Por María Road
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Puede llegar a causar asombro que Mora y los Metegoles sea una banda activa desde 2017, por su asociación y pertenencia total a la nueva camada post-pandémica argentina y también por su frescura y energía, prominente y contagiosa como la de una banda que recién sale al mundo con ganas de ganárselo.
Pero hace más de siete años que el conjunto liderado por Mora Palvi y actualmente conformado por Marcos Cikes (guitarra), Joaquín Millón (bajo) y Lautaro Osácar (batería), se encuentra recorriendo un camino divertido, ocurrente y lleno de emociones, extendiéndose desde el auge del indie de la década pasada hasta la rabia alternativa que predomina en el presente.
De la mano del EP debut homónimo lanzado ese año, se presentaron como un proyecto entrañable gracias a canciones que hoy son himnos en vivo, como “Adscriptos” y “Falkor”. Poco a poco y a base de shows enérgicos, fueron ganando lugar dentro del circuito primeramente platense y luego en la Ciudad de Buenos Aires, mutando y amoldándose al espíritu creativo que los caracteriza con el correr de los años.
“Mora y los Metegoles está en constante cambio porque no hubo una idea inicial—explica Mora Palvi—, no fue un proyecto pensado ni buscado, de hecho no recordamos bien cómo fue que los metegoles decidieron acompañarme en mis primeras canciones y se autopercibieron como tales. A Lautarín lo conocía hace años a través de mi hermano, pero no éramos amigos antes de tocar juntos, con Joaco nos hicimos amigos en el primer año de facultad y se sumó a la banda en el 2018, después de un año de maldición de bajista, y Marcos llegó a través de Instagram en 2022 cuando se aproximaba la despedida de Narf, el primer guitarrista de la banda”.
Además, recuerda como fueron los pormenores de los inicios: “La banda se formó muy inocentemente y sin ambiciones. Yo, de hecho, no sabía casi tocar la guitarra. A medida que fueron pasando los años de ensayos, fechas y discos, fue apareciendo el trabajo, la dedicación y el deseo. Creo que a través de nuestras grabaciones se puede escuchar cómo empezamos sin tener idea de lo que estábamos haciendo y fuimos creciendo musical y personalmente a la par de la banda".
En 2019 sale su primer disco de estudio titulado Dejen Dormir. Con una estética e imaginario algo más oscuros que su primer EP y una evolución notoria, se establecen como uno de los proyectos más novedosos de su ciudad, aquella cuyo legado es nada menos que bandas del calibre de Virus, Patricio Rey y los Redonditos de Ricota y sin remontarnos tanto en el tiempo, El Mató a un Policía Motorizado.
“Aunque era casi una retrospectiva de la banda en la que registramos toda la música que habíamos hecho hasta el momento, también era el primer disco que hacíamos de manera más consciente y con expectativas. Queríamos despegarnos un poco de la casi ternura que daba el primer EP y mostrarnos más grandes, de hecho suena mucho mas reverberante y grandilocuente que cualquier otra cosa que hicimos”, explica la vocalista sobre su idea y composición.
Recuerda que se grabó en la casa de Aziz durante ese verano, con "jornadas larguísimas que, a veces, duraban hasta días". En sus palabras, el disco los hizo entrenar y "mutar" sus vivos. "Teníamos más herramientas y dinámicas con las que jugar. Lamentablemente llegamos a tocarlo bastante poco porque meses después empezó el aislamiento y hubo que posponer la euforia”, detalla Palvi.
En plena efervescencia, el camino de la banda se topó con la pandemia global del COVID-19 en 2020. En esta instancia, la despedida de Dejen Dormir fue casi obligatoria y de pronto surgió la necesidad de buscar algo a lo que aferrarse para encontrar la nueva fuente de inspiración de las canciones en medio de un tiempo tormentoso. Al respecto, Mora confiesa: “Personalmente la pandemia me resultó muy poco inspiradora y al momento de escribir no encontraba muchas certezas”.
Con el tiempo, la proto-forma de un nuevo material de estudio se fue convirtiendo en la columna del segundo álbum de la banda. “Cuando empezamos a pensar un nuevo disco teníamos las siete canciones disímiles que finalmente conformaron Suerte (2022) y el álbum fue casi un ejercicio de síntesis de la esencia y particularidad de cada canción. La dupla Aziz Asse y Ramiro Sagasti en la producción fue clave, porque con Aziz trabajamos desde la formación de la banda y es quién más nos conoce y Ramiro aportó una visión más panorámica de nuestra música que es difícil tener de uno mismo”, cuenta Mora.
Suerte representa un gran punto de inflexión en la carrera de Mora y los Metegoles, incluso pensándolo por fuera de su estructura, composición y producción. Este disco, lanzado en noviembre de 2022, fue el que los puso en la mirada de la nueva escena alternativa argentina y los llevó a ganar renombre y lugar dentro de la música de su país.
Los shows en vivo comenzaron a crecer en número al igual que el público, dispuesto a entregarse a la euforia de cada presentación en la que temas como “Gran Remera”, “Semáforo” o “Tu Maestra” son coreados vivazmente. Estos últimos dos años se dedicaron a presentarlo en vivo, conocer un sin fin de nuevos lugares y, por supuesto, nuevas personas que se enamoraron de esta renovación del circuito alternativo argentino.
Lejos de amoldarse y descansar, la actividad es constante para este prolífico conjunto que el próximo 27 de septiembre lanzará su nuevo álbum de estudio titulado Mundo Moderno, del cual ya se desprendió un único single llamado “Bigote”.
“Para mi hacer un disco es como irme de vacaciones. Es un espacio que nos regalamos a nosotros mismos para cultivar nuevas ideas, pasar tiempo entre nosotros, crear nuevos códigos y anécdotas. Mundo Moderno fue una especie de paréntesis en el que nos permitimos encerrarnos durante días a buscar las canciones. Después de eso vuelvo a la vida con otro semblante y marca el inicio de una nueva etapa. Suerte nos hizo tocar muchísimo y conocer nuevos lugares así que durante un año estuvimos muy abocados a eso pero ya sentíamos que había muchas cosas para decir y ganas de renovar el repertorio también”, resalta Palvi sobre la nueva etapa que trae este LP.
Entre todas las aventuras vividas a lo largo de esta década se encuentran las giras por diferentes ciudades y rincones de Argentina.También por Uruguay durante este 2024, en el marco de ambas ediciones del Festival Nuevo Día, tanto en mayo como recientemente en septiembre, en las cuales compartieron escenario con otras bandas argentinas como Massacre, El Club Audiovisual o Dum Chica y otras promesas de la nueva camada alternativa uruguaya, como Flor Sakeo, Los Walrus o Naoko.
El otro lado de la orilla los encontró más que bien recibidos y Mora no deja de apreciar la calidez del público montevideano: “Montevideo es un lugar fantástico. Las dos veces que fuimos con el festival este año nos encontramos con un montón de gente muy generosa y cariñosa, realmente nos sentimos muy bienvenidos. Antes de ir no sabíamos que teníamos un público que nos iba a gritar todas las canciones, ahora queremos ir seguido y conocer más de Uruguay”.
Está a la vista que no faltarán ocasiones en las que Mora y los Metegoles continúen llevando su indie rock que atraviesa el surf y también el pop por todo el continente y una y otra vez los deposite de nuevo en Montevideo, ciudad que ya ganó su corazón.
Por María Road
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