Colores, performance, sintetizadores y, en consecuencia, la creación de nuevos universos. Desde sus inicios, hace más de dos décadas, Miranda! es considerada una banda que marcó un precedente en el electropop y pop de la región. A lo largo de todo este tiempo, sus canciones y videoclips han estado presentes en canales de televisión como MTV y Much Music, cortinas de telenovelas, páginas web como YouTube y, en la actualidad, plataformas y aplicaciones.  

Es lógico, entonces, que una formación que resiste al tiempo de esa manera pueda hacer un disco como Hotel Miranda (2023) y generar furor. 11 reversiones de solo algunos de sus hits, como “Don”, “Traición” y “Tu Misterioso Alguien”, acompañados de una gama de artistas de diferentes ramas: María Becerra, Chano, Emmanuel Horvilleur y Andres Calamaro, entre otros.  

“Contentos, orgullosos y agradecidos”, dice Ale Sergi al respecto, en entrevista con Latido BEAT. Aunque no le tiembla el pulso al afirmar que, si el día de mañana se termina, y todo este éxito es efímero, no tendrían problema en volver a tocar otra vez en los lugares donde se presentaban antes, porque lo seguirían disfrutando de la misma manera. 

Sergi y Gattas, además de ser colegas y compañeros, son amigos. La línea entre el vínculo personal y profesional, en muchos casos, puede tornarse borrosa. Pero, en el caso de Miranda!, las dinámicas son claras y el principio también: para que funcione, tienen que estar los dos. 

Sus últimas presentaciones estuvieron caracterizadas por lo performativo, trayendo ese concepto de hotel que habían materializado en los videoclips del último álbum al escenario. En más de una ocasión, se ha puesto en duda si lo que ocurría era real o actuado. "Eso se llama ser buena actriz", dice Juliana Gattas, entre risas. 

El próximo 20 de septiembre, se presentan en el Antel Arena, en Montevideo. Las entradas se pueden adquirir aquí

Cortesía de la producción

En los últimos años, y con el lanzamiento de Hotel Miranda, han llegado a un público aun más amplio. ¿Cómo están viviendo este momento? 

Ale Sergi (A.S.): Contentos, orgullosos y agradecidos. Es una suerte, la verdad es que nunca planificamos de qué manera llegar a más público porque no tenemos idea cómo hacerlo. Lo único que hacemos nosotros es tratar de mejorar en cada canción, disco, concierto y video, y hacemos todo muy a conciencia, disfrutándolo, pasándola bien, pero también, a veces, sufriendo para que la cosa mejore. Nos exigimos y tenemos mucha conciencia de que hay gente escuchándonos. Si tenemos a alguien en frente, es nuestra misión entretenerlo, divertirlo y es nuestro desafío, siempre fue así.

El tiempo nos ha premiado con esto, ahora nos toca atravesar este momento que tampoco sabemos que tanto puede durar, por ahí se termina y volvemos a tocar otra vez en los lugares que tocábamos antes. Lo vamos a seguir disfrutando igual, porque entendemos que es un premio que la gente te da. Ahora nos tocó y vamos a aprovecharlo, pero nuestra consigna siempre es la misma: queremos que cada concierto sea mejor que el anterior, más allá de la cantidad de gente que tengamos en frente.  

Ambos tienen diferentes aficiones, más allá de hacer música. Vos, Juli, estás muy relacionada a lo performativo. Vos, Ale, subís videos a tus redes explicando datos sobre ciertas producciones de discos y pinchando vinilos. ¿Cómo funciona su proceso creativo y cómo se mezcla lo que trae cada uno?

A.S.: Resulta bastante sencillo, porque como bien vos decís, nosotros antes que músicos, somos fans de la música y del arte en general. En este caso puntual, yo soy más puramente de la música y Juli es muchísimo más abierta y disfruta de muchas más cosas. No es que yo no las disfrute, pero ella investiga y conoce más, yo soy más monotemático y estoy todo el tiempo en la música. Pero nos conocimos por eso, porque yo fui a la casa de Juliana a escuchar música con un amigo, y eso fue lo que siempre nos unió. Afortunadamente, no tenemos que hacer esfuerzo para investigar música nueva, es lo que nos fascina, es nuestra pasión. De esa manera, estamos siempre activos, y la realidad es que cada vez que vamos a un concierto o escuchamos un disco que nos gusta, siempre salimos con ganas de hacer nuestro propio disco y nuestro propio concierto. Cuando vemos un video que nos gusta, nos dan ganas, no de hacer el mismo, pero de hacer uno nosotros que esté buenísimo.

Mientras mantengamos ese fueguito ardiendo, me parece que nunca se terminan las ganas de crear y de hacer cosas, más allá de la respuesta que pueda tener, es como una necesidad. La fortuna que hemos tenido es que, con todo este tiempo de carrera, hemos adquirido cada vez más herramientas y podemos darnos ese lujo de que si queremos hacer un disco lo podemos hacer, y la verdad es que no siempre ha pasado eso. Ahora nos pasa que estamos de gira y nos ofrecen ir a estudios, nos invitan, entonces nosotros vamos, aprovechamos y grabamos, tocamos, hacemos cosas.  

En lo que respecta a nuestro proceso creativo, de alguna manera, tácitamente, las tareas se dividieron un poco. En todo lo que tiene que ver con lo visual, la que lleva la batuta es Juli, y en todo lo que tiene que ver con la grabación, soy yo el que pone horarios de estudio, el más fanático del estudio y el que va todos los días, y ella viene y me acompaña. Ella es la que está con los vestuarios y me dice de probar o hacer algo. Se fue dando, no lo organizamos nunca. Yo creo que es un poco mágico, nos teníamos que conocer para hacer esto.  

Cortesía de la producción

Juli, vos ahora sos parte del mundo del streaming, en el programa "Edición Especial", de Luzu. ¿Cómo lo vivís y cómo sentís que te retribuye en tu arte? 

Juliana Gattas (J.G.): Está relacionado con lo performativo y tiene que ver con una especie de perfil que tengo, o las ganas de explorar eso. Lo hago porque tiene que ver con Martín Garabal, que es mi primo, pero también es un artista que me hace reír mucho, entonces tenía ganas de explorar un poco con eso. En realidad, me la paso riéndome de lo que hace Martín, pero mi idea también es, en algún momento, hacer reír y ver si puedo explorar esta cosa de personaje de humor más hablado, histriónico. En los shows busco un poco incluir mucho el humor, porque a mí me gusta mucho vivir de esa manera, pero sin hablar, con caras, cosas, gestos. Me gusta mucho hacer reír desde que soy chiquita y el streaming lo quise hacer por eso. No estoy en todos los programas, pero cuando estoy, la paso muy muy bien.  

De hecho, hace un tiempo hubo una controversia en redes por un fragmento de show en el que parecía que maltrataban en serio a las bailarinas, cuando, en realidad, era parte de la performance. 

A.S.: También hay gente que... dale.

J.G.: A mí me gustó mucho ese pequeño momento infame y lo celebré mucho, justamente, con las bailarinas. Dijimos: "¡Gran trabajo, amigas!".

Trabajan en conjunto hace muchos años y no solo mantienen un vínculo profesional, también son amigos. ¿Cómo ha ido evolucionando su relación y cómo la manejan para que los tantos no se mezclen y genere problemas?  

A.S.: Me parece que no somos tan invasivos como para llegar a eso, conocemos lo que al otro le molesta. No que "molesta", porque no nos molesta casi nada de la profesión, pero lo que puede llegar a resultar un poco más tedioso. Y la división de tareas de la que te hablaba tiene que ver con eso. Cada uno sabe lo que al otro le gusta más o le gusta menos, y no andamos exigiéndonos lo que sabemos que el otro no disfruta tanto. Pero no es que hacemos eso porque somos grandes personas, podría ser porque nos queremos y nos respetamos, pero también porque somos conscientes de que Miranda! somos los dos, o no somos. 

Tenemos que lograr esa forma de trabajo y también hay un condimento muy grande de suerte. Porque la verdad es que no tenemos grandes discusiones, nos ponemos de acuerdo muchas veces, casi sin decirnos nada. Nos conocemos bastante y respetamos los límites de cada quien, la verdad es que nunca nos ha pasado de querer agarrarnos de las mechas, ni siquiera hemos tenido conversaciones muy serias sobre desacuerdos. Sí hablamos seriamente, a veces, sobre cosas acerca de la carrera del grupo, pero nunca es, "yo quiero blanco y vos querés negro", ni, "cómo hacemos, no tiene que ser así”, dejamos un poco también que fluya y que el proyecto avance por sí mismo. Pero para que avance, tenemos que estar los dos.