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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Mash up generacional

Nuevo Día, el festival porteño que representa una escena que no tiene techo y que grita

Realizado durante el último fin de semana de enero en el Centro Cultural Konex de Buenos Aires, el festival vivió de pogo y aplausos.

02.02.2024 16:58

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2024-02-02T16:58:00-03:00
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Escribe Juan Gabriel López | @galopezjuan

El último fin de semana de enero en Buenos Aires tuvo como protagonista absoluto al festival Nuevo Día. Es que el evento realizado por Surfer Rosas desde el 2022, que tuvo su edición internacional en Montevideo 2023, se terminó de consagrar en el Centro Cultural Konex con dos fechas épicas. 

Los números de ambas tertulias son gigantes y grafican el esplendor de una escena independiente que aún no tiene techo; dos escenarios, doce artistas, trece horas acumuladas, un promedio de edad incalculable y casi 4.000 personas latiendo en el corazón del Abasto porteño. 

Además de los artistas independientes más consagrados de los últimos tres años, el festival contó con históricos como los Massacre y sumó a dos nombres que ya son parte de la historia de la música argentina: Marina Fages y Barbi Recanati. 

Sakatumba. Foto: @Charlieriobueno

Sakatumba. Foto: @Charlieriobueno

En palabras de Trapinsky, productor primigenio de Surfer Rosas, el aspecto intergeneracional fue siempre importante desde la ideología de la productora: “es un triunfo para nosotros trabajar con quiénes lo hacemos y de la forma en la que lo hacemos; al festival fueron bandas y amigos de hace mucho tiempo, eso es una satisfacción enorme”, declaró para LatidoBEAT.

Sakatumba, Winona Riders, Massacre, Dum Chica, Marina Fages, Las Tussi, Buenos Vampiros, Mujer Cebra, Barbi Recanati, Kill Flora, El Club Audiovisual y Ryan fueron la danza de nombres, en orden de aparición. Tanto dentro del line up del evento como dentro del público, las edades variaron al punto que no tendría sentido hacer un promedio. 

En versiones anteriores del festival esto fue una constancia, pero la manera en la que se logró esta presentación veraniega no tuvo igual. Los galardones no están signados solo por los rangos etáreos, sino también por la variedad musical que se manejó entre aquellos nuevos proyectos independientes y los históricos. 

Foto: @Charlieriobueno

Foto: @Charlieriobueno

Un ejemplo de este mash up generacional fue Barbi. Si bien es sabido el faneo de la ex Utopians hacia los jóvenes que conformaron el line up y su amor por esta nueva escena en general, la frontwoman estuvo impecable y no solamente en su turno de show. Unas largas horas después de tocar, Recanati se calzó la remera de Dum Chica y se subió a las tablas a cantar la canción de Ryan, “Capaz”, junto a Dante (el frontman de la banda). La cuestión funcionó como singular representación de la época y un salto para esta generación, que mucho tiene para decir.

Otro de los símbolos, en el marco de la primera noche, fueron los Massacre de Guillermo “Walas” Cidade. Resulta que Nuevo Día no sólo es el nombre del festival más épico de la Argentina en los últimos años, sino también, tiene la particularidad de ser el nombre de una canción compuesta por Massacre en 2005, en el álbum Diferentes Maneras.

Winona Riders. Foto: @Charlieriobueno

Winona Riders. Foto: @Charlieriobueno

Día 1: el pogo

Durante el primero de los nuevos días, todo fue pogo. El pogo es esa masa de espectadores que, según Google, hacen “algarabía, bullicio al ritmo de la música desde los lugares cercanos al escenario de un espectáculo de rock”. En este caso, el rock alternativo y la música independiente despertaron el movimiento en los cuerpos presentes desde bien temprano. 

Las puertas de Konex se abrieron a las 18:00 horas de la calurosa tarde del viernes 26 de enero. Algunas decenas de jóvenes se acercaron tímidamente, fumando algunos puchos, con una cerveza y muchas aguas en mano, al patio más convocante del barrio del Abasto. 

En cualquier festival, además de poner a prueba el sonido, la primera banda en un festival de doce tiene la gran responsabilidad de “precalentar” o “warmupear” los cuerpos y los oídos de los espectadores. 

Foto: @Charlieriobueno

Foto: @Charlieriobueno

Sakatumba, con más de cuatro años de vigencia, es uno de los más experimentados grupos de la nueva generación. En el arte de tocar en vivo, no titubearon ni hicieron pesar esa responsabilidad. El show que comenzó pasadas las 18:45 fue sólido y conciso. Repasaron los 24 minutos de su álbum Puro Teatro (2023) más algunas joyas nuevas, todas canciones que lograron durante su punto álgido: el primer pogo de la fecha.

La primera hora del Nuevo Día dejó en claro que se trataba de un festival. De lo que verdaderamente es, en esencia, un festival. Ferias de ropa y de libros, comidas, medios alternativos, medios hegemónicos, sillas reposeras, bebidas frescas, helados, dulces, jóvenes y no tan jóvenes. Para las 20:00 hs, al Nuevo Día no le faltaba nada y la gente ya era mucha. 


El turno de Winona Riders llegó cuando el número de asistentes del festival se acercaba a los 2.000. Otra banda sólida y con una larga trayectoria dentro del under. Gigante 2023 para los del oeste del conurbano, que dejaron boquiabiertos a propios y extraños con dos de los mejores álbumes del año y más de 59 shows en vivo. 

Massacre. Foto: @Charlieriobueno

Massacre. Foto: @Charlieriobueno

Con un núcleo duro de pogo, los cuerpos sudados chocaron y bailaron al ritmo del éxtasis. Con un par de versiones un tanto inusuales pero igual de buenas a las originales, las canciones de la expresión más arrogante del momento [SIC] funcionaron como espectacular condimento previo a los Massacre y lograron uno de los picos más álgidos del festival. 

Los Massacre tocan hace 38 años y son la banda que mejor representa el espíritu “do it yourself” e independiente de Argentina. Nada se puede agregar a semejante trayectoria, y todo se puede decir de este grupo que siempre estuvo parado del lado de las causas sociales y desde una postura auténtica, crítica y proactiva. Ni que hablar de la atención hacia lo nuevo, hacia lo que está por suceder. 

Más de 2.000 personas, de todas las edades, celebraron, lloraron, hicieron pogo y brindaron por la presencia en semejante festival, de estos monstruos liderados por el Walas. Así, Massacre cerró el escenario Nuevo Día, en la primera de las dos noches épicas.

Foto: @Charlieriobueno

Foto: @Charlieriobueno

La fiesta pasó del patio a la conocida sala de las columnas. El escenario “Vomit” fue pisado por primera vez en el festival por Lucy, Juana y Rama: Dum Chica, fiel a su costumbre, marcó el ritmo del pogo más bailable del evento. 

Los ya temas clásicos de Dumi, y los que están por venir, levantaron aún más la temperatura de la calurosa sala y lograron que todo (algunos cuerpos inclusive) volaran por el aire. Prestar especial atención al material que este año nos brindará la banda, pues Dum Chica es otra de las que parece no tener techo.

Una particularidad y una representación de lo que es un símbolo de nuestra época, fue la presencia de mujeres en esta fecha. El contexto argentino, de inminente ebullición económica y social, requiere que la cultura aplique unión y fuerza para resistir los embates neoliberales del gobierno. Para eso el movimiento de mujeres y la lucha por la igualdad y la equidad, resulta fundamental. El festival entero, pero en especial el escenario Vomit (nombre de una fiesta de Surfer Rosas por la que han pasado decenas de artistas mujeres y disidencias), fue el territorio donde esto se encarnó. 

Dum Chica. Foto: @Charlieriobueno

Dum Chica. Foto: @Charlieriobueno

Al respecto, Delfina Gel, frontwoman y guitarrista de El Club Audiovisual, dijo para esta crónica que “tanto en la producción como en las bandas existen mujeres y disidencias trabajando. Son espacios súper inclusivos y está buenísimo el lugar para otras voces. Desde las bandas transmitimos esto con la música y las letras y remarcamos siempre que formamos un espacio donde todes pueden participar”.

Juana Gallardo, bajista de Dum Chica, reafirma lo anterior: “La presencia de mujeres está en el under pero en el mainstream también, lo que implica que no por ser minas tenemos más o menos talento musical, aunque igualmente, seguimos siendo una minoría dentro de la sociedad patriarcal en la que vivimos. Algo que me puso contenta es que está buenísimo que ya no tenés que ser una Rosalía que está buena y es hegemónica para que te vaya bien y, en lo personal, fue la primera vez que pude tocar con mis piernas en el aire y sentirme bien”.

Si hay alguien que sabe lo que es luchar y hacerse un lugar como mujer en un ambiente predominantemente de hombres, como lo era el rock hace más de 15 años, es Marina Fages. La frontwoman es parte de una generación de mujeres que hicieron todo para que los espacios cómo Vomit aparezcan. 

Marina Fages.  Foto: @Charlieriobueno

Marina Fages. Foto: @Charlieriobueno

El show de la artista visual y compositora de 40 años funcionó también como otra demostración de la unión entre las nuevas generaciones. A ella se la vio sólida, pero también conmovida por éste lazo. 

Para cerrar la noche se presentaron Las Tussi, otra banda candidata a mejor disco del 2023. La descripción en plataformas de las tres chicas de Buenos Aires reza: “Trío que se autodefine como ignorant punk, que se formó a partir de tres ideas distintas de cómo debería sonar el punk. Sólo coinciden en lo ruidoso y lo caótico de sus formas”. Y así fue.

En perfecta línea con el recital de Marina y el de Dum Chica, todo voló por el aire hasta que pasó la primera jornada del Nuevo Día. Aquella noche calurosa que comenzó sólida y concisamente con un pogo de Sakatumba, se despidió apenas pasada la 1:00 con otro pogo, eléctrico y soberbio de Las Tussi. Aquella noche fue la primera de dos en quedar en la historia de la música argentina.

Las Tussi. Foto: @Charlieriobueno

Las Tussi. Foto: @Charlieriobueno

Dia 2: la consagración

Con los mismos paisajes visuales y algunos grados más altos de temperatura, el día dos tuvo como esencia e hilo conductor, nada más y nada menos, que a la consagración. Este aspecto varía según el proyecto que se mire. 

Por ejemplo, la consagración de promesas que pasan a ser realidades, como los Buenos Vampiros de Mar del Plata, que largaron la fecha de grandiosa manera. Muchos jóvenes en el público desde un primer momento y, tal como en el día 1, el pogo y los cánticos en contra de las políticas despiadadas del gobierno nacional, no se hicieron esperar. Los “vampis”, quizás, son de las bandas a las que mejor les calza la camiseta de la resistencia. 

Si hablamos de consagración, Mujer Cebra cerró el 2023 con la presentación en Niceto Club de su nuevo álbum Clase B, lo que significó un paso enorme en la banda y, justamente, los consagró como uno de los proyectos alternativos con mejor actualidad. Para el 2024 tienen toda una gira planeada pero este primer show en el Nuevo Día reconfirmó el crecimiento y la potencia inacabable de este trío.

Buenos Vampiros. Foto: @Charlieriobueno

Buenos Vampiros. Foto: @Charlieriobueno

Entre los Buenos Vampiros y Mujer Cebra existe una figura clave, y que pasa casi desapercibida. Estanislao López fue el sonidista de ambas bandas en la fecha, pero, también desde Casa del Puente Discos, se transformó en uno de los productores musicales más reconocidos del país y responsable directo de la sonoridad de una generación en plena ebullición. 

En palabras del “duque del sonido”, lo que pasó el fin de semana “dejó en claro dónde está posicionada la escena nueva de música argentina, la gente encontró un sentido de pertenencia muy grande, en un contexto político económico y social complicado. Es algo que hace falta, lo que nos ayudará a transitar este momento oscuro de la historia de nuestro país”.

Después de que los Cebras lograran un pogo, incluso participaron los propios vampis que se encontraban en el público (otra marca de época), llegó el turno de un nuevo tipo de consagración. Barbi Recanati es, desde hace años, una líder. Son innumerables los logros que consiguió en 19 años de carrera desde su rol cultural (también es periodista). Muchas son las anécdotas que la llevaron a ser portadora de su propia generación. 

Mujer Cebra. Foto: @Charlieriobueno

Mujer Cebra. Foto: @Charlieriobueno

Sin embargo, el sábado la consagró como una figura intermediaria, un gancho, un lazo que ata dos generaciones que parecían partidas e indisolubles. Barbi, con su elocuencia y atención, le dedicó elogiosas palabras a los organizadores del festival, nombró a cada una de las bandas y, por supuesto, se manifestó en contra de las políticas anti cultura del gobierno nacional argentino, finalizando la tarde en el patio del Konex con casi una hora de show.

El turno de Kill Flora en el escenario Vomit no se hizo esperar. Minutos antes de las 22:00 horas, la banda liderada por Lucía y Judy demostró una vez más la calidad musical y el potencial tremendo que las puso a la vanguardia del 2023. 

Con tan sólo 19 años, su consagración pasa por ser el grupo con dos frontwoman de mayor envergadura. Es que el shoegaze punk de las Flora, que por momentos parece sónico y por otros progresivo, se convierte en hipnosis pura en el momento en que las voces de las dos cantantes, junto a la sonoridad de los instrumentos, se vuelven una sola cosa. 

Según Lucía, “el line up del festival habla por sí sólo, es para estar orgullosos, el festival habla las verdades de lo que pasa en la escena. Teniendo en cuenta el contexto social actual, hay valores y derechos que están en peligro, por eso son importantes estos espacios”. 

El lugar de El Club Audiovisual en la escena es, desde la sonoridad y la lírica, la perfecta condensación, el punto límite, el borde entre la generación anterior y la actual. Pop noise, indie rock, agite y sentimientos, son géneros y características salientes del grupo que comparten con aquel movimiento indie proveniente de La Plata y Mendoza. 

Foto: @Charlieriobueno

Foto: @Charlieriobueno

Basta con escuchar canciones como “¿Qué más puedo hacer?” y “Madrugada” para comprobarlo. Entonces, si para Barbi Recanati el premio a la consagración de la intergeneracionalidad está dado desde su lugar y extensa trayectoria, a la inversa, desde la sonoridad y la lírica, El Club se merece el mismo premio, pero desde su lugar de banda nueva. 

A las 00:01 horas, estaba comenzando un día que sería totalmente distinto en la vida de los participantes, público y productores del Nuevo Día. No solamente por el gran show que en ese preciso horario empezaba Ryan, sino por el éxito rotundo del festival. Éxito que le da un impulso y una potencia tremenda a un grupo enorme de personas y personitas que piden, y se generan su propia pista, con cada vez más fuerza.

El show de Ryan arrancó de una manera en la que no suele suceder: un cover. Y es que Dante, frontman de la banda y golden boy de la escena actual, tiene el valor de interpretar “Una Vela” de Intoxicados de una manera única, pero rara vez fue usado al comienzo del show. El efecto fue de electricidad plena y los presentes no pararon de agitar, hasta el punto más álgido que fue el mash up con Barbi Recanati en el escenario.

Para la 1:00, Ryan había finalizado y quedaba el Dj LetsGou (líder de la pista en ambas noches). La ebullición de la gente fue cambiando por cuerpos elongando, cuerpos que fueron saliendo lenta y paulatinamente a la vereda del Konex. En resumidas cuentas, el festival Nuevo Día fue la consagración del pogo como ejercicio de liberación y de la música como expresión y resistencia. También funcionó como fiel representación de una escena que no tiene techo y sí tiene mucho para gritar.