Documento sin título
Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Puñado de metal

Se pone pesado: la inusitada avalancha de conciertos de heavy metal en Uruguay

Con menos de 24 horas de diferencia, Sepultura se despide de los escenarios en Uruguay y la emblemática Anthrax debuta en Montevideo.

02.04.2024 16:35

Lectura: 16'

2024-04-02T16:35:00-03:00
Compartir en

Por Carlos Dopico
Carlos Dopico

Es cierto que desde la reapertura de escenarios, tras la detención por la pandemia, la oferta de espectáculos ha tenido un giro sorprendente en la agenda cultural local. Sin embargo, en un mercado tan pequeño como el de Uruguay, son señales que confunden incluso a los más idóneos en la materia.

Hace unos días el cantante, compositor y sociólogo Fernando Santullo (L-Mental en el Peyote Asesino) preguntaba con cierta ironía, aunque no falto de asombro, en redes sociales: “¿Nos volvimos metaleros sin que yo me diera cuenta?”.

La interrogante se argumentaba con una apretada agenda de visitas internacionales del género en Montevideo, pocas veces vistas en un mismo mes: “Abril: 2 Malevolent Creation, 22 Sepultura, 23 Anthrax y Death Angel, 24 Amorphis, 25 Dark Tranquillity, 29 Accept. De yapa, Carcass el 3 de mayo. No recuerdo tantas opciones para ver buenas bandas de metal en tan poco tiempo”, escribió.

Si un cultor del género en Uruguay como él no encontraba respuestas, era evidente que había que bucear en otras aguas. Esa fue la razón por la que fuimos tras la experiente mirada de Jorge Polito, un viejo productor y cronista de la escena metalera local, que desde hace varios años se encuentra radicado en Países Bajos, punto geográfico neurálgico de esta corriente musical.

“Yo estoy viviendo en Holanda desde setiembre del 2018. Es más, el 13 de setiembre de ese año hicimos el show de Cannibal Corpse y Napalm Death en Montevideo y dos días después estaba tomando el avión hacia los Países Bajos”, señala con precisión sobre su partida.

“Después de dos años sin shows, era esperable que se produjera una avalancha de giras por nuestro continente. Todas las bandas quieren ir a Latinoamérica porque es un público diferente y porque también es un mercado interesante económicamente”, señala Polito, a más de once mil kilómetros de distancia, en conversación con LatidoBEAT.

Lemmy junto a Jorge Polito en Montevideo, 2011

Lemmy junto a Jorge Polito en Montevideo, 2011

Jorge ha estado involucrado en la producción de excursiones y festivales, notas y coberturas desde hace casi 25 años, tras la fundación de la revista Alto Voltaje, y más tarde al frente del programa radial y la publicación especializada El Lado Oscuro. Ha visitado encuentros de metal como Waken en Alemania o Tuska Metal Festival en Finlandia, y producido más de 70 espectáculos, trayendo al país grupos de la talla de Kreator, Testament, Helloween, Black Label Society, Accept, Airbourne, Apocalyptica, Cannibal Corpse, Amon Amarth, Arch Enemy, entre tantos otros.

El alud de propuestas de abril incluye, además, dos visitas de relevancia. Tras cuatro décadas de carrera, regresa la reconocida banda brasileña Sepultura, quienes anunciaron una programada despedida: "Sepultura va a parar. Va a morir. Una muerte consciente y planificada", advirtieron a sus seguidores en redes sociales.

"Va a ser una última celebración del pasado y del presente", agregaron. El tour les traerá por tercera vez a Montevideo, donde darán un concierto el 22 de abril en MMB (Montevideo Music Box). El grupo de Belo Horizonte, de corte death metal, fundado por los hermanos Max e Igor Cavalera, tuvo idas y venidas en su formación, pero está comandado desde hace ya un buen tiempo por el guitarrista y compositor Andreas Kisser. Su influencia es confesa, no solo por sus pares norteños como Ratos de Porão o Angra sino también por otros como: Slipknot, System of a Down o Gojira, por solo mencionar un puñado de ellos.

Por su parte, en fecha compartida junto a Death Angel (23 de abril en Sala del Museo) llegará Anthrax, la potente banda neoyorquina fundada en 1981 por el guitarrista Scott Ian y el bajista Dan Lilker. Vendrán por primera vez al Uruguay también para celebrar cuatro décadas de su debut discográfico (Fistful of Metal, 1984), y quizás lo haga con algunas nuevas piezas en su repertorio.

Los norteamericanos son, sin duda, uno de los proyectos más trascendentes del metal internacional. Conforman la denominada cuarteta del The Big Four of Thrash Metal, del que son parte también Metallica, Megadeth y Slayer. El pasado año, el grupo norteamericano canceló veinte conciertos en Europa por su gira 40º aniversario. Los rumores sugerían una vigorosa y urgente parada para grabar, mientras que algunas voces hablaban de una encarecida venta de entradas.

La excusa de esta charla inoxidable sobre metal pone en perspectiva el crecimiento del circuito, las experiencias de bandas locales en el extranjero y también el surgimiento de festivales en la región.

¿Cuál es la razón de toda esta avalancha metalera en Montevideo? ¿Nos volvimos metaleros, como dice Santullo?

Es muy interesante la pregunta que Fernando deja flotando, pero más que volvernos metaleros, se da una conjunción muy peculiar, particular, y te diría que casi única. Digamos que se alinearon los astros, las giras, y las intenciones de los promotores de hacer shows en nuestro país. De ahí, a volvernos metaleros, falta un gran trecho.

Lo cierto es que, por espacio de un mes, estaremos viviendo la habitual realidad de países vecinos como Argentina, Brasil o Chile. La gran incógnita que tendrá respuesta luego de todos estos shows es cómo responde el público local. ¿Hay suficiente público y dinero para ver todas las propuestas en un lapso de tiempo tan corto? A priori, te diría que no. Pero la realidad ya dirá la verdad. El aspecto positivo es que, muchos de esos shows, se anunciaron con gran anticipación.

De hecho, cuando yo anuncié Anthrax y Death Angel, a principios de octubre del año pasado, era el único show confirmado para el 2024, no había nada más. Luego se fueron sumando más y más, y tengamos en cuenta que también Megadeth estaba anunciado para abril y se terminó cancelando. Personalmente, creo que son demasiados shows juntos para un público tan reducido. La gente termina eligiendo a qué show ir y cuál descarta. Porque también hay mucho dinero invertido y un revés puede hacer que un productor piense dos veces si hacer más eventos o no. Pero, mientras tanto, las propuestas están sobre la mesa, para un mes como nunca se vio antes.

Mike Amott y Angela Gossow de Arch Enemy en Uruguay, junto a Jorge Polito, 2012

Mike Amott y Angela Gossow de Arch Enemy en Uruguay, junto a Jorge Polito, 2012

¿Cuál crees que es la razón? ¿Hay una mayor demanda local de fanáticos del género o existe una mayor accesibilidad de propuestas externas?

Creo que hay una combinación de varios factores. Por un lado, en los últimos años y, sobre todo, después del período sin shows y giras debido al Covid, se ha incrementado la cantidad de bandas que giran por Latinoamérica. Después de dos años sin shows, era esperable que se produjera una avalancha de giras por nuestro continente. Todas las bandas quieren ir a Latinoamérica porque es un público diferente y porque también es un mercado interesante económicamente.

Por otro lado, también en los últimos años ha habido un incremento en la cantidad de agencias y personas que organizan giras latinoamericanas, por lo cual la oferta a promotores locales se ha incrementado muchísimo. A esta altura llegan todo tipo de bandas a nuestro continente, bandas consagradas, bandas legendarias que nunca antes habían llegado, bandas nuevas, bandas conocidas y más desconocidas. A esta altura todo tipo de bandas europeas y norteamericanas giran por Latinoamérica.

Otro factor es la aparición de festivales de metal en algunos países. Últimamente se han destacado el Summer Breeze en Brasil (la versión norteña del famoso festival de Alemania), The Metal Fest de Chile, en México, ahora también en Ecuador, y eso hace que todas esas bandas aprovechen para visitar el resto de los países cercanos. Por eso es que, en este caso particular del mes de abril, se ve una avalancha de shows en Latinoamérica y que también llegó a nuestro país.

Y por último, también hay que mencionar el hecho de que han aparecido nuevos promotores interesados en traer bandas a Uruguay, y eso es lo que vemos entre abril y mayo, no solo promotores locales, sino también increíblemente hay un promotor extranjero encargado de 3 de esos shows de abril.

Debido a todos estos factores es que hay una mayor accesibilidad para que lleguen bandas a Uruguay.

Esta oferta, entonces, ¿se mantendrá por el resto del año, o la fiebre del metal durará un par de meses?

Ojalá! Pero el público sigue siendo más o menos el mismo. El género sigue siendo under a nivel general, no tiene gran difusión en los grandes medios, sigue siendo un nicho, pero un nicho fiel que, a pesar del paso de los años y décadas sigue estando presente, sigue habiendo gente fiel, público, bandas, medios alternativos, y productores que hacen que sigan pasando cosas. Todo es cíclico, hay momentos que son mejores que otros, el público y las bandas también va cambiando. Esto que sucede en abril es una coyuntura puntual que se está dando, pero si mirás para el resto del año no hay casi nada anunciado aún en cuanto a shows internacionales.

Hace muchos años que trabajás alimentando la escena metalera en Uruguay, ya sea mediante la producción de espectáculos en el país como con excursiones al exterior. ¿Qué ha cambiado a lo largo de este proceso?

Mucho ha cambiado. Cuando empecé a hacer El Lado Oscuro en radio en el 2004 en AM, y luego en 2005 como parte de Rock Boulevard en Radio Futura, era impensado tener bandas internacionales en Uruguay. Las bandas siempre nos pasaban de largo. Hubo algunos antecedentes importantes en años anteriores: en 1999 Glenn Hughes estuvo en La Factoría, en el 2000 Barón Rojo visitó por segunda vez Uruguay y en el 2001 los suecos de Hammerfall —una banda relativamente nueva para ese entonces— también se hizo presente en La Factoría. Ese fue mi primer show como promotor, era el festival de la revista Alto Voltaje, que se llamó Alto Voltaje Metal Fest II. El primero fue en diciembre del 99 con bandas locales como Chopper, Sátrapa, Ossuary, Herrumbre, Senda Negra y los argentinos Lorihen, y el tercero con Rata Blanca en Junio del 2001, en su primera visita a Uruguay.

El siguiente mojón fue en el 2007 cuando se hizo el Montevideo Metal Fest con Sepultura a la cabeza, unos días después la banda holandesa Epica se presentó de forma gratuita en la Escollera Sarandí, y en noviembre de ese año los legendarios Exodus llegaron a Uruguay por primera vez, en aquel festival en el Teatro de Verano. Tres bandas internacionales en Uruguay en un mismo año era impensado. En el 2008 con El Lado Oscuro empecé a traer bandas internacionales que fueron aumentando año a año. Incluso en el 2011 y 2012 llegué a hacer once o doce shows por año. Mirándolo en perspectiva al día de hoy, ¡era una locura! Pero quedó demostrado, y siempre fue mi intención, que Uruguay podía ser perfectamente una plaza para las bandas extranjeras, para que incluyeran a nuestro país al momento de organizar sus giras latinoamericanas. Quería que la gente no tuviera siempre que cruzar el charco para ir a ver una banda, que también estuviera a un ómnibus de distancia nada más. Con el tiempo, nos hemos acostumbrado a que algunas bandas nos visiten. Claro está que los grandes nombres siguen ausentes, por más intentos que se hayan hecho, como Metallica o Iron Maiden. Nuestro mercado sigue siendo reducido para los mega eventos.

Polo Zakk Wylde junto a Jorge Polito en Uruguay, 2015

Polo Zakk Wylde junto a Jorge Polito en Uruguay, 2015

La fidelidad ha sido siempre una de las características de la audiencia metalera. ¿Por qué crees que se da esa lealtad?

Por el tipo de música, por lo que genera en la gente. El metal te apasiona o no, lo sentís o no, no hay término medio. Y esto es a nivel mundial. Cuando vas a un show y ves que hay gente de 18 años o menos, otra que pasa los 20, los 30 o los 50, es porque el metal si te gusta, es para toda la vida. Es una elección propia, no es algo impuesto porque no es algo que se escuche de forma masiva ni que te invada a través de los medios. Genera un sentimiento de pertenencia, y te diferencia del resto. El metal es una música muy visceral, muy pasional, y genera esa fidelidad. Ese fenómeno se ve en Uruguay en shows internacionales, y también lo he visto acá en Europa, que tienen una tradición en el tiempo mucho mayor que nosotros.

En los próximos días se darán cita en Montevideo dos eventos importantes en la agenda metalera: Sepultura regresará a la capital nacional en su tour de despedida, tras 40 años de carrera, y Anthrax, llegará junto a Death Angel como parte de la gira que los ponga nuevamente en carretera. ¿Qué observaciones podrías hacer de cada una de las propuestas? ¿Cuál es para ti la trascendencia de cada una?

Sepultura es la tercera vez que visitará Montevideo, la primera fue en 2007. Esta oportunidad tiene la particularidad de que han anunciado su gira despedida. Después, con el tiempo se verá si es una despedida real o no. Basta ver el caso de Slayer por ejemplo, que ha anunciado shows para este año cuando se habían despedido con una gira mundial en el 2019.

En cuanto a Anthrax y Death Angel hay varias cosas a destacar. Primero, que después de más de 40 años de carrera, es la primera vez que llegan a Uruguay. Hace poco entrevistaba a Mark Osegueda, (vocalista de Death Angel) y le consultaba exactamente eso, qué se sentía después de tantos años de carrera seguir visitando nuevos países y encontrar público nuevo. Es algo increíble para ellos, y también para nuestro público. Pensá que Anthrax es una de las bandas fundamentales del thrash, por algo son parte del big 4 del Thrash junto a Metallica, Megadeth y Slayer.

Es un mojón único que lleguen a Uruguay. Estas cosas me recuerdan cuando era adolescente, y copiaba casetes de estas bandas —el primero que me pasaron fue el “Among The Living”, el disco más emblemático de Anthrax—. Tener la posibilidad de organizar su show en nuestro país es un sueño. Y ver un combo de ambas bandas en una sola noche, le da un plus especial. Así como el año pasado tuve la oportunidad de organizar el show en conjunto de Kreator y Testament, o años anteriores Cannibal Corpse y Napalm Death, o Helloween y Stratovarius, siempre un show de dos bandas requiere un enorme trabajo extra, pero también le estás dando al público una posibilidad única de ver dos grandes bandas en una misma noche. Para mí, y obviamente puede ser muy subjetivo, es el show de metal del año, por lo que significa la propuesta y lo que significan ambas bandas.

Hoy en día estás radicado en Holanda. ¿Es un punto geográfico estratégico para generar vínculos dentro de la escena artística del metal?

Desde los 80, y por mucho tiempo, Holanda ha tenido una escena muy fuerte, con grandes bandas que han salido desde este pequeño país. Territorialmente es más chico que Uruguay, pero con cinco veces más densidad poblacional. También fue cuna de uno de los festivales europeos más importantes de los 80 y sobre todo de los 90 como el Dynamo Open Air. Si bien esos días de gloria han pasado, todavía sigue siendo un país fuerte, totalmente descentralizado, en el que las bandas pueden tocar en muchas ciudades. Hay productores, sellos, y estudios que tienen décadas de existencia y trabajo, por lo que mucho pasa por acá. Los vínculos y contactos uno los puede generar ya desde cualquier lugar, de hecho desde Uruguay generé muchos nexos a través de la revista que editaba y también los shows, pero estando acá ves a la persona cara a cara, y se da otra cosa. Y como decís, geográficamente es un gran punto para moverte para un lugar u otro de Europa. Eso hace que, estando acá, siempre hayan ideas o proyectos que, ojalá, en un futuro se puedan concretar.

¿Crees que la escena metalera local late de igual forma que la inquietud por propuestas externas?

Lamentablemente, no. Pero ese no es un fenómeno que pase solo en Uruguay. Luego de la reapertura de shows después de la pandemia, varios locales emblemáticos habían cerrado sus puertas, y otros abrieron. Todo es cíclico y, a veces, reajustarse a la nueva realidad lleva su tiempo. Está claro que yo ya no estoy viviendo en Uruguay, pero estoy al tanto de lo que está pasando. Siguen habiendo bandas, siguen surgiendo bandas. Ojalá pueda haber mayor inquietud por las propuestas locales, pero este es un fenómeno que tiene varias aristas a analizar.

En la década de los 80, Alvacast, uno de los exponentes de mayor proyección artística, logró atravesar muchas barreras y salir por nuevos mercados en el exterior. ¿Por qué crees que no se ha repetido la experiencia en los nuevos y potentes proyectos del metal local?

No es algo sencillo. De hecho, si mirás en Sudamérica, solo Brasil ha logrado tener bandas que trasciendan a nivel mundial (Sepultura, Angra, Krisiun por nombrar solo tres). Chile también ha tenido proyección, aunque en menor escala. El resto de los países, sin embargo, no lo ha logrado. De forma natural, las bandas locales siempre han visto a Argentina como el país más accesible para ir a tocar, pero no pasa más de eso.

Max Cavalera en los 80 se tomó un avión y empezó a golpear puertas en Estados Unidos, presentando su material. Las décadas van cambiando, hoy en día es mucho más fácil acceder al mundo en general, pero más difícil también llamar la atención. Tomar la decisión de proyectarte al exterior requiere de dinero. Muchas bandas latinoamericanas se autofinancian sus shows en Europa o sus mini giras por el viejo continente, tiempo de dedicación que para quienes trabajan ocho horas por día es muy difícil. Hay que estar muy convencido de lo que querés y del material que tenés.

Desde hace más de una década, se ha dado el fenómeno del Wacken Metal Battle en nuestro país, organizado por Carlos “Closmu” Musetti, en el cual bandas locales participan por un lugar para presentarse en el festival de metal más famoso del mundo, el Wacken de Alemania. Ya han ido cinco bandas locales al festival, pero lamentablemente, cuatro de esas bandas se separaron al poco tiempo de regresar a Uruguay.

No es algo sencillo, y como te decía, si bien las distancias se han acortado al momento de mostrarse al mundo, o establecer contactos, la infinidad de bandas que hay en todos los países hace que sea más difícil destacarse.

¿Podrías adelantar qué grandes nombres serán parte de la agenda metalera de los próximos meses?

Por el momento no hay nada anunciado para la segunda parte del año. En lo personal, con El Lado Oscuro estoy organizando uno o dos shows por año, máximo. Veremos si hay sorpresas que se confirmen pero, va a ser difícil igualar en el futuro lo que serán estos 30 días de metal.

Por Carlos Dopico
Carlos Dopico