—Estamos bárbaros, gracias —digo.

Me equivoco, me escucho errar. No la miro. Tengo vergüenza. A ella no le importa. Sonríe. No dice nada.

Lucía Seles es quien aparece en la foto de portada. Su cuerpo es ese. Aunque su nombre, su identidad, se fue transformando con los años. Nació como Diego Fernández, pasó a ser Rocío Fernándes y ahora es Lucía Seles, nombre con el que dice que se mantendrá hasta que muera.

Argentina (aunque se dice chilena). Directora de videos y de obras de teatro. Creadora y guionista de lo suyo. Actriz. Ganadora de varios premios internacionales. Música. Bandoneonista. Guitarrista clásica. Perdida entre los tangos. Compulsiva de hacer listas. De ordenar sus horas. Dueña de una caligrafía cursiva infinitesimal. Autosometida a su voluntad. Grafómana. Obsesionada con las confiterías. Ganadora de premios, varios, relevantes. Generadora de confusión entre lo estructurado. Dueña de una voz cálida, dulce. Agradecida. Romántica. Buscadora de hechos estéticos. Solitaria.

No puedo evitar encorvarme, apoyar los codos sobre la mesa. Ella también. Hacemos una cueva de cuerpos, nos mostraremos sonrisas, nos contaremos historias sobre lo más íntimo que alguien puede contar: la soledad de cada una. No siempre lo hago cuando entrevisto. Imagino que ella tampoco cuando es entrevistada. Pega de costado, es inesperado.

—Perdón, ¿te molestaría que me prenda un cigarrillo? —pregunto.

—Para nada, al contrario.

—Tengo tabaco, no sé si fumás.

—No, no, pero no sabés cómo me molesta que ahora la gente no fuma en ningún lado.

***

Las películas de Lucía Seles, a las que ella llama videos, vienen siendo, según Cinemateca, el mejor secreto peor guardado. Comparten entusiasmo con el jurado del último BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) de este año, que le dio el Gran Premio del Jurado por terminal young (2023).

Se trata de la cuarta parte de una tetralogía, Tetralogía inconclusa de odio desencadenada, que se encuentra actualmente en la cinemateca uruguaya y que permanecerá en cartelera hasta el miércoles 29 de noviembre. Dentro de este grupo de cuatro también participan Smog en tu corazón (2022), Saturdays disorders (2022) y Weak rangers (2022). Hasta que no salió la última este año, en la crítica se hablaba de una trilogía con ese mismo nombre.

“Más que la trama, lo que mueve la historia es la interacción entre los personajes. Lo que importa son los fragmentos, imágenes y conversaciones que se van entrelazando de una forma que es al mismo tiempo eficiente y mágica. Al principio no se entiende, parece una locura, pero hay método en esa locura, hay una lógica propia que funciona a la perfección una vez que el espectador la acepta y la abraza”, escribió Manuel Soriano en Caligari, la revista de cine.

Y, a ello, agregó: “los personajes giran en torno al complejo de tenis, y lo que queda en la pantalla es un remolino humano, frágil, hipnótico, existencial”.

“Me parece que la reunión está a la altura”, dice y saca de un bolsillo de su campera varias biromes de colores. Me muestra su libreta, donde anota todo. Las horas del día, a qué están destinadas, lo que ve, lo que piensa, lo que se le ocurre. La abre sobre la mesa y las hojas debajo suyo se vuelven un espejo de lo que tiene tatuado en el lado izquierdo de su rostro.

***

Le digo que hay un fragmento (un fragment, diría ella) de texto de Idea Vilariño que debe leer. Le hablo de él, se lo describo brevemente. No lo tengo presente, pero es lo que viene a continuación.

Esperándolo. No dijo hora. Arreglé el caos de la costura de ayer, jazmines del país, diario, salus, whisky, baño, jazmín, comida. A las nueve llamó para avisar que venía -casi dormido, dijo-. Son las once, 30 grados a esta hora. Toda la casa oscura; todas las ventanas abiertas. Noches en los jardines de España, el quinteto de Bruckner, hermosos, angustiosos. Desnuda, con un poco de ropa blanca y el salto de cama blanco colgando en el espejo, de pronto, un fantasma. Vagando por la casa, llegando hasta el frente para ver si se hacía la raya de luz debajo de la puerta. Y se hacía, a veces, pero aquí no llamó nadie. Por ratos, en la oscuridad, recostada en un marco, miré, fuera del tiempo, fijamente esa puerta, el lugar de sus pies rompiéndola. Una de las veces conté hasta 39 -son 39 escalones- según los golpes de mi pulso lento, para esperar mejor. Después me recosté en una cama de allá adelante. Pero desde allí veía el cielo claro de verano, la puerta, no sé, me ponía una angustia en el pecho, sentí que iba a llorar, y me fui al lado de la radio. Tomó el taxi con sueño y dio su dirección; se quedó dormido donde estaba; vino y tocó abajo, como ha pasado, vendrá todavía. Bueno. Debo agradecerle estas dos horas serias, graves, hermosas, apasionadas, mi propia increíble belleza de hoy, la música, el silencio, los vuelcos de mi corazón cada vez que se prendió la luz, los desmayos cada vez que la vi apagarse, la integridad, la intensidad de estas dos horas de amor.

Lo escribió una noche que esperaba a Juan Carlos Onetti, que nunca llegó. Es, quizás, uno de los textos que más gravemente contacta con la soledad. Existe dentro de un libro llamado Vida escrita, de la editorial Cal y Canto, que reúne textos de y sobre Idea Vilariño, sobre todo en su adultez. Por suerte, ese es el libro que Cinemateca le regaló a Lucía Seles.

“Fue algo única su forma de susurrar, su malestar”, dijo Lucía. Posiblemente, la mejor palabra para describir la poesía de Idea Vilariño: susurro.

“Estas películas son, entre otras cosas, un experimento con el lenguaje y las formas de comunicación”, escribió Soriano y seguramente no sea casualidad que ese mismo viernes Lucía Seles, mientras charlaba en la presentación del ciclo con Agustín Acevedo Kanopa, comparara la muerte de Idea Vilariño y Delmira Agustini.

“Las dos eran solitarias y, cuando se encuentran en el cielo, ¿quién termina siendo más feliz? ¿Idea vilariño porque vivió sola, porque para mí la mayor felicidad es estar sola y vivió muchísimos años, o Delmira Agustini que quiso vivir sola, pero murió muy joven? Que haya un incidente en el cielo entre ellas dos, perdón la cierta simpleza, para ver quién fue más feliz de las dos”, explica Lucía.

Aún de forma más obvia, agrega: “Hoy también voy a hacer una comparación entre Benedetti y Onetti. No es literaria, es en la forma de hablar. Escuchás hablar a Benedetti y te das cuenta de cómo la fama lo organizó y lo entristeció, porque vos lo escuchás hablar y te das cuenta, pero lo escuchás hablar a Onetti y no sabés lo que va a decir”.

En Montevideo, Lucía Seles bajó de su hotel y se tomó el ómnibus 121. Bajó cerca del comienzo de Av. 18 de Julio y caminó hasta la Cinemateca. Logró lo que necesitaba para amar Montevideo: entrar a alguna confitería. Dijo que estuvo en Sportman y en Facal, donde se fascinó con la escultura de Gardel. Un Gardel que podría haber sido hecho ayer, dijo el sábado pasado previo al comienzo de una de sus películas.

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01 (cerouno). Odio

No es la más mala organización.

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¿Podrías decir que has dedicado tu vida al texto?

Sí, sí. Es una pregunta tan ordenada, y clásica, y verdadera sobre lo que es. Es así. Estudiar música y anotar todo. Es eso. Como una guardia infinita, más que ninguna médica, más que ninguna enfermera, más que ninguna cirujana. Osea, es una guardia constante para anotar todo. Así, desordenada, pero sin parar jamás. Y a estudiar música.

Me hablás de estudiar música, pero yo te hablé de texto. Es cierto que la música tiene una parte que implica anotar. Un ejemplo son las partituras. ¿Vos incorporás el texto desde ese lado también?

Sí, sí. Esto no es respuesta a lo que me decías, pero no sabés la colección de partituras que tengo. Tengo una colección de partituras de guitarra clásica de las más grandes. Debo tener más partituras que Alfredo Escande, que es un especialista en guitarra clásica que hay acá.

También soy bandeononista y, aparte, también de tango tengo dos millones de partituras. Una de las cosas que más amo en la vida es ir a imprimir papeles, o imprimir partituras. Hay momentos que esto lo uso en algunas obras de teatro. Digo que entro con una emoción a imprimir partituras que la persona que me atiende no está a la altura para atenderme porque es demasiado.

Se abruma.

Claro, se abruma y se preocupa.

Porque no puede contenerte.

Claro. Todo igual con discresión, pero se me escapa la emoción a la hora de escribir.

Hay algo que sucede en las ciudades que es que, de repente, hay papeles escritos o impresos tirados en la calle. O cuadernos. ¿Te detenés a mirar?

Yo levanto… ¿ubicás lo que son los folios? Es donde se guardan los papeles. Yo levanto folios por la calle y los lavo, los guardo. Rescato todo ese tipo de cosas. Te hago una desviación. En una obra yo uso una técnica que son agradecimientos. Tengo escritos más de mil cien agradecimientos y hay uno que dice “gracias por enseñarme a levantar cualquier basura de la calle y regalarla como si fuera algo importante”, toda una confusión por ese lado. Pero, absolutamente. Sí, sí, soy muy cercana a la basura desde el lugar más ilusionado ese. Desde la máxima ilusión y que no es basura. No se sabe qué es basura.

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02 (cerodos). Desencadenar

No sé.

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¿Qué encontrás en esos textos?

Es tal el colapso cuando encuentro algo asi que después caigo en otro colapso y no llego. Si encuentro un cuaderno capaz que no llego ni a leerlo. Ya es tal la emoción que me da por encontrar algo así, sea un cuaderno, sea un folio, sea un pedazo de azulejo.

Me gustaría hablar contigo sobre tu forma de percibir el lenguaje. El lenguaje, sabemos, es una institución y tiene sus reglas. Vos decidís mantener algunas, pero otras romperlas. ¿Por qué?

Eso es, más que nada, nunca hacer lo que no quiero. Jay un montón de cosas que uno no quiere hacer, porque las odia, porque le resultan aburridas, tediosas, inmundas, sobre todo en la estética. Si una no hace nada de eso que le molesta, sí o sí hacés otra cosa. Respeto esa negación. Soy ultra respetuosa de las órdenes que me doy.

Soy muy autosometida a todo lo que me exijo. Este es mi control horario de autosometimiento. Todas las horas controladas. Cada vez que empieza una hora me anoto acá el número, pero más que nada se da porque tengo tantas autoprohibiciones nerviosas, que después sale otra cosa producto de no hacer nada de lo que me molesta.

Tenés tu propia institución, digamos.

Sí. Buena síntesis. Absolutamente.

La mayoría de los grandes artistas, si hay algo que tienen, es disciplina. ¿A vos te pasa? ¿Está vinculado a eso?

Absolutamente. No sabés lo sometida que soy a mis órdenes. Y eso es todo. Para mí misma tengo que trabajar mínimo 36 horas. Y siempre trabajo más. Eso me lo dio la música. Más que nada el sometimiento y la concentración. A mí me gustan mucho las monjas, las respeto mucho. Hay que sufrir primero, para después tomar la Pepsi.

Siempre tuve esa línea, pero la transforme en una institución. Te pongo un ejemplo. Siempre tuve trabajos malísimos, siempre trabajé de cualquier cosa, y como iba siempre concentrada a trabajos que igual iba sola, me ponía condición de que nadie me podía hablar.

Uno de los trabajos era que llevaba cosas por todos lados y no sabés lo que amaba llegar a diferentes localidades. Para mí es lo mismo llegar a una localidad que llegar a Alemania. Es todo lo mismo, es una con su mente. Pero me acuerdo un día que iba a San Justo, que es una localidad que me gustaba mucho ir porque tiene un centro que me gusta, y siempre me encantaba ir sentada. Un día, iba parada. Pensé algo y lo anoté, como siempre. Ahí llegué a la conclusión muy básica, la de mi institución, que es que qué buena empleada de mí misma que soy.

Yo doy la orden de decir, “hacé eso” y lo cumplo. Para mí eso es lo más importante, ser buena proletaria de una. Porque cuando alguien te manda es fácil, no te queda otro remedio, pero cuando no tenés alguien que te manda… El cuerpo no quiere someterse o cumplir, prefiere cosas más simples.

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03 (cerotres). Inconcluso

Ah, claro, por la tetralogía. Desencadenar inconcluso es todo por el romanticismo. La inconclusa de Schubert, todo lo que pueda unir. Aparte, odio desencadenada en realidad es una asociación de la canción que hace Elvis que es “Melodía desencadenada”. Yo de golpe escuché eso y terminé con odio desencadenada, pero es porque me puse muy contenta con esa canción. Entonces, termina llamándose así. Me gusta que pude responder.

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El cuerpo es vago.

Sí. Entonces hay que tener tu sistema, es una industria. Yo le llamo romanticismo industrial.

Hay una contradicción, aunque no necesariamente, en esto de la industria y el vínculo con el arte. Por lo general, tratan de apartarse, pero también si uno no trabaja no llega a producir nada coherente.

Absolutamente. Si uno no trabaja, ¿qué hacés? Es una verguenza. Eso me lo dio la música. Cuando estudiaba bandoneón de más chiquita, como estudiaba 06 horas por día, ahí ya me quedó. Como si fuera una persona que fue a la guerra. Si fuiste a la guerra, algo te queda. Ya saber que 06 horas por día estudiaba sí o sí, me armó como una fortaleza. Siempre mis horas van hacia algún destino. Y sino van a un destino de autosometimiento seleccionado por mí, no sabés lo mal que la paso. Igual, por suerte, no existe esa situación. No existe.

Me comparabas recién con la guerra. Genera fortalezas, pero también traumas. ¿La música te traumó en algún sentido?

No. Tengo la suerte de poder someterme. Es una suerte. Porque te juro que no es que me iba bien. Osea no me iba para nada bien, pero yo igual estaba tan feliz. Estudiaba mil horas. Después tenía que tocar y temblaba y me ponía nerviosa y no podía tocar.

Escribía dos millones de cosas y nadie las leía. A mí ni me importaba. Y no sabés lo feliz que era. Yo a mi mamá le decía, “vos tenés que pensar que soy como una monja”, y es eso. Es una suerte. Es tan bueno poder combinar el sometimiento con la felicidad, encontrar un promedio de fe y respeto.

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04 (cerocuatro). Caos

No me interesa eso.

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¿Creés que es una cuestión de carácter?

Bueno, sí, todas tenemos algo. Sí, tiene que ver más con el respeto. Más con el respeto y el orgullo de una y la verdad. Es eso. No mentirse. O tener un nivel de mentiras muy confuso. Si quiero estudiar música, tenés que estudiar muchas horas. Es decir, si decís quiero ser eso y no lo hacés, tenés que diagnosticarte bien, con la verdad. Yo odio todos los tratamientos y nunca haría nada de eso, odio todo ese mundo, pero el asunto es decirte la verdad.

¿Qué lugar ocupa el texto para el video?

En mis videos el texto ocupa lo justo y necesario, todo en función del romanticismo. Quiero que los videos sean románticas, que sean así. Que sean videos, porque no es lo mismo un video que un libro, que un disco. Son todas disciplinas distintas y yo detesto, por ejemplo, en las canciones, que a veces se llama una canción poética a una canción que se habla de la naturaleza. No, eso para mí es una idiotez. No es una canción poética. Una canción poética es una canción mexicana.

No va por ahí la poesía.

No, claro, pero viste que se confunde con ese tipo de cosas. Para mí es eso, como que ocupa lo que el romanticismo le deje y el montaje me va guiando.

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05 (cerocinco). Ella

Tampoco, no sé qué decir.

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A Foster Wallace una vez un periodista le preguntó qué era para él el arte. El respondió que el arte es sobre ser un ser humano. ¿Qué es para ti el arte?

Te voy a responder de forma muy divertida. Es contemplación, venganza, diversión. Eso.

¿Venganza?

Sí, la palabra no me gusta. Me gustaría más en inglés: revenge. Yo inglés no sé, pero, revenge. Algo así como todo eso, pero cerquita de una monja.

A las monjas se las ve de afuera y parecen quietas, pero hay algo mucho más grande sucediendo adentro de esa monja, que es espiritual, ¿sentís que te pasa algo similar?

No, no. Yo estoy concentrada. Para mí, nada más, estoy más concentrada que los demás. Es eso.

He leído que no te gusta que te hagan entrevistas. ¿Por qué?

No, ni si quiera sé. Lo que pasa que como tengo tanta obra, tantos estilos y todo como que ya hablo harto por la obra. Me preocupa mucho no parecerme a nadie a la hora de responder. Odio cuando las directoras hablan y digo “mirá las cosas que está diciendo”. Osea no puedo creer.

Pero es más que nada porque me gusta mucho también cuando escriben, que escriban sobre lo que ven. También eso, tengo tanta obra que con todo lo que hablo con mi obra… es eso.

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06 (ceroseis). Él

Tampoco.

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¿Sos partidaria de que la obra habla sola?

Sí, que el edificio es la obra y esto es como un accidente mínimo. Esto es como que nos encontramos las dos en un ascensor y estamos las dos apuradas. Con respeto.

Explicame la razón de tu cambio de nombres, por favor.

No tiene importancia. Ahora yo sé que hasta que me muera voy a ser Lucía Seles y figurar como si fuera chilena, aunque en realidad no soy chilena de Concepción. Ahora justo pude estar finalmente en Concepción. Voy a ser seguro hasta que me muera ese nombre, pero no tiene una razón importante.

¿Lúdica?

Es como parte de la patente. ¿Viste que los edificios tienen un estilo de timbre? Tomalo como algo así.

Te preguntaba porque tú, que sos una persona muy cuidadosa con las palabras, no habrás elegido los nombres en vano. ¿Por qué esos y no otros?

No tendría profundidad la respuesta.

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07 (cerosiete). Cine

Tiene el valor de tener el poder de los camiones y los taxis y los autos.

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La Rolling Stone hizo referencia a que es el mismo apellido de una tenista yugoslava.

Sí. Puede tener que ver con eso, pero tampoco me parece un orgullo para andar defendiéndolo. Es una combinación media rara que hice entre un músico que se apuñaló y el nombre de la tenista. Ni me gusta mencionarlo porque prefiero mantenerlo en silencio, por respeto a la persona que se apuñaló, a la tenista que apuñalaron, como un cruce de todas las cosas.

¿Qué considerás que ganás, o que te aporta?

Confusión y vacío.

Que es muy útil para la obra, también.

Sí, suma detalles.

¿Tiene alguna implicancia política esa decisión?

No. Nada de lo que hago tiene que ver con eso.

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08 (ceroocho). Letras

Cuidadoras.

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No llamás cine a lo que hacés. Sin embargo, no solo has ganado en festivales de cine, sino que estás acá en Cinemateca, un lugar que hace ciclos de cine, ¿por qué pensás que llegaste hasta acá?

Primero, no sabés qué orgullo estar acá. No sabés qué lindo estar acá, un orgullo total. Aparte una a la Cinemateca también la vincula más con directoras muertas. Yo de chiquita iba mucho.

Es un orgullo estar en cinematecas estando viva, me parece como una medalla. Tendría que ir acompañado de un diploma funerario casi. Es un orgullo tremendo estar acá. Estoy gracias a Cinemateca y a Manuel Soriano que escribió todo eso. Estoy muy agradecida a él, que no lo conozco. Para ser simple y no ser tan rara, para mí es que los demás son muy malos. Todos los que hacen videos son muy malos.

¿Cuál es la diferencia entre película y video?

A mí no me gustan los términos de las disciplinas, entonces prefiero decir “video” porque sino “película” engloba un montón de cosas. Engloba una familia diciendo “¿hiciste una película?”. Un montón de cosas. “¿Se puede ver la película?”. Genera un respeto fastidioso.

Ni que hablar que está vinculado a una industria detrás.

Pero que aparte es vergonzoso porque hace dos mil años que se puede hacer videos con nada casi. No se asumió para nada esa situación. No se asumió para nada. Se mantiene en el mismo edificio, como una persona que de golpe se muda y sigue creyendo que vive en un lugar que no vive.

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09 (ceronueve). Camuflaje

Nada para decir.

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¿Por qué música en tu vida?

Para mí estudiar música es como el destino más hermoso que hay en la humanidad. Y eso que no sabés lo que me cuesta. En esto soy súper rápida, tengo reflejos buenísimas. En la música soy como una secretaria ejecutiva. Es solo leer las partituras y me cuesta horrores, pero no hay destino más hermoso que estudiar música, es el destino más hermosa que una puede vivir.

¿Es inevitable para ti?

Sí. Acá tengo bordado esto que dice “moriré como guitarrista clásica”. Acá también. Para mí el estudio de la música es lo más hermoso que se puede hacer en la humanidad. Lo que más respeto son los músicos. Para mí no hay comparación entre lo que es una música y una directora de cine.

Cualquier música clásica, para ser decente, tiene que estudiar dos millones de horas. Un director de cine, una directora de cine, puede ser cualquiera. Lo que más respeto son los músicos. Nunca me iría de un concierto de música clásica. Sí me iría del 95% de las películas o de las obras que veo. Pero todo mi respeto a los músicos.

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10 (diez). Confitería

Lo que más me gusta. Eso es como una desesperación mía que lo único que me interesa es ir a confiterías. Yo llego a una ciudad y es lo único que me desespera. Enseguida me hago la lista de confiterías en todas las ciudades y mi única diversión es sentarme en confiterías que den a una ventana. Mi máxima diversión. Después puede ser ir a un estadio de básquet, pero eso es como un facilismo de mi vida, que es lo que más me gusta. Me acuerdo que llegué a Praga y estaba caminando por una zona que era medio alpina y no había confiterías. Me estaba re fastidiando y lo empecé a comparar como si fuera Bariloche, como diciendo “esto no me interesa para nada”. Me tomé un colectivo y, de golpe, encontré la confitería más linda del mundo. Me enamoré de Praga porque estaba la confitería y ya está. Empecé después a poder tener más en la lista. Eso como un facilismo mío.

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¿Por qué videos en tu vida?

Por lo que dijimos recién, implica otra expresión.

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11 (once). Cero

Un adorno.

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¿Por qué teatro?

Teatro… ni sé como llamarlo. La semana que viene estreno 04 obras. Son diferentes cuadernos. Tengo la suerte de que, como una casa de artículos de librería que tiene 04 marcas de cuadernos, yo puedo ingresar en cualquier disciplina porque tengo hartos discos grabados y soy decente para diferenciar los géneros.

Yo sé que hay fragments que nunca podrían ir en un video, fragments que nunca podrían ir en una obra de teatro y fragments que nunca podrían ir en una composición musical o en un libro. Y, después es eso, ninguna disciplina me asusta.

El teatro tiene algo de que puede chocar. El video no porque sale de mi computadora, pero hago obras casi sin ensayar con el mismo grupo que hacemos las peliculas y eso puede chocar. Hasta ahora no chocamos, pero no sabés cómo puede chocar. En caso de chocar, lo único que importa es que sea mi culpa, que todo sea mi culpa.

Cada tanto usás palabras en inglés, ¿qué le falta al idioma español?

Eso es porque hay palabras en español que me molestan porque las escuche muchas veces o las relaciono con ciertas cosas. Son como molestias insanas que tengo, porque no tienen una justificación. No me gusta esa palabra, entonces busco una en inglés. Y no sé inglés. Es como de nervioso fácil. Todo lo que no me gusta digo que no. Todo eso se cimentó desde el aislamiento más extremo. Nadie puede venir, ni Idea Vilariño, ni nadie, a decirme “yo soy más solitaria que vos”. No.

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12 (doce). Isla

Detesto la naturaleza y amo las ciudades.

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En la revista del British Film Institute, Sight and Sound, se seleccionó a Lucía Seles para votar en la octava edición de “The Greatest Films of All Time”. Participaron 1.639 personas, entre directores, críticos, programadores, curadores. Todos eligieron diez películas.

El perfil de Lucía Seles dice: guitarrista clásica y grafómana. Chile. Votó estas películas y comentó lo siguiente:

Berlin Alexanderplatz (Rainer Werner Fassbinder, 1980)

when I watched it again not so long ago it disappointed me a bit + when I watched earlier was almost what helped me + in my life

(cuando lo volví a ver no hace mucho me decepcionó un poco + cuando lo vi antes fue casi lo que me ayudó + en mi vida)

Ich will doch nur, daß ihr mich liebt (Rainer Werner Fassbinder, 1976)

it was almost the = to playing the four seasons greengrocer, also by Fassbinder

(fue casi el = para jugar al verdulero de las cuatro estaciones, también de fassbinder)

weak rangers (Lucía Seles, 2022)

i chose it 4 it has some of the films, including themselves + beautiful in the universe

(lo elegí 4 tiene algunas de las películas, incluidas ellas mismas + hermosas en el universo.)

europe 16 (Lucía Seles, 2022)

it truly has the film-fragments + romantic of the universe

(realmente tiene los fragmentos de película + romántica del universo)

Stroszek (Werner Herzog, 1977)

i chose it 4 who i am + serious and romantic when watching things like

(lo elegí 4 quién soy + serio y romántico al ver cosas como)

Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)

i chose it because with this film the + beautiful cine jazz that could ever exist was born

(la elegí porque con esta película nació el + hermoso cine jazz que alguna vez pudo existir)

vivir en sevilla (Gonzalo García Pelayo, 1978)

i chose it because it has the = freshness and beautiful violence as mama roma by pasolini which was one of my + loved films that do not make it into the list

(la elegí porque tiene la frescura y la violencia hermosa de Mama Roma de Pasolini, que fue una de mis películas favoritas que no figuran en la lista)

The Disenchantment (Jaime Chávarri, 1976)

i chose it even though i do not respect in any way its director. he was lucky to come across that family at the time and he had a spectacular editor.

(lo elegí aunque no respeto de ninguna manera a su director. tuvo suerte de encontrarse con esa familia en ese momento y tuvo un editor espectacular.)

The Bad and The Beautiful (Vincente Minnelli, 1952)

i chose it 4 the religion the planes and the truth
(lo elegí 4 la religión los aviones y la verdad)

Elephant (Gus Van Sant, 2003)

i couldn’t make up my mind between elephant and bottle rocket which is one of the films i adore + beautiful ending + i chose elephant 4 its industrial choppin = as europe 16 which is another of the films i chose.

(No podía decidirme entre elefante y cohete de botella, que es una de las películas que adoro + hermoso final + elegí elefante 4, su corte industrial = como Europa 16, que es otra de las películas que elegí.)

Otros comentarios

other female filmmakers’ lists almost always disappoint me. very rare and boring.

(las listas de otras cineastas casi siempre me decepcionan. muy raro y aburrido.)