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Contenido creado por Sofia Durand
Música
Crudo y sin autotune

Marcelo Cross: “Yo siempre le escapé a lo obvio, mis gustos musicales son amplísimos”

El líder de Cross habla sin pelos en la lengua de cara a sus próximas presentaciones en Montevideo.

17.03.2025 17:04

Lectura: 17'

2025-03-17T17:04:00-03:00
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Por Marcos Motosierra
marcos.motosierra

Reconocido e ignorado. Venerado y malinterpretado. Amado y odiado. No hay camino fácil para acercarse a la persona, banda y obra de Marcelo Lilienheim, mejor conocido como Marcelo Cross.

Lo que sí se puede afirmar es que carga con la cruz de ser el mayor mito under vivo del rock uruguayo. Y no por casualidad. Siempre en la frontera, en la encrucijada del artista maldito donde se mezclan la realidad y la fantasía, el talento, la autogestión y el autosabotaje y, en definitiva, ganar cuando parece que se está perdiendo (y viceversa).

El hombre cuenta con sobradas credenciales para apuntalarse un presente de contradicción y leyenda. Pionero del heavy metal devenido en mesías psicodélico y salvaje. Poeta de la decadencia y padre de familia. Cronista del lado oscuro y coleccionista de discos. Uruguayo y argentino. High class y lumpen.

Pero, sobre todo, auténtico a sí mismo y a cierta forma de observar e interpelar la realidad que no transa con el precio que eso se cobra, ese que no se puede pagar porque no se puede comprar. El que te otorga para siempre una complicidad con el más allá.

En vísperas de dos nuevas presentaciones de Cross en Montevideo enviamos a Marcelo una serie de preguntas vía mail tratando de mantener el espíritu de una conversación coloquial. Crudo, directo y sin auto-tune.

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

El 17 de marzo Cross abre para The Damned y el 13 de abril junto a The Fuzztones. Contale a los que no sepan de qué se tratan esas dos bandas.

Damned es la esencia del punk inglés. Se dice que sacaron el primer 45 punk, “New Rose”. Pero en realidad el primer 45 lo sacó The Saints (Australia) en septiembre de 1976, “I’m Stranded”, una tirada ínfima editada por Fatal Records. De todas formas, si se entiende que la primera banda punk inglesa fue The Social Deviants, con Mick Farren y compañía, o Third World War, ¡ya estaríamos hablando de una tradición muy larga!

Los discos de Damned me acompañaron durante casi toda mi existencia, en walkman, discman: en todos los dispositivos y formatos. Su comienzo es explosivo, Machine Gun Etiquette (1979) es un top 5 y su transición al after-punk fue exquisita. Who’s Paranoid, del 2008, es quizás un legado impresionante que pocos sopesan. Nada de cancha, ni huevada pasatista. Estos señores siempre supieron bien que fue lo que los precedió, lo que hacen es fino. Posiblemente esa sea la razón por la cual no influenciaron a casi nadie por estos lados.

Fuzztones o Protrudi es la principal escuela de garage rock de los 80 y 90, responsables directos de que el retro sixties o neo garage haya emergido. En lo personal, sus discos significaron una revelación, fue por ellos que descubrí a los Blues Magoos, Music Machine, Sonics, Seeds, Count Five, y no paré nunca más. La sala de ensayo que tenía en Montevideo, en los 90, se llamaba “El Garage”, y no fue por casualidad. El logo eran las dos Vox cruzadas, como el logo de la banda. Pocos se daban cuenta y menos aún conocían de que iba la cosa. En el 92 fui a Canal 5, al programa Ruta Libre, con una remera de Fuzztones, el video está en YouTube. "¿Pero este tipo no era metalero? Qué carajo es esa remera?".

Yo siempre le escape a lo obvio, a esta altura supongo que ya se sabe. Musicalmente hablando, me apego a un estilo sobre el escenario, pero mis gustos e intereses son amplísimos y se remontan muy atrás en la historia de la m?música.

En un audio me tirabas la idea de hacer un canal de streaming que se llame GARCHA TV. ¿Cómo sería un canal conducido por Marcelo? ¿Cuánto tiempo te parece que duraría al aire?

GTV, o todo lo que nadie les contó sobre el rock local e internacional. Sí, estaría divertido. Un canal virtual que, en lugar de dedicarse al mainstream y al fake, diga cosas medio en serio, medio en broma, con una selección de música “a la John Peel”,  muy sarcástico pero nada hipócrita.

Todo el establishment mediático, sea de donde sea, es mentiroso e hipócrita, con personajes deplorables que confunden a la población. Odio la palabra influencer, ¿qué es eso? Cuando dicen enseñar algo es en realidad para mostrarse ellos. Si de verdad tienen algo bueno que ofrecer, queda de todas formas en un segundo plano. Lo importante no es el conocimiento, sino ellos, su exposición, su yo gigante que se revienta fácil como cuando acercas un alfiler a un globo. Ni que hablar del “arte”, tal cosa dejo de existir. Los adolescentes ya están demasiado confundidos, son casi irrecuperables, tienen toda la data, pero en el fondo no entienden nada. Menos aún de rock que es, a esta altura, algo anacrónico. Parece que descubrieron My Bloody Valentine cuando los encerraron, ¡qué alucinante! No los culpo, en el próximo lockdown descubren Spacemen 3 o Swans. A mi entender, lo realmente impresentable es la franja que va desde los 25 a los 40. Esos medio hipsters con la barbita de peluquería, muy tecno ellos, les vendieron la IA y las crypto y todavía no cayeron que todo eso se lo van a meter por el upite. Bueno, en realidad sí se dan cuenta, pero 33 segundos antes de perecer súbitamente.

Pappo dijo una vez: “Hay que hacer un frente para eliminar a los tontos”. El tiempo y la matrix donde sobrevivimos lograron que la propuesta ya no tenga sentido por impracticable. El sistema procreó y educó varias generaciones de tarados, ya estaríamos hablando de una “estupidez congénita”. La idiotez como forma de vida, lo liviano como código. Quizá mi forma de pensar esté posdatada, pero me siento cómodo siendo una reliquia viviente y aún pensante.

¿Cuánto duraría el canal? Nada, lo sacarían del aire al segundo programa. Además necesitas un gamer para matizar y que no se aburran. ¡Dudo que algo así funcione!

Foto: Cortesía de Moebit Films

Foto: Cortesía de Moebit Films

También me decías que nunca te preguntan qué es lo que realmente pasó en los 90 acá y en Buenos Aires. Hay una historia oculta y que recién ahora se empieza a contar. Sin embargo, Cross siempre parece quedar fuera del relato a pesar de ser una parte fundamental de todo ese período. ¿Por qué te parece que sigue pasando eso?

Yo llegué a Buenos Aires y tuve la suerte de dar con Andrea Carrera, hoy más conocida como “La Tori”, quien fue mi pareja durante unos tres años aproximadamente. Andrea era una excelente poetisa, imaginate a Alejandra Pizarnik pero punk. Ella me introdujo al ambiente anarco-hardcore y toda la cuestión de los fanzines, que era donde ella se movía y tenía sus amigos. Recorrí todo el under, festis, teatros, squats, mucho cine arte y personajes muy particulares. Por eso toqué en el Parakultural, el primero de la calle Venezuela y después también toqué en el de Chacabuco. En general, la gente de esa escena subte siempre me miró semi de reojo y en ninguno de los dos fanzines top de la época aparece alguna nota o entrevista completa a Cross, quizá alguna reseña para mirar con lupa. Sí hay notas en los zines menos “importantes”, los de esos pibes que hacían las fotocopias sin creerse nada. Todo era muy dogmático. En uno de los fanzines “estrella” se pasó de la obsesión por V-8 a la obsesión por el punk, y en el otro de Crass a los Stooges. Fue así, ¡casi de golpe! Alguien ecléctico como yo quedó fuera de la conversación. Por otro lado, mi agenda venía de hablar de drogas y estos la iban más para lo político.

Cross pasa por el under porteño llevando gente, pero casi sin dejar rastro, como si hubiera sido una banda de forasteros de paso. Acá los de esa época me conocen bien, pero nunca entendieron ni mi poesía, ni mi profunda retórica antisistema. Es notable cómo hoy el discurso de esa gente fue deglutido por lo establecido.

En otro plano, muchos “amigos” con discográficas indie se la pasaron sacando discos que hoy nadie recuerda ni dejaron legado alguno. Chuchu Fasaneli, de Radio Tripoli, me dijo un día algo así: “Sí, Marcelo, yo sé que vos sos onda El Robe de Extremoduro, pero acá esas cosas no caminan”. Creo que le erró. Cross jamás tuvo apoyo en ésta orilla y solo dejó un puñado de fieles entre la clase más humilde del conurbano. Después, al mudarme nuevamente a Montevideo en el 94, se perdió la continuidad.

A Montevideo llegué con mucha ilusión de reencontrarme con mis músicos amigos. Si bien existía una escena y tocamos mucho, también es cierto que permanecimos independientes y sin apoyo.

En ese tiempo salieron de mi sala cosas que, a la postre, fueron fundamentales para el futuro próximo, pero eso no se vio hasta pasados los 2000. De la mano de algunos cosas mediocres el rock uruguayo se hizo parte del rock popular argentino, nos hermanamos en mediocridad blanda y progre, y la película sigue siendo idéntica o peor.

Estás radicado en Buenos Aires hace ya un par de décadas. En estos últimos 20 años has mantenido a Cross con vida a pesar de los años, los cambios de formación y los vaivenes políticos, económicos y culturales que sacuden a la Argentina. ¿Qué tipo de evolución has visto pasar en la escena under y cómo se ubica Cross dentro de ese proceso? ¿Y en Uruguay qué?

Ya son 27 años que vivo de corrido acá. Evolución musical ninguna, más bien lo contrario. Hace rato que digo que el tiro de Cobain es también el tiro del final del rock. Lo que sí puedo decir es que a principios del siglo XXI vi cosas con un potencial impresionante que lamentablemente no tuvieron el apoyo que merecían. Me refiero puntualmente a tu banda, “Motosierra”, y creéme que no adulo. Ustedes deberían estar tocando en Europa. De acá, Los Lotus, lo más fino de esa escena neo revival high energy a la MC5, por eso esa base toca conmigo. Dios nos cría…. También de allá los Silverados, que son una banda de rock n’roll muy prolija, a la Stones con un toque raw.

Después del 2012 todo empezó a diluirse, las bandas que tuve oportunidad de ver son algunas que me hicieron de soporte, pero no eran mejores ni aportaban novedad alguna. Hoy no sé nada y creo que tampoco me interesa saber, a pesar de que soy muy curioso.

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

Sos uno de los mayores coleccionistas de vinilo de Latinoamérica. ¿A qué obedece el creciente interés del vinilo por parte de los consumidores en un mercado musical dominado por Spotify? ¿Es una vuelta a las raíces que consideran a la música y al formato físico como algo más humano, auténtico y real, o es puro negocio y esnobismo?

En el 98 llegué a Buenos Aires para zafar de las drogas. Venía muy golpeado, alrededor de los 27 me la vi jodida, vi la muerte de cerca. Entonces canalicé mis obsesiones en el coleccionismo. Además, me procure un medio de vida en la compra y venta de discos. Todo va de la mano. Investigué mucho en la escena latinoamericana psicodélica y progresiva de los 60 y 70. Con María, mi esposa, descubrimos a Los Knacks y fuimos los responsables de devolverlos a la vida. También colaboramos con la única edición de Los Shakers hecha en el Reino Unido por Big Beat Records "Los Shakers – Por Favor / CDWIKD 2001", que salió en el 2000. Todo de onda, por amor a esto que nos mantiene vivos y es la música.

Respecto al coleccionismo actual de vinilos, es puro esnobismo.  En realidad, escuchan las playlists espantosas de Spotify que destruyen la obra en s?i y se compran el vinilo, hiper remasterizado al punto de sonar como un CD, para escucharlo 2 minutos, que según Yahoo es el tiempo máximo de atención que pueden prestar, porque en realidad no pueden despegarse del móvil. De todas formas, es muy bueno que se sigan prensando vinilos y eso se lo debemos, de alguna manera, a los DJs de los 90 que mezclaban cosas que en su mayoría no me gustan. De hecho, nunca me gustaron los remixes de nada, pero volvieron a instalar la Technics MKII y el cajoncito con vinilos en las rockerías y bares.

Gracias a eso me gané la vida, yo descubrí y vendí al “primer mundo” cosas que hoy son muy "wow": Jorge Graf “Dis-K-Nandombe”, Manolo Guardia, Maranata. ¡Les encajé Mateo a los ponja! 

Acá en Argentina hice lo propio con Cuasares y otras rarities que andaban tiradas en las disquerías o en Narvaja por dos monedas. Hoy son los incunables del orto que valen fortunas. Yo pude hacer eso porque en lugar de dedicarme a copiarle a otros vendedores en la red, elegí enfocarme en buscar y escuchar los discos, tratar de abrir mi cabeza a nuevos sonidos. Pensaba: "¿qué es lo que necesita un DJ para mezclar?". Después de descubrir esas cosas, casi todo el resto me copió, se enteraron en las ferias de discos y todo se fue al carajo, o se convirtió, como dije, en esnobismo puro.

Si vas a un shopping, te podés encontrar en la tienda de una cadena internacional de ropa una remera de Iggy and The Stooges, Blondie, Metallica o Sex Pistols. ¿A qué se debe esta vuelta a la moda de la iconografía del rock? ¿Estamos en tiempos de apreciación o de apropiación de la cultura rock?

Eso pasa hace más de 50 años afuera, en el mundo anglosajón. Hoy podes verlo aquí porque ya los íconos de la subcultura, que otrora fuera algo "Wow", ya son lo establecido, y como nadie hizo nada mejor en este campo se terminó institucionalizando. Es como una remera del Che Guevara: la imagen sí, ¡pero la revolución no!

La instantánea que ya no intimida y carece de significado puede ser un negocio. Siempre todo es un negocio, de eso iban las casas de discos, las giras y todo el rollo. Lo que pasó es que antes ese rollo era divertido, era escupirle al sistema. Hoy, las glorias del escaparate fornican con el sistema. El stardom desapareció y mutó en la figura de un personaje virtual al que llaman “influencer" o "streamer”. Sé que son cosas diferentes, pero conviven en el mismo mundo de mierda donde la realidad es un pedo en el viento.

Foto: Cortesía de Moebit Films

Foto: Cortesía de Moebit Films

¿Cómo hubiera sido la historia de la banda si Carbone hubiese lanzado el primer disco en tiempo y forma?

Creo que la historia hubiese sido la misma, la diferencia es que ese disco original hoy valdría una guita interesante. Ya lo dijo Forlán Lamarque en La Republica cuando salió el casete en el 91: “Uruguay país tobogán, país nunca país”. Aún si el disco se hubiese editado en el 87, el establishment lo hubiese deglutido y hubiera hecho de cuenta que no pasó nada, igual que lo hizo con el casete en el 91.

De haber existido, quizá hubiese dejado las cosas más claras, porque quienes vieron el panorama desde el exterior creen que el heavy metal uruguayo era Alvacast y algunos más, cosa que está lejos de la realidad. Cross era mucho más popular que ellos, era algo parecido a lo que creo fue Días De Blues en los 70, por lo menos así me lo decían algunas personas remanentes de esa época que nos venían a ver. En definitiva, hoy no sería más que un ítem caro y coleccionable, pero no hubiera cambiado la historia, simplemente porque la música mediocre que salió en ese momento fue mucha y definió la identidad del supuesto rock uruguayo que quedaría para la posteridad.

¿Qué sentido tiene seguir adelante con Cross en el 2025?

Tiene un sentido personal, lo hago para mí. El rock no existe, pero yo sí existo y me gusta tocar. Creo que alguien que me vea puede llegar a darse cuenta de que alguna vez existió algo que era verdadero. Con que haya solo una persona entre 500 que se dé cuenta de eso, ya vale la pena mi esfuerzo. Para mi es vital seguir en el escenario, aunque sea esporádicamente y yo sea un amateur.

Con 56 años soy mi propio plomo, no tengo sonidista, no tengo iluminador, no tengo nada, soy esto que vos sabés, lo que la gente ve. Alguien normal que comete, quizá, el mayor delito que la humanidad pueda soportar: decir una verdad. Subjetiva, sí, pero cargada con cierto sentido común, o por lo menos lo que solía llamarse sentido común en el siglo pasado.

¿Qué es el punk?

El punk es rock, por eso es cíclico, porque se puede encontrar en Seattle en 1964, en Lima en 1965, en Londres en 1967, en Detroit en 1968 o en Montevideo viendo a Andy Adler en 1983. Punk era Partagás. El punk es rebeldía 100% cruda.

En realidad, me es más fácil decir qué no es el punk. El punk no es Blink 182, Smash Mouth o Avril Lavigne, el punk se malogra con esos actos californianos salidos  de Silicon Valley en los 90. El punk es Stiv Bators, el punk es los Dead Boys.

Punk es la convicción íntima de que el estado siempre fue, es y será asesino, y su jurisprudencia un aval para su eterno crimen. 

Armá un supergrupo uruguayo de 5 integrantes (batería, bajo, dos guitarras y voz).

Está difícil. Allá sobran músicos increíbles y siempre faltó guita para editarlos. Te voy a armar un super grupo de lo mejor en rock que escuché de Uruguay y del período que me gusta. La crema de la crema, algo como fue Blind Faith. En algún caso pongo dos, por ejemplo en bajo es más versátil Urbano, pero más duro para lo pesado es Barral. Podrías armar dos supergrupos con todos estos muchachos…

Batería: Gonzalo Farrugia / Hermes Calabria / Bajo: Urbano Moraes / Jorge Barral / Guitarra líder: Daniel Bertolone / Luis Cesio / Percusión y Voz: Ruben Rada / Vocales: Ruben Melogno o Jesús Figueroa / Teclados: Hugo Fattoruso o Jorge Garcia (Este último junto con Melogno es autor de uno mis temas favoritos: El Juglar y Yo (Psiglo II).

Última pregunta: ¿hoy entrevistamos a Marcelo malo o a Marcelo bueno?

Siempre es bueno. Me transformo en malo cuando digo mi verdad. Decir la verdad, como ya he expresado, es un asunto muy complicado y cada día más peligroso. Nosotros seguimos siendo vasallos, tan esclavos como los negros cuando los traían de África, solo que estamos atrapados en una realidad ilusoria que se esconde detrás de varios velos: magia, alquimia y poderes oscuros nos tienen atrapados desde hace milenios. Cuando digo esto inmediatamente voy a ser el Marcelo malo. Quienes me conocen saben que soy una persona común, normal y directa, todavía puedo mirar de frente y a los ojos a otro ser humano igual a mí.

Por Marcos Motosierra
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