A Gerónimo Batlle y Rodrigo Álvarez se les dan vuelta los ojos cuando recuerdan el primer toque de “la Silvia” aquel 14 de marzo de 2019, exactamente 365 días antes de que la música tuviera que abandonar el escenario por el streaming, al menos durante varios meses pandémicos. En sus mentes, podrían pasarse imágenes de esa noche en la que debutaron oficialmente con Silvia Ana, la banda que crearon junto con Nicolás Hansen (batería) y Martín Vázquez (guitarra) tras un solo año de ensayos. Sin ningún problema, Gerónimo, quien canta y lidera la banda, se las arregló y reunió a cuatro conocidos para tocar y grabar las canciones que venía acumulando desde que empezó a tocar la guitarra a los 12 años: “Teníamos varias canciones con ganas de que salieran rapidísimo”, dice el músico.

Así también fue el proceso de grabación; rápido, espontáneo y en su cuarto.

“Hoy lo pienso y lo haría de cualquier otra manera, todavía hay canciones que no me gusta cómo quedaron”, admite Gerónimo.

Pero se dieron una segunda oportunidad para perfeccionarse con Fibras, su segundo disco, que lanzaron en 2021 tras un año de creación sin apuros que les concedió la pandemia. Toda la urgencia de grabar y publicar lo que fue su primer disco homónimo se origina con un Gerónimo Batlle niño, que empezó escribiendo cuentos que luego se transformarían en canciones.

En sus letras hay motivos que se repiten; el amor, la mujer: “La mitad son cosas ficticias y, la otra, vivencias reales que pueden ser tremenda exageración en la canción”, dice Gerónimo, quien escribe. El amor, la melancolía, estar triste son, también para él, fuentes de inspiración: “Una pavada de escribir porque te salen”. “Muchas veces llego a casa, agarro la guitarra y me pongo a cantar sobre algo, esas canciones salen en tres minutos”, agrega.

El nombre: ¿por qué el nombre? ¿Hay acaso alguna pregunta más cliché para hacerle a una banda? “La típica”, diría Gerónimo. Es que resulta muy curioso. Si fuera un personaje, Silvia Ana podría ser alguna tía abuela mayor, o bien la vecina conocida del barrio. Esa mujer de pelo rubio teñido y ondas armadas con ruleros de distintos colores. De labios mal pintados. Pero, en realidad, representa la misma espontaneidad que los hizo nacer. El nombre lo escogieron en un viaje en el buque Silvia Ana, que hace la conexión entre Uruguay y Argentina.

“Las fotos, los videos, es improvisación, lo que sale. Eso es muy de la banda. Te podría mentir y decir que laburamos el concepto”, menciona el vocalista.

Y, aunque no lo es, porque todo fue haciéndose sobre la marcha, la espontaneidad es lo que termina por darle el aura propia a la banda. Y así siguieron. Eso se refleja en lo que hacen. Para el video de “Mario Santos”, Gerónimo cuenta que no tenían nada para filmar, entonces improvisaron delante de una tela verde que tenía guardada.

Lo que no fue tan improvisado fue el Teatro de Verano, porque para telonear a Conociendo Rusia, la banda argentina, no basta con eso. El sábado 21 de mayo “había un montón de gente que conocía la banda y sabía las canciones, se escuchaba que cantaban”, recuerdan Gerónimo y Rodrigo, hoy bajista de la banda. Tres años después, sienten reconocimiento.

El jueves 9 de setiembre, Silvia Ana vuelve a Inmigrantes, donde todo comenzó. “Siempre quisimos volver a tocar ahí, el primer toque tiene toda esa energía y emoción. Significa el cierre de un ciclo para Silvia Ana”; el primer toque y el último —de esta etapa— en el mismo sótano. El adiós de un integrante le da la bienvenida a algún nuevo instrumento, adelantan.

La nueva etapa —que ya comenzaron— mantiene la sonoridad indie pop, pero apuestan a una mejor producción musical de la mano de Luis Angelero. Este año ya lanzaron “Stop” y “Nos vamos”, un reflejo de lo que les gusta escuchar, diría Gerónimo, que menciona a Gorillaz, The Strokes y Arctic Monkeys como algunas de las influencias que trae desde chico. Y, aunque dice que se sienten “re uruguayos”, su sonido encaja muy bien con la escena argentina: “Muchas bandas que escuchamos son de ahí: Usted Señalemelo, Bandalos Chinos, 1915”, Perras on the Beach, Simón Poxyran, también podrían ser.

Foto: Eduarda Antoniazzi