Melisa Machado (1966) es poeta, periodista cultural y terapeuta psicocorporal. Ha escrito los libros de poesía Ritual de las Primicias (Ediciones Imaginarias, 1994), El lodo de la Estirpe (Artefato, 2005), Adarga (2002), Jamba de Flores Negras (2006) y Marjal (2008), ahora reunidos en este tomo. Poemas suyos han sido incluidos en las antologías Mujeres de mucha monta (Arca, 1992), La abadía de los pensamientos y otros poemas (Arca, 1993), El amplio jardín (Embajada de Colombia-MEC, 2005), y Nada es igual después de la poesía: Cincuenta poetas uruguayos del medio siglo, 1955-2005, (MEC-Archivo Gral. de la Nación, 2005).
¿Cuándo empezaste a escribir?
Escribo desde que me acuerdo, pero tuve conciencia de lo que estaba haciendo recién después de los 21 años, luego de un accidente de tránsito en el cual recibí cortes profundos en la cara.
¿Te acordás de cuál fue el primer libro que te marcó?
Sí, un tomo de una enciclopedia de poemas y canciones de cuna, ilustrados, de una colección de clásicos universales para niños y adolescentes que se llama “Mi libro encantado”, y que eran los únicos libros que había en mi casa familiar.
¿Dejar de leer o dejar de escribir? ¿Por qué?
Jamás dejo de leer o de escribir, siempre estoy leyendo o garabateando algo. Otra cosa es escribir un libro entero o leer un libro del principio al fin. Ya no leo tanta ficción como en mi adolescencia o juventud. Desde hace muchos años leo fragmentos de muchos libros al unísono, hago lecturas de diversas disciplinas que estudio mientras releo a mis poetas preferidos o me encuentro con algunos.
Contanos qué estás leyendo ahora.
¡Muchos libros al mismo tiempo! Una elección de los mejores textos de Rumi, la obra reunida de Antonio Gamoneda, el volumen 7 de las obras completas de Jung y a Paul Celan, casi siempre.
¿Cuáles son tus escritores uruguayos favoritos? ¿Identificás influencias? ¿Cuáles? ¿Alguno que te guste recomendar?
Adoro a Marosa, me gusta el gran poema largo de Amanda: “La estranguladora”.
Reconozco la influencia de la poesía de ellas, de Celan y de Perlongher.
Para este fin de semana recomendanos un libro, un disco y una película.
La obscena señora D de Hilda Hillst, el disco Poems from a Rooftop de Dictaphone, y la peli Love de Gaspar Noé.
Contanos sobre esa vez que un lector te reconoció en la vía pública.
Estaba sentada al sol en un murito en la vereda, estudiando un mapa natal, cerca de bulevar España y Libertad, mientras esperaba a mi hijo Joaquín, que en ese momento tenía unos 7 años. A unos metros había una licorería y un hombre estaba descargando vinos y damajuanas de un camión estacionado ahí en la calle. La tercera vez que pasó cerca de mí, se paró y me preguntó si yo era Melisa Machado. Le dije que sí, un poco asombrada porque nunca lo había visto antes. Entonces él dijo: “Me gusta mucho tu poesía”, mientras seguía descargando el camión. No intercambiamos una palabra más.
Tu autobiografía en una frase.
Quemé todas mis edades y me convertí en poeta.
Tenés que convivir un mes con una autora o un autor: ¿a quién elegís?
Al fantasma de Paul Celan.
Un lugar para volver.
El Polonio
El primer verso que te viene a la mente.
“Ahora deja atrás el océano y dirígete tierra adentro: cuando estés con niños habla de juguetes” (versión propia de los infinitos versos de Rumi).
¿Para qué literatura en el tiempo del desamparo?
Siempre ha habido y habrá desamparo, y siempre ha existido la literatura oral o escrita. La memoria y la ficción nos mantienen vivos y reunidos alrededor del fuego.
Lo último que comiste va a ser el menú para toda tu vida ¿qué es?
Avena con frutas, semillas y miel.
Tu idea de felicidad y tu idea de miseria.
La primera: mente y cuerpo relajados.
La segunda: inquietud y angustia.
Sobre El canto blanco:
“El canto blanco transforma, mata o concede dones, se vuelve conjuro y en su despliegue desencadena una fuerte carga referencial que sitúa a la obra entre la profecía y el hechizo. Esa condición profética y vidente se abalanza en el abismo para toparse con lo humano y con su característica de finitud, mientras se impone como el motor de una ficción redentora donde el erotismo se vincula de un modo inseparable con lo sagrado y lo profano, en un deseo infinito de unirse a lo totalmente Otro.”
Martín Palacio Gamboa
“En la obra de Machado opera una magia hecha de evocación y de libertad inventiva. Todo es sumario y escaso, pero suficiente y contundente. Esta es la densidad corporal que trae el poema, algo resurrecto por milagro, no aniquilado, rebotando a través del tiempo, presente, que nos golpea en la cara.”
Roberto Echavarren
“La poesía de Machado habla en plural, se sabe perteneciente a una tradición. No es una solidaridad de estación ni una empatía del momento, es una búsqueda de sí misma que la poeta ha dejado entrever en libros anteriores: en su cuerpo hay múltiples mujeres, hombres, una legión que acompaña.”
Jairo Rojas Rojas
Un fragmento:
VIII
Del abismo que arroja rescato esta flor.
Sobre la orilla
su aire submarino de caballero antiguo.
Un pájaro antes lujoso muere boca arriba.
Sobrevuela la noche con su olor salado.
Veleidosa,
la plata de las aguas extiende su rumor.
Alumbra con su sangre en vilo
la interminable coda de estos días.
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