Documento sin título
Contenido creado por Agustina Lombardi
Librería amiga
Los libros y sus autores

Teresa Puppo: “No me daba cuenta de que realmente podía escribir, narrar una historia”

La artista y escritora presenta su nuevo libro, “Agua de charco, agua de río, agua de barro”.

12.10.2022 14:37

Lectura: 5'

2022-10-12T14:37:00-03:00
Compartir en

Teresa Puppo ha vivido del arte: es artista visual y escritora. Fue directora editorial de la revista ARTE y colaboradora del Suplemento Cultural del diario El País como ilustradora. Es integrante y cofundadora de la Fundación de Arte Contemporáneo. La experimentación ha sido la constante en su trayectoria repleta de prácticas multidisciplinarias; la pintura, el dibujo, el video, la poesía, la performance, la foto y video performance y, desde hace algunos años, el filme performance y el cine experimental. Sus últimas obras incluyen textos y poesías.

Foto: Javier Noceti

Foto: Javier Noceti

¿Cuándo empezaste a escribir?

Escribía de muy joven, de adolescente, pero no me lo tomaba en serio, era algo como dibujar, lo hacía sin pensar. Pero no me daba cuenta de que realmente podía escribir, narrar una historia, o más bien, inventarla. Todavía no asociaba escribir con una necesidad, nunca me había metido en una historia propia, digamos.

¿Te acordás de cuál fue el primer libro que te marcó?

Sí, yo era adolescente, fue La hora veinticinco, y fue el primer libro “de grandes” que leí. Hasta ahí leía historias para adolescentes, Mujercitas, Enid Blyton, las colecciones aquellas de libros amarillos, cómics.

¿Dejar de leer o dejar de escribir? ¿Por qué?

Ni dejar de leer ni dejar de escribir ni dejar de pintar o dibujar ni dejar de experimentar. Nunca.

Contanos qué estás leyendo ahora.

La mujer desnuda, de Armonía Somers.

¿Cuáles son tus escritores uruguayos favoritos? ¿Identificás influencias? ¿Cuáles? ¿Alguno que te guste recomendar?

Marosa de Giorgio, Mario Levrero, Mercedes Estramil, Fernanda Trías y Armonía Somers, que la descubrí hace poco. Me encantan. Muchos otros también, imposible nombrar a todos. Todo lo que sucede te influye, te afecta… no hay forma de vivir sin ser afectado por lo que te rodea y los escritores y sus palabras son parte de esa vida.

¿Sos de releer? ¿A qué libro solés volver?

Es raro que relea, por lo menos un libro entero. He releído determinados capítulos o párrafos. La poesía sí la releo.

Recomendanos un libro, un disco y una película para este fin de semana.

Un disco, no sé. Una película, Memoria, de Apichatpong Weerasethakul, la vi hace poco y fue una película que me impresionó mucho. La vería de nuevo, las películas sí las veo más de una vez. Un libro, el que estoy leyendo, La mujer desnuda.

Tu autobiografía en una frase.

Imposible.

Tenés que convivir un mes con una autora o un autor: ¿a quién elegís?

Jajaja prefiero estar sola, y convivir conmigo… Pero hubiera sido maravilloso convivir un mes con Marosa, por ejemplo.

Un lugar para volver.

Las casas de mis hijos. La casa donde vivieron mi madre y mi abuela. Los lugares tienen memoria, volvería a esos lugares donde se guardan los afectos.

El primer verso que te viene a la mente.

Me vienen a la mente los versos que memoricé en la escuela primaria; Tabaré, Juana de Ibarbourou… resabios de esa educación sentimental de la que es imposible desprenderse. Mi maestra de quinto año se emocionaba y lagrimeaba cuando nos leía Tabaré, o La higuera, o El dulce milagro; “rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen…”.

¿Para qué literatura en el tiempo del desamparo?

Literatura y cine, siempre. Amparados o desamparados.

Lo último que comiste va a ser el menú para toda tu vida ¿qué es?

Mmm… torta de manzana. Pero seguro que hago trampa y como muchas otras cosas.

Tu idea de felicidad y tu idea de miseria.

No tengo una idea concreta para definir la felicidad ni la miseria. Pero pienso que me daría mucha felicidad, por ejemplo, encontrarme con una maravillosa perra blanca, de pelo largo y brillante, y la perra me reconociera y, desde su lugar de perra, me hablara con voz suave y melodiosa y me dijera algo conmovedor. Y me parecería muy miserable la actitud de esa misma perra si anduviera exhibiéndose en un auto de lujo, cubierta de joyas y collares de brillantes, rubíes y esmeraldas. Y algunos perros de la calle la mirarían con envidia —eso también sería miserable. Estoy segura de que la perra mezquina tendría un timbre de voz agudo e irritante.

Sobre Agua de charco, agua de río, agua de barro

El mundo, las acciones y el tejido de las cosas que se mueven en este libro son a la vez múltiples y sólidas, incitantes y peligrosos. Los bosques, los animales, el agua (en corrientes, o charcos, o lagos), pueden albergar tanto paisajes como núcleos de riesgo, incluidas brujas muy existentes. Pero Clara, todavía más niña que adolescente, habita ese universo sin inmutarse, entregada a una confianza en sí misma que le permite sortear todos los males. Está protegida por un arma definitiva que le transmite su energía. Incluso cuando ese mundo entre en crisis, cuando una primera gota de sangre preanuncie otro plano, otra madurez, hasta cierto punto seguirá enraizado en el idioma poderoso y bello de Teresa Puppo. Parte de las cosas se detiene, pero una parte más grande aún se reinicia, siempre.