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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Alternativos de la otra orilla

Neo-rock argentino: un recorrido breve por una movida que apunta a inundar escenarios

El festival de música alternativa Nuevo Día se realizará el 26 y 27 de enero en el Centro Cultural Kónex en Ciudad de Buenos Aires.

11.01.2024 15:06

Lectura: 7'

2024-01-11T15:06:00-03:00
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Por María Road

Un nuevo día en la escena musical alternativa del otro lado del río, que resplandece cada vez con más fuerza. Esto no surgió de la noche a la mañana, sino que es producto de una serie de factores que coincidieron en los últimos años para reunir a bandas jóvenes con búsquedas creativas disruptivas y un público igual de hambriento por un recambio sonoro.

Una gran e importante parte de este nuevo tramo de la historia se reúne este 26 y 27 de enero en el Centro Cultural Kónex, en el marco del Festival Nuevo Día, luego de sus exitosas ediciones durante el año 2023 en el Teatro Vórterix, Uruguay, Rosario y La Plata.

Con Massacre, Winona Riders, Sakatumba, Barbi Recanati, Mujer Cebra y Buenos Vampiros presentándose en el escenario principal y Las Tussi, Dum Chica, Marina Fages, Ryan, El Club Audiovisual y Kill Flora en el escenario Vomit, el evento promete ser bisagra para la historia del rock alternativo argentino, siendo cita obligatoria para cualquier visitante o curioso que desee empaparse de los nuevos sonidos que ya no sólo atraviesan Argentina, sino poco a poco también el continente.

Pero para comprender qué es lo que viene sacudiendo al panorama musical del país vecino es necesario situarnos algunos años atrás y contemplar el recorrido que decantó en este nuevo circuito.

Entre los años 2013 y 2019, aproximadamente, en Argentina primaba el sonido indie y pop de Perras on the Beach, Bandalos Chinos o Usted Señalemelo, como algunos de los nombres más reconocidos de esa camada. Siendo consecuente a tendencias internacionales (desde Phoenix, pasando por Mac Demarco, hasta Arcade Fire, se reconocen como claras referencias en el sonido de esas bandas) se trataba de música mucho más naif, bailable y melódica que la de generaciones anteriores. Lo suficientemente amable al oído como para sonar de fondo en una cervecería del barrio de Palermo y con la justa y adecuada carga distorsiva como para figurar en los carteles de los principales festivales más alternativos del país.

Esta escena, entonces, pasó al frente del foco de la prensa musical y las productoras argentinas durante casi una década, con varios de sus nombres aún más que vigentes. Pero no todo el mundo dialogaba con la propuesta musical y lírica de esa generación que crecía a pasos agigantados devorando cuanto venue y line up se plantara por delante.

A la par de proyectos netamente punk como la reconocida banda Lxs Rusxs Hijxs de Puta o las bandas pertenecientes o amigas del sello Laptra como Él Mató a un Policía Motorizado, Bestia Bebé, Las Ligas Menores, 107 Faunos y más, comenzaba a despertarse un público en búsqueda de un retrato fiel del vacío existencial que azota a la juventud moderna argentina.

Y, como todo gran cambio cultural, es producto de un suceso externo, impredecible e inescapable, la hora del recambio llegó luego de el acontecimiento más impactante a nivel mundial del siglo XXI: la pandemia del covid-19. 

La escena post-pandemia argentina (también llamada neo-rock nacional) es la nueva ola de bandas emergentes con sonidos mayoritariamente derivados del punk, post-punk y noise rock, cuya lírica refleja de manera mucho más vital los síntomas de la depresión, desesperanza y ansiedad juvenil actual.

Esto no supone que necesariamente todos los grupos hayan comenzado su actividad posteriormente al encierro y las restricciones de la pandemia, pero sí fue exponencial el crecimiento de los mismos y su público gracias al imborrable suceso. Antes de que el coronavirus obligara a toda la población a permanecer encerrada en sus casas por meses, varios conjuntos de la movida registraban sus primeros pasos.

Buenos Vampiros ya había sacado su primer LP, Paranormal. El Club Audiovisual ya tenía algunos lanzamientos en plataformas. Winona Riders ganaba, de a poco, su renombre con varias presentaciones en vivo. Sakatumba ya poseía un EP publicado. Así, con muchos casos más.

Mujer Cebra (foto: Leandro Frutos) y Buenos Vampiros (foto: Tobías Polanco)

Mujer Cebra (foto: Leandro Frutos) y Buenos Vampiros (foto: Tobías Polanco)

Si bien todo esto iba generando de a poco sus respectivas repercusiones, el salto se dio en el año 2021 cuando, lentamente, las restricciones comenzaron a levantarse y los eventos de música a realizarse nuevamente, preparados para recibir a un público más que entusiasta luego de un año entero sin la comunión y el fervor de la música en vivo.

Pero la crisis económica que atraviesa Argentina tampoco permitía que los jóvenes pudiesen acceder a recitales grandes o internacionales, y esto puso el foco de los consumidores de música en opciones más económicas en centros culturales pequeños y medianos, donde se presentaban bandas como Moscú Espacio Cultural, Otra Historia Club Cultural o El Emergente, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Salas Tifón y Espacio Cultural Laberinto en Zona Oeste del Conurbano bonaerense.

Incluso, alcanzando ciudades como Mar del Plata con salas como la Biblioteca Popular Juventud Moderna o el Centro Cultural América Libre. De esa forma, con el año 2022 como disparador absoluto de esta nueva explosión, bandas, público, salas y festivales fueron conformando este circuito que encontró puntos altos en festivales propios de la escena como el Festival Neo Muerte, el Festival Pardo o el Festival DIY. El caso de una fiesta alternativa, donde tocaron muchas de las bandas, es la Vomit. 

Hay sellos discográficos muy distintivos que han grabado y masterizado muchos de los singles y álbumes más destacados como Casa del Puente discos o Arkonte Records, y particularidades como el boca en boca como fuente exponencial de recomendación, los medios independientes propios de la movida y fanzines como armas afiladas para comunicar el creciente fenómeno.

Winona Riders (foto: Chiara Girimonti), Sakatumba (foto: Pupila Nocturna), El Club Audiovisual (foto: Bianca Sifredi)

Winona Riders (foto: Chiara Girimonti), Sakatumba (foto: Pupila Nocturna), El Club Audiovisual (foto: Bianca Sifredi)

Los sonidos que predominan en el nuevo cancionero joven argentino son los del punk y sus derivados (como es el caso de Las Tussi, No Me Toques o Dum Chica), el shoegaze (presente en El Club Audiovisual, Kill Flora, Plenamente o Nenagenix), el post-punk (desde aquel más oscuro que oscila con el rock gótico como el de Buenos Vampiros, Sakatumba o Paranoia, pasando por el que toma elementos más dreampop y distorsivos como Mujer Cebra o casos más dance-punk y revival como La Real Academia), el rock psicodélico (con Winona Riders a la cabeza y Socorro agregando su cuota experimental), el noise (ejecutado por Rosamonte, Garbage People, Error Vanessa o Lola en su versión más noise pop, abarcando búsquedas más lisérgicas como en Candy Kane y encontrando hasta el cruce con el post-hardcore y screamo de Wrrn) o el garage rock (como es el fiel caso de Ryan y también de Playa Nudista con su aproximamiento al surf rock).

Lejos de abocarse solo a Buenos Aires y sus alrededores este circuito se extiende a ciudades como Mar del Plata (ciudad de origen de Las Tussi y Buenos Vampiros, y de otras prometedoras bandas de la escena como Marchitorial, DOJO, Maniobras, El Audaz Golpe, Los Sentimientos, etc.), La Plata (cuna de Mora y los Metegoles, Delfines Entrenados para Matar, Miedo Puro y Extras) e incluso Córdoba (con Rosa Profunda y su trip-hop experimental como bandera).

Tan genuino fue el entusiasmo de los fieles asistentes a cuanto evento hubiese, que la escena no tardó en llamar la atención de los grandes medios de comunicación argentinos y las productoras más renombradas del país. Hoy en día, muchos de estos grupos, que hace menos de dos años tocaban en antros frente a no más de 100 personas, copan los escenarios más importantes del país y hacen que el discurso que antes sólo los más fanáticos esperanzados con los nuevos sonidos exclamaban llegue a boca de los periodistas más renombrados del país.

Es un hecho: el secreto de las salas más pequeñas ya es asunto público. Argentina se encuentra en pleno recambio musical, tal vez el más necesario para los tiempos que corren con gritos de angustia y necesidad de esperanza colectiva en forma de canción. Este Festival Nuevo Día  es la excusa perfecta para purgar en comunidad o conocer todo este maravilloso submundo que hace rato dejó de estar bajo la alfombra.

Por María Road