interactúa y puedo conversar. Ha sido bastante divertido conversar con gente con discapacidad porque, a través del humor, hemos podido hablar de la inclusión, de discapacidades que no se conocen tanto. Es genial que a través del humor se pueda dar un tipo de información y tocar otros temas que la comedia no estaba tocando.  

¿Te hubiese gustado ver a un comediante que tocará los mismos temas que tú cuando eras más chico? 

Me hubiese encantado. Lo que se usaba antes era que comediantes sin discapacidad hicieran chistes sobre la discapacidad, o chistes sobre tartamudos y gangosos. Eso era muy clásico. Al menos en Chile, no sé en Uruguay. El chiste estaba bueno, pero quizá el lugar no era el correcto. Hubiese estado bien que una persona con discapacidad hiciera chistes sobre su condición.  

Cortesía de la producción

¿Ayuda a quitar lo solemne?  

Sí, porque mucha gente ve la discapacidad como algo terrible, como que la persona está sufriendo constantemente, eso de "pobrecito". Y es una condición que desafortunadamente quizá cueste más en el día a día, pero es la misma que puede tener una persona que quizá tiene todas sus facultades, pero tiene problemas en la casa o en la oficina. La vida en sí es difícil, entonces pensar que la vida de una persona con discapacidad es más difícil no está bien. Es cierto que el humor es bueno para romper ese hielo y ese estigma que mucha gente tiene.  

¿Cuáles son tus siguientes metas?  

La idea es seguir viajando, seguir buscando más ciudades y países para poder actuar, dependiendo de la cantidad de gente que me hablo. Ahora vamos a Uruguay porque mucha gente de allí me dijo que vaya. Entonces sé que ahí hay un público expectante. Sé que hay mucha gente de España, de México, de Colombia, de puerto rico, entonces esa es mi meta para el próximo año.  

¿Las redes sociales son herramientas fundamentales, entonces? 

Sí, TikTok e Instagram son lugares en los que el contenido se hace muy viral. Sobre todo en el stand up. Es muy difícil ver la nacionalidad, a veces veo TikTok y me llegan videos de Argentina, de Colombia y de diferentes países. La globalización que generan las redes sociales es genial. Y a mí me gusta ir a la segura, no me gusta hacer pruebas y ver qué pasa.