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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Parte de un mal sueño

Peces Raros, la coexistencia musical del sonido electrónico y el fantasma del rock

La banda de argentinos se estará presentando el próximo 20 de abril en el Cosquín Rock, junto a Ratones Paranoicos y La Mona Jiménez.

17.04.2024 13:57

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2024-04-17T13:57:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Dicen que a la música la encaran desde la pista, pero también dicen que por alguna rendija se cuela el rock. Y es cierto: al rock no pueden sacárselo de encima. Es un fantasma con el que conviven. De madrugada, cuando suelen tocar en vivo, existe una comunión entre el público y la banda. 

Peces Raros, una banda que nació en La Plata, Argentina. Específicamente, en la Facultad de Bellas Artes de esa ciudad porque allí fue donde se conocieron Marco Viera y Lucio Consolo, el duo que lidera el grupo musical, en 2011. Empezaron con una tradición muy del rock nacional argentino (Charly García, Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo), pero también del rock internacional como Radiohead o los Beatles. 

Bellas Artes les dio, además del sonido rockero, la óptica de lo académico. Cómo se forman los géneros, las corrientes estéticas, cómo se categoriza la música, cómo funciona la industria, el mercado, la historia. La construcción clásica de canciones, el armado de discos. 

Pero lo que les dio el sonido electrónico fue, en realidad, la vida misma. A la música electrónica la descubrieron en una fiesta por 2015, específicamente en una Time Warp, en Mar del Plata. Esa noche, tocaron DJs de la talla de Richi Hawtin. 

No gracias (2014) fue el primer disco de Peces Raros y tiene un sonido repleto de rock clásico, con los influjos de Pescado Rabioso o de Charly. Parte de un mal sueño (2016) incorporó lo electrónico, porque fue lo que vino después de esa revolución sonora vinculada más a las raves que a los pogos del rock. Anestesia (2018) tensó aquello todavía más: tomar el concepto de la canción y acercarlo lo más posible a un DJ set. En 2020 apareció Desconfiguración, Vol.2, que incluyó remixes del disco anterior.

"Lo que fue generando un desplazamiento en los recursos compositivos que fuimos incorporando a lo largo de los años con los discos, está relacionado con el objetivo sonoro que teníamos en ese momento", dice Lucio Consolo en entrevista con LatidoBEAT.

Y Dogma (2021), en realidad desarmó lo anterior, sin desarmarlo. A medida que fueron entendiendo más sobre el sonido electrónico, se fueron saliendo de la pista, o del concepto "rave". Y, de hecho, ese disco fue el que les valió una colaboración con Trueno. 

Peces Raros se estará presentando el próximo sábado 20 de abril en el Cosquín Rock de Montevideo, junto a artistas como los Ratones Paranoicos y La Mona Jiménez (entradas acá). 

Fotos: cortesía de la producción

Fotos: cortesía de la producción

Después de varios discos, ¿cómo fueron cambiando los métodos compositivos? ¿Qué hacían antes que no hacen ahora, y vice versa?

Yo creo que no hay nada que hiciésemos antes, que no hagamos ahora. Pero sí hay cosas que hacemos ahora, que no hacíamos antes. Porque lo que fue generando un desplazamiento en los recursos compositivos que fuimos incorporando a lo largo de los años con los discos, está relacionado con el objetivo sonoro que teníamos en ese momento.

Por ejemplo, nosotros para No gracias, nuestro primer disco, éramos una banda de rock y lo que queríamos hacer era rock, y eran canciones y éramos una banda en una sala de ensayo haciendo canciones de rock. Lo que escucho hoy en día es un disco de rock de una banda de rock.

En nuestro segundo disco, que es Parte de un mal sueño, descubrimos la electrónica y de repente quisimos incorporar un montón de recursos compositivos y de lenguaje musical de la electrónica, como son las frases cortas, repetitivas, bajos repetitivos también, armonía circular. Es decir, armonía que se repite. Y éramos una banda con instrumentación tradicional de rock, intentando hacer electrónica y de ahí sale Parte de un mal sueño.

Ya para Anestesia nos metemos más adentro en lo que es la música electrónica y nos compramos bandejas, empezamos a ir a fiestas, a pasar música en fiestas, entender lo que es una pista de baile. Nos compramos sintetizadores y los incorporamos a la banda. De ahí sale Anestesia que es un disco que, si bien se arma en sala de ensayo, ya dominamos un montón de lo que es el lenguaje de producción musical en relación a la electrónica.

Para nuestro último disco, que es Dogma, nosotros teníamos la idea de volver hacia la canción. Es decir, de nuevamente acercarnos a la canción como elemento ordenador de la narrativa y paradójicamente es el disco con los procedimientos más sintéticos de todos. Es un disco que trabajamos directamente en el estudio con máquinas, con software, con sintetizadores, caja de ritmo. Y son canciones que armamos casi arquitectónicamente, como un rompe cabezas. Es un disco en el cual queríamos poner a jugar todo lo que habíamos aprendido todos esos años y ponerlo a disposición de la canción.

Los recursos se van intercambiando, nunca dejamos de agarrar una guitarra o un piano para hacer una canción, pero sí hoy en día gozamos de una paleta mucho más amplia de recursos a la hora de abordar un tema. 

Fotos: cortesía de la producción

Fotos: cortesía de la producción

Hay algo muy característico de las raves en sus shows, que también tienen mucho de rock, que es por ejemplo que la música no para. O la importancia de las luces en el espectáculo. ¿De dónde sale su atracción por cumplir con estas condiciones? ¿O qué es lo que les interesa de esta forma de hacer shows? 

Eso que señalás, eso de que la música no pare y esa similitud con muchas veces una dinámica de rave en el show, tiene que ver con que nosotros en algún momento de nuestra película descubrimos la música electrónica, lo que nos llevó a poner en crisis un montón de ideas que nosotros teníamos de nuestra formación tradicional musical y de nuestra forma de entender cómo era un show o cómo podía ser un show de una banda. Entonces, a partir de ese descubrimiento se inicia un proceso en el cual fuimos incorporando distintos recursos, no solo musicales, sino también performáticos. Y, de repente, poder jugar con las luces de otro modo, poder jugar con las atmósferas de otro modo, proponer una dinámica distinta a lo que puede ser un show de una banda de rock tradicional nos encantaba. Eso fue, un poco, lo que nos fue moviendo.

Fotos: cortesía de la producción

Fotos: cortesía de la producción

Hablando de los shows en vivo, Peces Raros tiene ese carácter que su música puede ser completamente bailable, o se la puede escuchar desde la quietud. ¿Qué es lo que tiene la música que habilita esa posibilidad? ¿Y qué del público?

Yo creo que lo que brinda la posibilidad de que pueda ser tanto bailado, como escuchado, tiene que ver con que si bien hacemos un show que apunta mucho al cuerpo, es decir que apela mucho a una escucha con el baile, también hacemos canciones. Es decir, nosotros nunca dejamos de hacer canciones y "nosotros nunca dejamos de hacer canciones" significa que nunca dejamos de poner mucho el foco en la estructura clásica de una canción. De poner mucha atención a las letras, de sentir que eso es una parte fundamental para nosotros de la música y creo que esas características, o esas singularidades, hacen que, si querés estar bailando, podés estarlo. Y, si querés tener una experiencia más cancionera de show, también puedas hacerlo. 

Siguiendo con eso, hay bastantes diferencias entre los públicos rockeros y los ravers. Por ahí el rockero está más vinculado a saltar, al pogo, a algo un poco más volcánico o catártico. El raver, obvio que es re bailado, pero no es tan efervescente. ¿Qué han visto suceder dentro de los públicos que van a verlos?

Es verdad que hay conductas muy disímiles entre lo que es la audiencia de rock y lo que es la audiencia de electrónica, la audiencia de rave. Lo que sucede, al menos en nuestros shows, es que cuando prevalece una atmósfera rockera, cuando ganan los materiales del rock, como pueden ser las guitarras, la batería acústica, cuando gana esa crudeza más rockera gana también en la audiencia una conducta mucho más relacionada con el rock. Cuando estamos más techno o más progre, más oscuros, o más modo club, la audiencia se va para ese lado, también. Es decir que coexiste el público y coexisten también las experiencias estéticas, en definitiva.

Fotos: cortesía de la producción

Fotos: cortesía de la producción

Han dicho que no creen formar parte de una categoría de mercado, pero ya se los ha tildado de electrónica con un fantasma de rock detrás. Eso es, a grandes rasgos, rock y electrónica. ¿Qué es lo que no abarca esa definición?

Esa definición la hemos hecho nosotros, de hecho. Nos gusta definirnos así. Obviamente que formamos parte de alguna categoría de mercado y más hoy en día, que es imposible no formar parte de una categoría de mercado porque aparentemente el mercado todo lo abarca. Así que no nos referíamos probablemente a que no formamos parte de una categoría de mercado. Pero sí no es tan cómodo como decir rock o electrónica, porque electrónica hay un carril muy bien preparado y cuando decís rock hay otro carril bien preparado a la hora de inserción en el mercado. Entonces, nos referíamos a cierta morfología que se hacía que no sea tan fácil como decir rock o electrónica, o pop rock, o lo que quisiéramos decir. 

Leí por ahí que uno tomó del otro la forma de hacer canciones y lo folk y, por el otro lado, el otro absorbió las cosas más experimentales de la electrónica. Hay gente que dice que la creatividad es, en definitiva, juntar dos elementos poco probables y hacerlos funcionar. ¿Creen que Peces Raros entra en esa definición?

Yo creo que es una tarea demasiado compleja definir la creatividad. Yo no tengo una frase paradigmática o axiomática para definir la creatividad, realmente. Si tuviera que decir algo, diría que es una suerte de inteligencia en la cual podemos deshacernos de ciertas emociones, de sublimar, de tener una antena y algo de todo lo que sucede alrededor de uno bajarlo a tierra. Y darle forma. Y, en el caso de la música, poder llamarlo canción. No sé si eso es una definición de creatividad, tampoco. 

Fotos: cortesía de la producción

Fotos: cortesía de la producción

También han dicho que al rock no se lo pueden sacar de encima, ¿en algún momento los encorsetó el rock a la hora de hacer música?

No, para nada. Al rock nunca nos lo pudimos sacar de encima y la realidad es que tampoco nos lo quisiéramos sacar nunca de encima porque nos sentimos muy nosotros con todo eso. Es de donde venimos y, de donde uno viene, no se puede negar. No se puede rehuir de eso. Sería hasta un poco inocente creer que uno puede escapar de donde uno viene, en sentido metafísico, no hablando de un sentido geográfico. Así que jamás nos encorsetó, al contrario, siempre nos aportó algo y nos permitió jugar de una manera en que nos sentíamos nosotros mismos. 

Por Federica Bordaberry