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Contenido creado por Sofia Durand
Historias
Revelando historias

Santiago Barreiro, el fotógrafo uruguayo que conjuga romanticismo con documentalismo

En colaboración con Casa Arbus, un fotógrafo apasionado de la composición y de reflejar distintas realidades.

02.05.2024 11:21

Lectura: 10'

2024-05-02T11:21:00-03:00
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Por Pancho Pastori de Casa Arbus | @casaarbus

Si existe la envidia sana, sería lo que siento hacia el trabajo de Santiago Barreiro. De lo contrario, llamémoslo admiración, nomás.

Es un fotógrafo que toca temas que me interesan, pero que, a su vez, lo hace con fotos que individualmente son muy atractivas. Sus composiciones cuidadas y su edición hacen que sus fotos sean bastante impactantes, sin necesidad de fuegos artificiales. 

Recorre caminos que bordean el documental, pero con la riqueza del ir más allá. Cuenta lo que está pasando, pero sin miedo a pedir a los protagonistas que se sitúen de determinada forma o realizando cierta acción que refuerce el mensaje. Suma lenguajes para llegar a un resultado muy propio, lo que me resulta muy meritorio.

En lo comercial, a veces, nos encontramos en el mismo mundo. Incluso, en exactamente el mismo trabajo y debo confesar que ver lo que logra capturar en ciertas situaciones me inspira y da esa envidia a la que hacía referencia al principio. Cuando lo veo en acción, veo una inquietud tranquila que me parece excelente. No para de buscar nuevas perspectivas y ángulos, pero siempre con una gran serenidad aparente. Supongo que sus raíces deben tener mucho que ver con esta tranquilidad, crecer en La Paloma, asumo, que da otros ritmos que con mi ansiedad montevideana no podría ni comprender.

No hace tanto tiempo me di cuenta que el “Barreiro” de Santi es el mismo que el “Barreiro” de Willy Barreiro, el super conocido shaper de tablas de surf. Digo súper conocido porque yo. por ejemplo, conozco ese nombre desde mi adolescencia y nunca hice surf en mi vida, pero todos mis amigos tenían una tabla hecha por este ser. Supongo que esto también moldeó de manera diferente a Santiago. Él menciona que sus inicios en la fotografía no tienen nada de romántico, pero yo creo que su contexto sí, y ese amor y libertad que cuenta que tuvieron en su familia, contagia de romanticismo a todo lo que le haya tocado vivir.

Los invito a conocer un poco más a Santi Barreiro con estas preguntas que le hicimos y a buscar sus maravillosas imágenes en sus redes, porque cada una vale la pena y en su conjunto cuentan historias que merecen ser escuchadas.

Foto: Santiago Barreiro

Foto: Santiago Barreiro

¿Cómo empezaste en la fotografía y qué te inspiró a seguir este camino?

Siempre cuento que mi acercamiento con la fotografía fue tardío, bastante fortuito y poco romántico. No hubo familiar fotógrafo, ni cámara rusa en ninguna repisa de casa. Mi padre es artesano y mi madre una persona que con un tenedor te salía a pelear la vida a como dé lugar, pero eso es todo. Lo que sí hubo a granel fue amor y libertad para decidir, y eso, quizá, fue clave para que mi hermano resulte músico y yo un amante de la imagen como herramienta narrativa. A los 17 o 18 años comencé a trabajar en el emprendimiento personal de mi profesor de matemática (pésimo estudiante, siempre a febrero) que se trataba de una página web de alquileres de casas en La Paloma, Rocha, donde yo vendía el servicio, sacaba fotos de las casas con una cámara digital y luego subía en código la información a la web. De esos procesos el que me sedujo fue la fotografía, pero en su génesis, por la parte tecnológica. Luego, rápidamente me fui enamorando de la herramienta como forma y de la luz como lenguaje, como retomando el romanticismo faltante al que hago referencia al principio. Desde ahí no paré más, estudié fotografía en La Paloma, abandoné el trabajo de vendedor y programador, llegó marzo, me separé de mi pareja de la adolescencia y me fui a terminar de estudiar fotografía a Montevideo. Fue fugaz y vertiginoso, pero dio alivio encontrarme tan decidido sobre algo.

¿Cómo definirías tu estilo fotográfico y por qué?

En un principio te hubiera dicho fotógrafo documental, a secas y sin titubeos. Intenté ir tras esa identidad y ceñirme a lo hegemónico de la definición, pero luego fui dándome cuenta de que encasillarme solo me generaba presión y esa presión no daba espacio a la creación. Así es como terminé abordando temáticas desde varios ángulos o estilos que fueron de lo meramente periodístico a la profundidad del documentalismo, de procesos creativos más pictóricos hasta recursos narrativos propios de la poesía, pero siempre con el foco puesto en la pregunta y el compromiso que tenía para con el tema.

Por eso, hoy en día, si bien me identifico mucho con el documentalismo (porque me gusta contar lo que existe) no cierro las puertas, porque siempre puede aparecer un tema que necesite de otras narrativas para ser explorado. Uno se pone melancólico y rememora los grandes autores del documentalismo, pero la realidad es que el momento que está viviendo la fotografía (sobre todo la latinoamericana) es digno de tomar como ejemplo. Es hermosa la colaboración entre el documentalismo y esos recursos que, por momentos, rozan el realismo mágico. Tan nuestro.

Foto: Santiago Barreiro

Foto: Santiago Barreiro

¿Cómo elegís tus sujetos o temas?

A nivel personal, me dejo llevar por los temas que me interesan, no necesariamente aquellos donde haya que dar voz (qué colono suena esto). Si estoy inmerso en temas de danza iré tras las preguntas que vayan surgiendo respecto a mi involucramiento con la temática, viendo qué historias o ángulos investigar. No es ninguna receta, pero en tiempos de democratización de la imagen, donde tenemos miles de fotógrafas y fotógrafos maravillosos trabajando cientos de temáticas, es muy importante el nivel de compromiso, la expertise y lo alejado que te mantengas del “periodismo paracaidista” para poder contar una historia o desarrollar un proyecto que aporte mas allá de la connotación subjetiva e inherente al autor.

¿Cuál consideras que es tu proyecto/foto más significativo hasta ahora y por qué?

La forma masculina es un proyecto (uno de los más recientes) de largo aliento donde mi interés por la danza maduró hacia una investigación que supuso muchos desafíos a nivel narrativo, ya que trabaje sobre un concepto (masculinidades en la danza), más que sobre una historia o un hecho definido en un tiempo y espacio. Tuve que saltarme muchas reglas de las narrativas documentales para desarrollarlo. Dudo que fotográficamente sea el mejor logrado, pero el proceso fue un gran aprendizaje y el resultado fue un tremendo disparador a nivel personal.

¿Cómo influyen tus experiencias personales en tu trabajo fotográfico?

Todo el tiempo. Es un ida y vuelta, me cuesta mucho separar mi identidad como persona de la del fotógrafo, trabajo en ello porque tampoco creo que sea una ecuación del todo sana.

¿Qué fotógrafos/as o artistas influyen en tu trabajo?

Me resulta muy injusto nombrarlos, siento que dejaría afuera a muchos. Puedo decir que siempre fui un apasionado de la composición, en la vida y en la fotografía, por ende toda la vieja escuela de documentalistas ha sido de gran influencia, pero no me puedo quedar solo con el arte de alinear planos y líneas, y ahí es cuando entran las influencias más poéticas, las búsquedas más a fondo y las preguntas de autores que incomodan. Destacaría a dos colegas contemporáneas que hacen un trabajo hermoso y que admiro profundamente: Karla Gachet Vega y Luisa Dorr.

Foto: Santiago Barreiro

Foto: Santiago Barreiro

¿Cómo es tu proceso creativo, desde la idea hasta la captura final (o finalización del proyecto)?

Es bastante sencillo y paradójico a la vez. El 70% inicial es mero trabajo de investigación puertas adentro, es decir, estudiando la temática, leyendo artículos, tesis, “papers”, consultando con colegas y estableciendo vínculos necesarios. El resto es tiempo de calidad en campo, el que sea necesario o viable.

¿Cómo manejás los desafíos técnicos o creativos en tus proyectos/fotos?

Depende del proyecto o historia en la que esté trabajando. Si se trata de algo documental no los manejás... he intentando prever cosas, pero la realidad es que muchas veces los contextos te terminan manejando a vos mismo. Simplemente me permito estar atento. En “La dinastía del barrio”, una historia sobre la lucha libre en Veracruz, México, todo mutó rápidamente y no pude prever mucho. Y en el caso de proyectos más producidos ahí si dejo entrar toda mi obsesión. En el trabajo “L’alienation” por ejemplo fotografié cada locación antes de las sesiones, e incluso compré ropa que se adecuara a la paleta de colores del proyecto.

Más allá de lo que hagas habitualmente, ¿preferís trabajar con luz natural o artificial y por qué?

A nivel profesional o comercial uso lo que tenga que usarse, pero a nivel personal, si bien no descarto ninguna, la realidad es que en el 98% de los casos prefiero luz natural, siento que es menos intrusiva, pierdo menos tiempo y es potencialmente más linda. Aunque hay autores a los que se les da muy bien la luz artificial, incluso en terrenos complejos.

¿Cómo seleccionas las imágenes que exhibís o que forman parte de un proyecto?

He aprendido a tener un círculo muy cerrado de personas y colegas a los que les consulto sobre  edición. Ellos y ellas son clave, pero también intento confiar en mi trabajo y preguntar lo justo y necesario para no marearme con demasiadas subjetividades.

¿Qué equipo fotográfico es esencial para vos y por qué?

Una cámara con la cual sentirme muy cómodo y un buen 35mm fijo, el mejor que pueda permitirme.

Foto: Santiago Barreiro

Foto: Santiago Barreiro

¿Cómo ves el futuro de la imagen en tiempos de inteligencia artificial?

Incierto. No lo he usado mucho, tan solo a nivel de edición (ruido, color, dimensiones). Da un poco de vértigo, pero no es para nada limitante, menos para quienes nos dedicamos a fotografiar situaciones reales. En lo personal, y como herramienta creativa, no me seduce, pero hay muchos autores haciendo cosas increíbles, es una puerta enorme que se abre y las puertas están para eso.

¿Cómo consideras que la fotografía puede influir en la cultura y la sociedad?

Influye directamente y además es atravesada por la cultura de una manera mucho más transversal que hace años. Es decir, la fotografía, durante mucho tiempo, fue un testimonio, un acervo que se construía sobre la base de las subjetividades de unos pocos. Hoy en día, la vemos en todos lados, forma parte de cada momento de cada vida y la vemos democratizarse a pasos agigantados. Tenemos un vínculo mucho más cercano con la imagen que antes, sin embargo, es más fugaz y poco dispuesto al análisis. Es paradójico, pero aun el hecho de “hacer” fotografía se distancia del mero hecho de tomarla. Me permito esa sensación conservadora.

Foto: Santiago Barreiro

Foto: Santiago Barreiro

¿Cómo influyó la fotografía en tu vida?

Construyó una identidad y motivó muchas preguntas.

¿Tenés algún proyecto futuro o meta que te gustaría alcanzar en la fotografía?

Tengo proyectos en mente y en desarrollo teórico, pero me permito ser menos ansioso. Me basta con tener la posibilidad de contar una buena historia más, luego otra…y así.

¿Qué foto te queda aún por sacar?

No suelo ser de una sola foto, más bien de una serie, pero supongo que aquella que tenga un poco de lo aprendido en cada etapa de mi fotografía, de mi vida.