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Pierre Lemaitre: "Me interesan más las novelas que sus autores"

Fue la "inconsciencia" la que llevó a Pierre Lemaitre a embarcarse en la aventura de crear "Diccionario apasionado de la novela negra".

16.02.2022 06:50

Lectura: 6'

2022-02-16T06:50:00-03:00
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Aunque a muchos de sus fieles seguidores les parezca mentira, fue la "inconsciencia" la que llevó al escritor Pierre Lemaitre a embarcarse en la aventura de crear "Diccionario apasionado de la novela negra", un ensayo personal sobre este género en el que él es uno de sus reyes indiscutibles.

Directo y sin ambages, como el protagonista de una de las mejores sagas del "noir", el comisario Camille Verhoeven, así es Lemaitre (París, 1951), quien llega de nuevo a las librerías (Salamandra) con esta suerte de biblia personal por la que ha ofrecido una entrevista a la Agencia EFE.

Pregunta.- Nos ofrece una obra ensayística que es una visión subjetiva del género, un panorama muy personal de los thrillers. ¿Qué le impulsó a escribirla?

Respuesta.- La inconsciencia. No medí la cantidad de trabajo que esto exigió, ingenuamente me parecía que mi memoria me bastaría, pero estaba muy lejos. Me lancé y todos me dirán, espero, que soy un autor leal que cuando firmo un contrato lo honro.

P.- James Ellroy, Dashiell Hammett, Leonardo Padura, Vázquez Montalbán, Pérez Reverte o Luis Sepúlveda son algunos de los autores que aparecen en su libro, pero hay muchos más. ¿Ha sido difícil hacer esta selección con la que nos permite conocer sus preferencias y su fobias?

R.- El arbitraje fue difícil. Cuando me acerqué al final comprobé el número de franceses y extranjeros, el número de mujeres y hombres, autores vivos y muertos, y me di cuenta de que estaba lejos del final porque tenía muchos avisos adicionales y un montón de notas para escribir.

No tenía una preocupación democrática pero me puse en el lugar de un lector que no conociera la novela negra, que es lo que digo en este trabajo y me pareció necesario escribir sobre mis propios gustos para darle una imagen correspondiente a una realidad viva.

P.- ¿Qué le interesa más, los personajes o quienes los crearon?

R.- Los autores me interesan poco, me interesan más las novelas. Tuve que escribirme notas de alerta porque esa era una especie de regla del juego para este diccionario, y eso que algunos escritores tienen una vida muy romántica, pero no hubiera sido capaz de escribirlo sin citar el nombre de un solo autor. La literatura debe poder ser entendida sin necesariamente apelar a estas nociones de biografía.

P.- Me imagino que se ha divertido mucho escribiendo el libro.

R.- De vez en cuando, y espero que esto se sienta al leerlo.

P.- ¿En quién pensaba al escribirlo, en los lectores o en sus colegas?

R.- Se me ocurrió pensar en los que autores que están y en los que ya no están y aparecen en el diccionario. Fue muy presuntuoso por mi parte porque creo que este trabajo los dejaría indiferentes. Podría contar con los dedos de una mano los que me enviaron un gesto o un simple guiño al leer el aviso relativo a su trabajo. Y tienen razón.

P.- La pasión es uno de los grandes motores de cualquier novela. ¿También es su amor para el género negro el qué le impulsó a escribir este diccionario?

R.- ¡Sin pasión no veo cómo uno podría embarcarse en un trabajo de esta magnitud!

P.- En "Diccionario apasionado de la novela negra" también das claves genéricas del oficio de escribir. ¿Por qué esta generosidad?

R.- Siempre me ha gustado explicar cómo trabajo. Al contrario de lo que me temía, los lectores no son indiferentes a la forma en que trabajan los novelistas. Fue para mi un pequeño toque adicional y personal dar a este diccionario algunos secretos de fabricación, que, básicamente, no son secretos, pero puede ser divertidos e interesantes para algunos lectores ansiosos en embarcarse en la novela negra.

P.- En los últimos años la novela negra es el género de moda, ¿es bueno o malo?

R.- Que la literatura esté de moda es de por sí una muy buena noticia. Nosotros vivimos una gran crisis y nos dirigimos hacia tiempos tan inciertos que no es de extrañar que la novela negra interese a los lectores ya que es una poderosa caja de resonancia para nuestras angustias.

P.- No hace mucho, John Banville abrió un debate sobre el exceso de violencia en la novela negra. Sus novelas se tiñen siempre de rojo, ¿cree que es necesario poner límites?

R.- No he seguido este debate, pero si lo hubiera seguido no habría participado. Si los lectores compran thrillers es porque tienen deseo de ver crímenes, por favor, es poco probable que una novela policíaca no tenga violencia. La moda del asesino en serie parece mostrar que el lector quiere siempre un poco más. Eso sí, asesinar a alguien es espantoso.

¿Haría falta crimen y moderación? Las mismas personas a las que les resulta chocante leer cómo estrangulan a una anciana en un libro no se rebelan al encontrarse con personas sin hogar en su calle. La percepción de la violencia es algo realmente curioso. Yo me hago estas preguntas: ¿el thriller pretende exorcizar la barbarie de nuestras sociedades?

P.- ¿Recuerda el título de la primera novela policíaca que leyó?"

R.- Creo que "Los Miserables", la obra maestra de Víctor Hugo. Puede parecer extraño que la meta en esta categoría, pero es un amplio cuadro social y una denuncia de las desigualdades a través de un relato donde no faltan ni el suspenso, ni los giros, ni las digresiones, ni la sorpresas, ni las preguntas planteadas por personajes fuertes.

P.- ¿Y qué le llamó la atención al leerla?

R.- Por supuesto, me dejé llevar por el entusiasmo absoluto, pero tuve que releerla cuando fui adulto para medir su genialidad. Es una novela inmejorable que si no está en el "Diccionario apasionado de la novela negra" es porque habría merecido un diccionario para ella sola.

P.- Respecto a uno de sus mejores personajes, Camille Verhoeven, ¿cuándo se le ocurrió la idea de crear a este comisario (del que ya no escribirá más)?

R.- El personaje precedió al nacimiento de la trama. Quería un personaje discapacitado y fue leer las novelas de Chesbro lo que me decidió.

Pilar Martín / EFE