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Contenido creado por Federica Bordaberry
Cine
Registro de contracultura

Mamá era punk, el registro joven cultural del carácter de los ´80

Estrenado en 1988, dirigido y escrito por Guillermo Casanova, marcó el sentir de una generación posdictadura.

05.07.2022 15:27

Lectura: 4'

2022-07-05T15:27:00-03:00
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La situación era tan compleja, y hay tanta cosa dicha, no dicha, y mal dicha, que quizá el resumen sea la mejor opción para entender ese contexto. El resumen que, por esencia, se asume como insuficiente. El contexto era este:

Uruguay se recuperaba de un período oscuro, no democrático. Aunque en 1985 la dictadura civico militar terminó, de forma oficial, las razias y las detenciones policiales continuaban. Gracias a esos años de dictadura, y de posdictadura, en que la libertad de expresión no estaba del todo resuelta, un sector de jóvenes creativos y enfocados en la cultura cuestionaron todo. A sus mayores, al gobierno, a la política, a lo conservador.

Una generación nueva, esa que creció en dictadura y que ahora se veía libre, empieza a formar una contracultura en la que las artes se presentaban de forma crítica en contra de la situación política.

Y cómo sucedía esto, es decir, qué forma tomaba:

Comienzan a aparecer intervenciones. Una de ellas, el taller de Clever Lara que, según Fernán Cisnero en una nota para el diario El País, se trataba de “tremenda usina cultural”. Otra de ellas, Arte en la lona, un festival multidisciplinario en el Palermo Boxing Club.

Este último se desarrolló en Montevideo entre el 15 y 24 de abril de 1988, con la intención de que coincidiera con la Tercera Muestra Internacional de Teatro de Montevideo, organizada por la Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay. Y sus organizadores, algunos símbolos del desorden de la época: Gustavo Escanlar, Rosario González y Carlos Muñoz.

La actuación del del grupo Clandestino en el jardín del Museo Nacional de Artes Visuales, que terminó con el procesamiento del cantante, o las presentaciones de Los Estómagos. Las revistas contraculturales y los fanzines, como el ejemplo de GAS.

Y de todo eso hubo, y hay, archivo fílmico. Guillermo Casanova, que después dirigiría películas como El viaje hacia el mar, combinó todo eso. Combinó entrevistas, análisis, presentaciones artísticas, y la estética punk de los ´80.

Pasó eso, Guillermo Casanova registró el carácter joven y cultural de los ´80 en Uruguay. Lo hizo con un documental llamado Mamá era punk, que cuenta con una duración de 37 minutos y que se estrenó el 28 de octubre de 1988.

Lo hizo con un uso innovador del video, con un tema claro (la represión, las razias y el deseo de los jóvenes de emigrar de un país en el que sentían que no tenían espacio), con manifestaciones artísticas capturadas, con una banda sonora hecha a medida por Los Inadaptados de siempre (que incluye a Andy Adler, el que cierra el documental), con un formato que se burla de lo tradicional (como un libro audiovisual en el cual las diferentes secciones quedan señaladas a través de créditos coloridos, con un prólogo y un índice), con cuatro capítulos (“Silbando bajito”, “Pájaros filosóficos”, “Azul de triste” y “En la lona”), con imágenes de otros documentales (Me gustan los estudiantes de Mario Handler en 1968 y Liber Arce, Liberarse de Mario Handler, Mario Jacob y Marcos Banchero en 1969).

Y resultó en el fantasma del exilio como una opción para aquella generación y, al mismo tiempo, la revelación de una generación en estado fermental, ebullicioso. Casanova, hace tanto tiempo, puso en evidencia la energía de esa juventud que quería crear y que quería respirar libertad.

Ganó, además, Mejor documental en el Certamen Nacional de cine y video del SODRE (1988), Mejor música original y mejor montaje en Festival de Cine de Bogotá (1988), fue seleccionado para la Internacional Public Television Screening Conference, INPUT en Estocolmo (1989).