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Música
Roots & reggae

Néstor Ramljak, de Nonpalidece: “La clave es ser consecuente con lo que uno siente”

El vocalista de la banda de reggae conversa sobre el último single, su trayectoria y la situación social en Argentina.

13.03.2024 18:13

Lectura: 15'

2024-03-13T18:13:00-03:00
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Por Sofía Durand Fernández
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Veintiocho años de música. Desde 1996, Nonpalidece o Nonpa, como la apodaron, ha sido una usina de reggae en Latinoamérica, junto a bandas colegas del mismo país como Los Cafres y Los Pericos. Con altibajos, la banda de casi tres décadas se ha mantenido firme en la cultura.

Néstor Ramljak, vocalista de Nonpa, utiliza la analogía de una planta para referirse al momento en el que la banda se encuentra. Uno en el que, tras años de esfuerzo y trabajo, pueden recoger los frutos. También utiliza una flor que crece entre el cemento para hablar del disco que salió en pandemia, con nombre homónimo a la banda. Decidieron nombrarlo así por su naturaleza identitaria.

Hace poco tiempo lanzaron una reversión de “Love Song”, una de las canciones emblema de la agrupación, pero con la colaboración de Fito Páez, Fabiana Cantilo y Dean Fraser. Los primeros dos, íconos del rock argentino. El último, el mítico saxofonista jamaiquino que ha trabajado con grandes, incluso con el mismísimo Bob Marley.

Esta canción forma parte del próximo disco que van a lanzar. Un conjunto de homenajes a su trayectoria, en el que también se encuentra una colaboración con la banda uruguaya No Te Va Gustar, versionando “En el aire”, del disco Activistas (2005). 

Nonpalidece va a presentarse en Uruguay el 6 de abril en La Trastienda. Las entradas se pueden adquirir aquí.

Foto: Instagram de Nonpalidece

Foto: Instagram de Nonpalidece

El sencillo “Love Song” contó con la colaboración de Fito Páez, Fabi Cantilo y Dean Fraser. Más allá de que tienen una trayectoria de veinticinco años, ¿cómo fue para ustedes compartir el estudio con esos emblemas de la música?

Fue raro, de una manera bonita y reconfortante, una recompensa después de tantos años de estar girando, haciendo nuestra música y aportando al reggae latinoamericano, siendo una banda autogestiva. Que les haya parecido una buena idea participar con una banda como Nonpa, pero además los dos juntos, eso ya es un premio hermoso. Y cuando tuvimos la posibilidad de estar en el estudio cuando ellos estaban reinterpretando y conociendo la canción, fue un momento de magia absoluto.

Imaginate que se vio nuestra adolescencia atravesada en una situación donde, de alguna manera, teníamos que encontrarnos de par a par, si bien no lo somos. Cuando estás trabajando en una canción tenés que salir un poco del modo fan. Estás ahí, ya vinieron y te están haciendo preguntas, yo no puedo estar todo el tiempo diciéndoles: “Yo te escuchaba cuando era chico”. Fue muy bonito, un lindo reconocimiento, y creo que la canción salió muy bien.

Funcionó bien para ellos, les queda natural, tiene ese condimento. Además de que graba el saxofonista posiblemente más emblemático de Jamaica y que ha grabado con todas las leyendas que a nosotros nos han inspirado. Hay un combo explosivo. La canción funcionó muy bien, hace un par de semanas que es número uno en lo más escuchado de radio y televisión en Argentina, entonces también es una situación que nos pone contentos.

El reggae no deja de ser un estilo de música en Argentina y Latinoamérica medio nicho, no es un estilo realmente popular. Ellos vinieron a hacer su magia. Ahora a disfrutar y mirar para adelante. Esto es parte de un disco que fuimos a grabar a Jamaica el año pasado. Tiene que ver con nuestra historia y las canciones más emblemáticas de la banda, estuvimos quince días en Kingston grabando. Cuando regresamos empezamos a jugar con quién podría venir a grabar tal y cual canción, este es el cuarto sencillo que dimos a conocer. Fito y Fabi, nada más y nada menos, una canción de un amor desencontrado y que la interpreten ellos dos, con la historia que tienen.

Hace unos años, el reggae tuvo un boom en el que se fue más allá del nicho, sobre todo en Argentina, Chile y Uruguay.

Acomodado en el tiempo, creo que entre el 2007 o 2008, hasta el 2012. Por lo menos acá, en Argentina, tuvo un boom muy fuerte. El termómetro de que estaba muy fuerte el reggae era que los principales festivales de Argentina incluían un día entero o un escenario al género. Pasó eso y decantó un poco. Algunas bandas seguimos, otras se fueron quedando en el camino. Cuando digo nicho, no lo digo despectivamente, creo que es un estilo muy respetado. Por bandas como Nonpa, Los Cafres, Dancing Mood, Los Pericos, que hemos dado solidez y constancia al género. Entiendo que es una música que a muchos puede parecerle todo lo mismo, pero cuando uno se acerca y empieza a conocerla, encuentra un mundo fascinante como músico y como escucha.

El reggae viene de una cultura que incluso llega al ámbito religioso. Como artista del género, ¿buscás ese éxito masivo o sos un poco más receloso?

No es algo calculado, estamos cumpliendo en setiembre 28 años del primer concierto que dimos bajo el nombre de Non Palidece. Todas las instancias que una banda underground puede tener, las tuvimos. Todas. Desde tocar para quince personas, vender entradas, no llegar con las entradas vendidas y poner plata, hacer nuestros propios carteles y pegarlos, aprender a hacer engrudo, que parece una zoncera, pero en un momento lo hacíamos mal. Yo siempre cuento una anécdota que es que pegábamos nuestros propios carteles, y al otro día cuando pasábamos por el lugar estaba todo blanco porque nos habíamos pasado de harina.

Cosas que fueron forjando nuestro camino y nos ubicaron en una situación que se corrió del éxito o la masividad. Después nos fuimos poniendo más grandes, la banda creció, empezamos a tocar en otros países. Viajamos mucho por México, Centroamérica y Sudamérica en general, también hemos ido a Europa y a Estados Unidos. Nada fue repentino, el camino se fue recorriendo paso a paso, no salteamos instancias; con un disco no pasamos de convocar 500 a 5.000, todo fue paulatino y a su momento. Envejecimos bien, el vinito está en un momento justo. Yo bromeo con que estamos en un momento de cosecha, fueron muchos años de cuidar y regar esa semilla. Hoy esa planta ya es un árbol que da frutos, y estamos recolectándolos y los repartimos.

No estamos con una visión de masividad, y sentimos que la banda logró un respeto y un prestigio, acá y en toda Latinoamérica. Por esa razón vinieron a grabar Fito Páez y Fabi Cantilo. No me los imagino yendo a grabar con cualquier artista que los convoque. Pasó lo mismo con No Te Va Gustar, que vinieron e hicieron una reversión de un clásico de la banda hermoso, que es “En el aire”. Si bien ellos hacen y tocan reggae, no es una banda de reggae. Hemos logrado hacer combinaciones con artistas que sentimos que nos respetan y nos admiran en algún punto, así que celebramos y compartimos eso.

El nuevo álbum fue grabado en Kingston, ¿qué encontraron de peculiar mientras grababan en la cuna del reggae?

Fue una experiencia muy divertida, estamos muy agradecidos con el sello, al que le pareció una buena idea ir a grabar ese disco allá. Grabamos en tres estudios que son emblemáticos para ese género, con mucha historia. Fue una experiencia que, además, a la banda la agarró en un buen momento. Un dato no menor es que la misma formación que grabó el primer disco en el año 2000 es la misma que viajó a Jamaica hace un año exactamente. Desde el 1º de marzo al 15. Con lo cual, con las idas y vueltas que ha tenido este grupo humano, seguimos adelante, proyectando sueños y deseos. El poder que tiene hacerlos, porque una cosa es cuando uno proyecta y por distintos motivos no logra el objetivo final, pero en esa búsqueda también hay una recompensa.

Pero cuando lo lográs, además de haber tenido una visión y haberlo logrado, se da una situación extraordinaria. Con tus amigos de toda la vida, con los que aprendiste y creciste tocando, en el país donde se originó todo, conociendo a músicos emblemáticos y de peso pesado. Fue una experiencia alucinante. Fuimos al museo de Marley, a visitar otros artistas. Volvimos, comenzamos a editar esas canciones, con una recepción impresionante. El año pasado fuimos al Rototom, que es un festival de reggae muy importante en España, con una presentación que estuvo muy bien. Estuvimos por Colombia, Ecuador, Chile.

El 2023 fue un gran año, y el 2024 arrancó muy arriba con esta canción. Ahora también encarando una gira por Montevideo, una presentación bonita el 6 de abril. Si bien es un país que es tan cercano, no nos ha sido fácil ir para Uruguay y tener nuestro publico allá, si bien entiendo que hay muchas bandas y artistas que están activos.

Foto: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en Flickr

Foto: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en Flickr

¿Por qué decís que les ha costado?

Siempre que vamos lo vivimos muy bien, porque es una oportunidad de revertir eso que decimos que nos costó. ¿Por qué creo que nos costó? No sé si lo tengo muy claro, porque nos ha pasado con Chile también, que tiene un público muy ávido de escuchar reggae, y si hemos ido tres o cuatro veces, es mucho en comparación a las veces que fuimos a México o Centroamérica.

En el caso de Uruguay, para nosotros es caro, pero tampoco tiene mucha lógica, porque ir a México tampoco es barato. Las veces que fuimos nos fue bien, hemos tocado en un festival en Punta del Diablo, en el Pilsen Rock, hemos tenido nuestros momentos lindos en Uruguay y hemos hecho fechas donde ha venido muy poca gente. Quizá eso también desalienta al productor o al aliado que tenés allá, que le gusta la banda y confía, pero después tal vez la gente no se terminó de enterar, hubo otro espectáculo o decidió no ir a vernos.

Esa suma de factores, por ahí, retrasó que fuéramos más veces de las que quisiera. Es un país que me encanta. Las dos bandas más importantes son super hermanas de Nonpa, hemos tocado juntos con La Vela Puerca y No Te Va Gustar, y hemos hecho producciones y cosas lindas. Están esas ganas de que Uruguay abrace la música de Nonpa.

Antes de este disco, habían grabado Nonpalidece (2021) durante la pandemia, ¿qué enseñanzas obtuvieron de grabar en una situación así de extraordinaria que hayan aplicado en este último disco?

Fueron dos instancias muy diferentes. Nosotros cumplíamos 25 años, teníamos previsto un lanzamiento, un show, un disco. Lo que sabemos todo de la pandemia: el tiempo se estancó. Cuando necesitábamos empezar a reencontrarnos musicalmente, nos dimos cuenta que hacer un disco de clásicos, después no sacar música original por casi ocho años, no era la jugada correcta. Para nosotros y para nuestro público. Entonces empezamos a “maquetearnos” a la distancia.

Es un disco que está muy atravesado por la pandemia, si bien no hay canciones literales que hablen de ella, pero se deja ver mucho. A mí me pasó que cuando acá se decretó la pandemia, con prohibiciones de circulación muy estrictas, mi niño había cumplido 2 años en enero. Por lo que quedé atrapado en la situación de la crianza de mi primer hijo. Muy teñido de algo horrible, que fue la pandemia, y algo maravilloso, que fue estar y pasar tiempo a una edad alucinante con mi hijo.

Fue muy bonito hacer el disco, porque hubo un signo de resiliencia nuestro. Ante otra situación adversa, pudimos encontrarnos y hacer música. A finales de 2020, donde los controles de circulación estaban más laxos, nos juntamos en la sala y lo grabamos. Un disco que además nos sirvió mucho para plantarnos, que ganó el Gardel al mejor disco de reggae, y además lo editamos como vinilo hace muy poquito. Nos súper representa y le pusimos el nombre de la banda porque venía a reafirmar todo lo que veníamos haciendo. Fue como una flor que nace entre escalones de un edificio de puro cemento. También fue mantener la cabeza ocupada en un momento de incertidumbre, a nosotros económicamente nos pegó mucho. Lo primero que se cortó fueron los recitales, los bares, y fueron lo último que volvió.

Ese disco salió en octubre en 2021 y es parte de nuestro repertorio, estamos tocando mucho de ese disco. Algo que intentamos hacer con Nonpa es pegar la música nueva a lo que sentimos que es nuestro repertorio más clásico. No quedar como esas bandas que quedan con un repertorio muy fuerte y clásico y les cuesta tocar temas nuevos. 

A esos artistas les cuesta más, después de tantos años, hacer un disco redondo y que pegue igual que los clásicos. Como músico en una banda de 25 años, ¿existe una presión en ese aspecto? 

Una presión, pero no que nos lleve a un lugar feo o que nos tenga malhumorados. Si queremos levantar la vara, siempre querés hacer algo mejor de lo que venís haciendo y cada disco te deja una enseñanza diferente. Nos fuimos a grabar un disco a San Luis, una provincia en el norte de Argentina, porque en el estudio podíamos grabar todos juntos. Queríamos grabar como se grababa el reggae en los 70, el sonido y la potencia del vivo, pero con el audio controlado en un estudio. Estuvo genial la experiencia, ese disco fue Activistas (2005), que además lo grabamos en otra afinación porque en un momento flasheamos con el 432. Siempre tuvimos cosas alternativas a solamente editar música.

La clave es ser consecuente y sincero con lo que uno siente. Si eso funciona así y el grupo se maneja así, hay cosas que dejan de importarte. En este momento de la música, además, donde los números tienen un lenguaje muy preponderante. Venimos de lo analógico, no termino de entender y me quiero desmarcar de todo lo que significa tener seis millones de visitas en treinta y cinco horas, porque sino parece que sos un perdedor. De hecho, vos vas al video de Fito y Fabi con Nonpa, no lo vi, pero si tiene veinte mil visitas es mucho. Para mí, es un gran logro que hayan todas esas personas, pero parece que en los momentos donde vivimos hoy, si no tenés veinticinco millones de reproducciones en cuatro días, la canción no funcionó. En esto que estamos haciendo ahora, haciendo featurings y colaboraciones, por ahí el sello te ofrece hacer una canción con alguien y no te suena, pero te presentan los números. Me parece que se pone muy exitista.

Entre eso, y que parece que los shows tienen que ser sold out, es como una psicosis que hay de estar todo el tiempo informando que se fue agotando. Después parece que el show no funcionó porque no pusiste el cartel de sold out, o se lo ponés igual porque la gente sabe que faltaban pocos. ¿Para qué? Si no estamos compitiendo contra nadie, estamos haciendo música y vos tenés ganas de venir a escuchar la banda porque te gusta, o te invitó un amigo. Por ahí es la primera vez y no conocés tanto. Por eso pienso que los conciertos son más que un grupo de músicos y un grupo de gente que va a ver esos músicos, hay mucho más. Implica otras cosas, por ahí arrancás en la tarde tomando unos mates para después ir a ver un recital y después te vas a comer. Es un momento social donde uno conecta con otras cosas y durante un tiempo podes desenchufarte de la hostil realidad, por lo menos la argentina.  

Como músico argentino, ¿cómo creés que está siendo percibida la importancia que tiene la cultura en esos momentos?

La cultura en Argentina esta siendo sistemáticamente atacada, señalada y rotulada casi como la grasa de militancia. Ahora están discutiendo si cerrar el Incaa, que es un instituto que financia cine y están todos los actores a las puteadas. El presidente peleándose con Lali Espósito por Twitter por si cobró o no cobró un show estatal. Hay un nivel bajo de debate en estos momentos en Argentina con respecto al lugar que ocupa la cultura y esta visión que tienen de los mercados. Es realmente angustiante. No tanto el presidente en sí, porque siempre dijo lo mismo y para mí es un infeliz, pero todo el debate que se armó alrededor de sus seguidores y todo el aparato que tiene en redes sociales, cómo se comunica. Es abrumador.

Siento que la gente necesita reencontrarse con sus amistades, sus afectos, y un concierto le da una contención. Siento que por momentos somos como una válvula de descompresión de angustias, de enojos, y necesitamos reencontrarnos con un momento de felicidad y armonía. De repente vos te encontraste ahora con que tenés que ser experto en economía, saber si la plata va en plazo fijo o si la inflación se va a anexar a los bonos. Yo quiero levantarme y tener laburo, tomarme el bondi, ir a ver a mi vieja, comer un plato de fideos. Todo ahora es una situación de tener que dar explicaciones para todo, es realmente desgastante. Creo que la música de Nonpa pueden dar esos momentos de alivio mental.  

Por Sofía Durand Fernández
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