Documento sin título
Contenido creado por Sofia Durand
Música
Post mortem

Paisaje Fósil: un oxímoron que habita en el nuevo álbum de Hermanos Láser

El 29 de febrero de este año, la banda lanzó Paisaje Fósil, su nuevo álbum, que surge a partir de la experimentación.

25.03.2024 17:57

Lectura: 16'

2024-03-25T17:57:00-03:00
Compartir en

Por Sofía Durand Fernández
sofdurfer

Atrapar una mariposa y ponerla en un frasco. Arrancar una flor del jardín, con ansias de atesorarla, sin saber que así perderá la vida y, consecuentemente, quedará marchita. Sebastián Cáceres, integrante y fundador de Hermanos Láser, lo define como encapsular un sentimiento en movimiento y que, al agregarle capas, quede cristalizado. 

Un paisaje fósil. Lo que ahora está en el auge de la vitalidad, pero eventualmente tomará otra forma, perderá movimiento. La unidad entre los dos polos. Esto es el concepto sobre el que se rige "Paisaje Fósil", el nuevo álbum de Hermanos Láser. 

Un concepto que, según Cáceres y Charly Servetto -este último siendo la más reciente incorporación de la banda-, no estaba explícitamente presente durante la composición y grabación del disco. "Las búsquedas de los Láser están basadas en la emoción", afirmó Servetto, en entrevista con Latido BEAT. 

Un proceso que va tomando forma conforme pasa a otras manos, es escuchado por otros oídos y analizado por otros que no sean sus creadores. El 25 de abril, en Inmigrantes, va a ser la primera ocasión para que Paisaje Fósil suene y así, continuar delimitando su concepto. Las entradas se pueden adquirir aquí.

¿Por qué Paisaje Fósil? 

Sebastián Cáceres: Creo que los nombres de los discos siempre son nombres autorreferenciales, tienen algo que ver con la manera en la que los estamos haciendo. Paisaje Fósil es un oxímoron, no hay nada más vivo que un paisaje y nada más muerto que un fósil. Es algo de lo que trae el disco. Esa idea de que, cuando estás haciendo canciones, estás intentando encapsular un sentimiento que está todavía vivo y en movimiento, pero después lo vas grabando y capa sobre capa va quedando cristalizado y fosilizado en una forma determinada.  

Trabajaron con Guille Berta en producción, ¿cómo vivieron el proceso de grabación?

Charly Servetto: Hay dos temas que los produjo Nacho Vecino, ex integrante del plantel estable de Láser, que ahora se corrió a las perillas y eran dos temas muy particulares que teníamos ganas de darle otro enfoque. El resto sí los produjo Guille Berta, con mucho talento y paciencia infinita para manejar este grupo humano.

S.C.: Con él produjimos un sencillo que se llama "Movimientos". Fue un poco a raíz de la experiencia de ese laburo que decidimos convocarlo para el disco entero.  

Paisaje Fósil tiene mucho indie rock y otra cadencia, en comparación con otros trabajos que han hecho.  

S.C.: Hay una piscina de donde abrevan los Láser, que es un poco lo que nos define. Pero siempre, en cada disco, hay algún tema que se sale un poco de ese canon y después en el disco siguiente pasa a formar parte del canon. Acá vuelve a pasar lo mismo. Capaz que, por ahí, era un tema un poco border, pero para este disco ya es parte. Podés encontrar otro tema como "Lago de menta" que está emparentado. Aparecen otras cosas border, como Correvideo, Cuarzo o Júpiter. Son temas que son terrenos nuevos que estamos explorando.  

C.S.: Las búsquedas de los Láser están basadas en la emoción. No hubo un plan, no es, “vamos a hacer un disco así o asa”, es mas bien ir relojeando y bordeando la canción y la emoción. Cada canción tiene su mundo en sí mismo. Después, claro, las ganas y la combinación de la oreja de Guille con nuestras intenciones terminaron haciendo un disco un poco más abierto y ecléctico que los anteriores. Un poco más diverso, más colorido. Con algunas jugadas más arriesgadas en lo tímbrico y el tipo de instrumentación que te animás a usar. Una paleta más grande. Pero es todo vía intuición.  

S.C.: La conceptualización viene después, es post mortem.

C.S.: Ahora lo hacés, lo ves, y parece una obra homogénea y concluida con un plan. Pero no existe tal cosa.

S.C.: De hecho, todavía nosotros no sabemos qué es Paisaje Fósil, lo vamos conceptualizando a medida que pasa esto. Vos me estás preguntando, entonces yo empiezo a tratar de hilar. Eso es lo que termina generando la estampa de lo que después va a ser. Cuando vos hacés algo, al principio no tenés muy claro qué hiciste, está todo muy fresco, estuviste mucho rato haciéndolo y no tenes perspectiva de verlo de afuera. Eso se va reconstruyendo hablando sobre lo que hiciste y cómo. Ahí empezás a atar cabos y entenderlo.  

Muchos artistas dicen que una vez que la obra sale al mundo, deja de pertenecerles a ellos. Para ustedes, ¿ese proceso de definición y marcado de limites del álbum está tan ligado a las repercusiones posteriores del público? 

S.C.: Es así, por eso nosotros tratamos de evitar hablar de qué tratan las canciones, de qué van las letras, por qué dice esto o aquello. Lo mágico de la música es que, obviamente, cuando lo hiciste estabas pensando o te inspiraste en algo concreto, pero después, cuando otra persona lo recibe, no sabe de eso y puede revestirlo de lo que quiera. Esa es la magia que no se debe romper. Este tema por ahí habla de mí, pero cuando vos lo escuchas puede hablar de vos, o conectar con algo tuyo.  

Recién decían que este disco fue más colorido, ¿son abiertos a lo que puede sugerir un productor o un compañero?

S.C.: Para ser justos, no.  

C.S.: Hay mucha investigación, igual, de mucho rato de estar, probar, sacar y poner.  

S.C.: Sí y no. Hubo mucha investigación y al mismo tiempo nunca nos es fácil acatar las ordenes del productor.

C.S.: "Soltar", le decíamos en la interna.

S.C: De hecho, es por eso que todos los halagos de lo bueno que haya en ese disco se los adjudicamos a Guille Berta. Porque es todo por su paciencia, su nivel de tolerancia para poder llevarlo a buen puerto. Sería más fácil para él trabajar con gente que diga que sí. Nosotros trabajamos mucho, me animo a decir demasiado, con la duda, ese espacio en el que las cosas pueden ser de otra forma, a veces se nos estira más de lo deseado.  

El rol del productor muchas veces pasa desapercibido, no solo en el resultado, sino también durante la creación.

C.S.: Depende de los procesos de las bandas y del tipo de disco. Nosotros a Guille lo llamamos bastante temprano en el proceso y estuvo en la cocina de todo. Pero todos tenemos opiniones fuertes sobre cómo hacer las cosas y sobre sonoridades. Se hizo largo el proceso, por responsabilidad nuestra.  

S.C.: Ahí el rol del productor es central, porque, en definitiva, es el encargado de llevar el barco a puerto de una manera, a veces, hasta maquiavélica. “Vos tenes que hacer lo que haya que hacer para que esto se haga”.  

Puede ser un vínculo tóxico por momentos... 

S.C.: Mientras estás haciéndolo sí, y, a decir verdad, seguro Guille nos odió un montón en el proceso. Pero, luego, solo nos vamos a amar de por vida por haber transitado esto juntos.  

Integraron otras bandas, pero de alguna manera Los Hermanos Láser se mantiene unida hace varios años. Teniendo en cuenta que son varios y que tienen opiniones muy fuertes, ¿qué creen que es lo que después de tantos años los sigue manteniendo juntos?

Ambos: Qué buena pregunta. 

S.C.: Ninguno de nosotros puede imaginar la vida sin un refugio musical. Hemos estado en la vuelta de la musiquita desde muy guachos, y es una cosa que nos resistimos a abandonar. Eso para empezar. Seguimos juntos porque seguimos haciendo música.  

C.S.: Y el proyecto está bueno, esa es la verdad. La banda está increíble. Soy el ultimo que se integró y era fan absoluto de la banda. Me parece que es un privilegio increíble tener un proyecto así funcionando, entonces no lo querés dejar caer rápidamente. Realmente hay momentos donde es cansador, es frustrante.

Somos amigos, llegás a pelearte o a discutir con un amigo por el proyecto. Pero cuando baja la marea, pasás raya y te das cuenta de que esto es algo precioso, y que hay que cuidarlo. Porque no es fácil armar un proyecto que funcione así y que esté bueno. La gente acompaña, nos sentimos queridos y respetados por los colegas músicos. Hay un montón de cosas atrás que uno no las va a dejar correr fácilmente. Está el estimulo de la música y las canciones, es el centro del asunto. Es seguir en la búsqueda y seguir construyendo música que nos cope, que nos haga bien y que nos estimule.  

S.C.: En el tira y afloje es en donde puede aparecer algo único. Se contaminan las cosas por las visiones de personas distintas y lo que sale no es el fruto puro de nadie, es algo a lo que nadie podría llegar solo. Por más que haya canciones que a veces vienen más armadas y otras menos, al final del día lo que queda no podría existir, tal cual, sin haber sido contaminado por los demás.  

Haber pertenecido a otros proyectos te puede brindar una perspectiva diferente. ¿Encuentran que hay algo único en Los Hermanos Láser, o cada experiencia tiene lo suyo?  

S.C.: No sé si hay algo único, pero en cualquier caso estoy convencido de que uno tiene que defenderlo. Sea lo que sea que está pasando acá, hay que cuidarlo y trabajar para que sea mejor, para que el lugar esté cada vez más bueno y sea más cómodo. A veces surgen diferendos, entonces hay que aprender a ir surfeándola porque es una banda, es un colectivo y de alguna manera todo el mundo tiene que estar cómodo.  

Siendo una banda con múltiples discos y años de trayectoria, ¿sienten que el compromiso es mayor conforme pasan los años?

C.S.: No. El lugar que ocupa la banda en nuestras vidas y en el concierto montevideano, tiene la ventaja de que yo, al menos, no vivo tal presión. Sentís la presión de hacer las cosas bien, pero porque te gusta hacerlas así, no estamos a un nivel de expectativa por parte del publico. El máximo respeto que le podes dar a la gente que está esperando algo de vos es darle lo que vos sentís que es más importante. No complacer a nadie en ese sentido.  

S.C.: Darle algo honesto. La mejor manera de respetar al público, a veces, es defraudarlo. No a propósito, sino porque uno tiene que seguir siendo honesto con lo que hace.  

C.S.: No tenemos la presión de la complacencia, no tenemos que hacer una canción que sea igual a una canción que funcionó del disco anterior.  

S.C.: Nos iría mejor si lo hiciéramos, pero no es parte del plan.  

Han tocado en Buenos Aires e incluso planean volver con Paisaje Fósil, ¿qué diferencias encuentran con el público uruguayo?

S.C.: En otros países montás un show, podés estar meses preparándolo y después simplemente vas ciudad por ciudad y lo repetís. Montevideo tiene eso de que es muy pequeño, solo lo podes hacer una vez. La posibilidad es irse abriendo y colonizando un poco otros territorios, para poder tener más horas de vuelo.  

Voy a decir algo que es medio border, me puedo arrepentir. Hay algo en el público uruguayo que es muy especial. La gente está muy zarpada y todos hacen cosas, todos son músicos, directores de cine o diseñadores. Hemos ido a tocar a Brasil y en el primer show ves que hay una cola de gente afuera para pedirte un autógrafo. Es muy raro.  

Creo que nosotros nos estudiamos. Cuando nosotros vamos a ver a otras bandas y nosotros somos el publico, estamos estudiando. Fuimos a ver a Phoenix y estábamos en esa. Vas a estudiar a los shows.  

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

Hoy en día, hay una tendencia general de ir a un show y que ya no sean solo la música y el sonido, sino que también se preste atención a los elementos visuales. ¿Ustedes le dan peso a lo visual en sus presentaciones?

C.S.: Sí, y en esta etapa va a ser más grande. Algo que empezamos a hacer es armar un equipo técnico sólido y que se repite, que nos está acompañando. Eso redunda después en la construcción, tanto en la parte visual, como de luces. Lo cierto es que las canciones están en el centro. 

S.C.: Es algo que nos interesa, a lo que le damos mucha bola y le dedicamos un montón de tiempo, esfuerzo y recursos. Montar algo que ayude a empujar a la música. Pero al final del día, también lo que tiene que pasar es que la música tiene que sonar y estar solida. Eso, seguro, es lo más importante, lo demás es confite.  

C.S.: El show tiene todas esas variables, la gente te está mirando también. Pero se pueden hacer cosas muy saladas con poco, no es necesaria una gran parafernalia para hacer algo que esté bueno. Entonces, el centro es la música y la ejecución, de ahí hacia afuera.  

Si tuvieran que elegir a dos o tres músicos que estudian y con los que "sacan apuntes", ¿cuáles serían?

C.S.: Wilco, seguro.  

S.C.: Toda la gente de nuestra misma generación. Desde Hablan por la espalda, Zipitria, Alucinaciones en familia. Nosotros somos publico y, a la vez, vamos a estudiar a esos shows. Tenemos una banda amiga, que se llama Ataque Chino, que tiene una combinación bastante especial de música y poesía. Hacen algo que siempre que nos vamos de ahí decimos, “qué bueno esto, qué bien que lo hacen”.  

Ustedes forman parte del sonido de, al menos, esta década de música uruguaya.  

S.C.: Viste que el foco se va moviendo, hubo temporadas donde el rock era el estilo de música que estaba más en foco y después se fue moviendo a otros lugares. Hubo otros momentos donde estaba pasando algo de fusión de rock y música latina .Todas esas cosas fueron pasando y uno siempre está haciendo lo que quiere hacer. Hubo un momento donde el folk pasó a ocupar un lugar importante en la escena y nosotros llevábamos diez años haciendo folk, entonces de repente la luz quedó arriba nuestro.

Nosotros no vamos hacia la luz, vos estás haciendo algo y, a veces, puede pasar que lo que vos estés haciendo justo enganche y llame la atención. Por otros momentos vas a estar re lejos de donde están los focos. Es parte de la honestidad que decíamos hoy, nosotros hacemos lo que nos gusta hacer, no importa a dónde esté apuntando el foco.  

C.S.: Hay algunas cosas que podes hacer, pero van en contra de todo lo que pensamos que está bien y por lo que hacemos esto, entonces ni nos preocupamos por eso. Hacemos realmente lo que tenemos ganas, lo que sentimos, lo que nos gusta. Lo importante es hacerlo bien. Después que soltás, como dijiste hoy, problema del resto.  

¿En qué momento están ahora? ¿Tienen ganas de volver al estudio o necesitan un descanso? 

S.C.: Ahora mismo, el foco está puesto en aprenderse el disco. Para poderlo tocar en vivo, hay que aprenderlo. Hay discos que nacen dentro de una sala de ensayo. No es el caso ni de este, ni de ninguno de los de los Láser. Son todos de laboratorio, de experimento, de grabación y sobregrabación de cosas que después no se cómo las vamos a hacer en vivo, se verá. Ahora es el momento de ver cómo traducimos esto.  

C.S.: Este disco en particular tiene un montón de capas y texturas que hay que pensar cómo hacerlas. Es la otra parte divertida. Ensayar, pensar, practicar.  

¿No queda un poco de hartazgo después de repetirlo tantas veces?

C.S.: Es otra etapa. Si vos me decís, "el mes que viene te tenés que meter adentro de un estudio con los Láser a componer y grabar otra cosa", capaz que te pido una licencia. Pero para ponerse con esto, no. No veo la hora de ponerme a ensayar. Son procesos diferentes, una cosa es toda la parte de composición, grabación, producción, que es un proceso largo, desgastante y requiere un montón de concentración y esfuerzo. Esta otra parte también requiere de un montón de trabajo, pero de otro tipo.  

S.C.: Es más muscular.  

C.S.: El cansancio al cual te referís, me imagino que le puede pasar a esas bandas que ensayan un show y lo repiten en treinta ciudades en un mes y todas las noches se tienen que subir a tocar las mismas canciones en el mismo orden. Eso sí puede ser un poco desgastante, pero no nos toca esa. Ir a tocar en vivo es una parte que a todos nos estimula un montón. Lidiar con el error también, que pasa con todo lo que hiciste en el disco y tiene una cuestión de pureza por estar en el estudio. Cuando se baja a la realidad del escenario se vuelve más mugriento, más ruidoso y es todo más divertido.  

¿Cómo arman el setlist

S.C: No ha sido fácil. De un tiempo a esta parte hemos decidido ya no discutirlo entre todos, sino que haya un delegado que se encargue y el resto acate. Se cruzan muchas cosas, no solo lo que tenes ganas de tocar. Ninguno de nosotros pudo ver un show de los Láser. 

C.S.: Yo sí.  

S.C.: Vos sí, pero no de estos Láser.  

C.S.: No, de estos Láser no.  

S.C.: Uno especula con lo que cree que sucede cuando hacés esto y lo otro. La verdad es que no tenés ni idea, porque nunca estuviste abajo, siempre estuviste arriba.  

C.S.: Es todo a tientas. Lo único que sabemos es que el disco nuevo está ahí y hay que tocarlo. Queremos tocarlo, y va a tener un lugar cada vez más central dentro del show, pero va a ser progresivo. Es real que hay cosas que funcionan en determinados momentos y uno las usa estratégicamente para que el show sea interesante para el publico  

Por Sofía Durand Fernández
sofdurfer