Escribe Juan Gabriel López | @galopezjuan
Si bien las mutilaciones gore, los compuestos químicos, los malos-buenos y los antihéroes existieron desde siempre, la serie de Eric Kripke (tributo al cómic original de Garth Ennis), le agrega al coctel un potente compuesto de crítica social y análisis político.
Pocas veces una ficción sobre superhéroes logró un producto tan osado como The Boys (2019).
El resultado es un trago agridulce, tragicómico y tan acertado como alarmante sobre la realidad en la que vivimos.
El mundo distópico por el que gira The Boys es contemporáneo a nuestra época y, por el momento, consta de 4 temporadas. Todo gira en torno a la existencia de Vought Company, un siniestro conglomerado de empresas estadounidenses dedicado a vender y reproducir un mundo regido por sus aún más siniestros superhéroes.
Con ayuda de los medios de comunicación y las redes sociales, Vought tiene punta de lanza en “The Seven”, un septeto encargado de mantener el orden y la paz de los Estados Unidos y que se va renovando con los más poderosos superhéroes a medida que transcurre el tiempo.
Lo cierto es que, lejos de defender a las personas, los populares superhéroes son un peligro incontrolable, pero disfrazado, que viven pifiando y asesinando gente.
La corrupción y el lobby, la redituabilidad bélica y la impunidad farmacéutica que circundan a Vought, poco distan de la realidad política y monopólica de nuestros años. Pero lo más atinado, certero y alarmante de la serie, es la forma en la que pronostica una inevitable destrucción de la convivencia democrática y del mundo tal como lo conocemos.
La banda de "los supes" está comandada por la más supremacista y malvada parodia de Superman: Homelander, el experimento perfecto de Vaught y su creatividad científica. Bajo la gran actuación de Antony Starr, este impulsivo y desquiciado líder despierta amor, odio y miedo. A la vez, tiene multifunciones dentro como empleado, producto y activo financiero del monopolio.
Los bandos sociales que dividen al mundo distópico reglado por Homelander, no tienen mucho de ficción y se asemejan a los actuales Estados Unidos de América como ejemplar. Por un lado, los conservadores nacionalistas y los anarco ultraderechistas que bancan la parada de los superhéroes con violencia irracional. Por el otro, el progresismo racional liberal que defiende los derechos y la democracia buscando aplicar un límite a Vought CO.
Las reivindicaciones del movimiento feminista o LGTBQ+, las luchas en contra del racismo y los movimientos anti segregacionismo de clase, también dicen "presente" en la serie. Sin embargo, no podría decirse que la búsqueda se dirige a un lado progresista. Más bien, lo que The Boys nos trae es una clara alerta de que el mundo está cambiando aceleradamente y que las estructuras de estabilidad y de poder que lo regían, están tambaleando.
Más preguntas que certezas.
Por supuesto que, en toda distopía, cuando hay un grupo de malos buenos como los Seven, también existe su antagónico antihéroe. En este caso, el marginal grupo con el mismo nombre de la serie, está compuesto por un nerd, dos ex agentes bastante borders, un científico fisura, una superheroína progre y hegemónica, y otra rescatada de la trata de superhéroes a manos de un ejército mafioso y contrarrevolucionario de Asia.
El líder (o anti líder) de la pandilla es el inglés William J. Butcher, protagonizado por Karl Urban. La personalidad de Billy Butcher no lo hace precisamente un paladín de la justicia, pero su búsqueda personal por destruir a los seven, lo candidatearon como el más apto para defender a la humanidad. En el centro de esta narrativa se encuentra la feroz rivalidad entre Butcher y Homelander, dos personajes en lados opuestos de una batalla moral y personal.
Con habilidades que incluyen fuerza sobrehumana, vuelo y visión láser, Homelander es prácticamente invulnerable. Sin embargo, su poder viene acompañado de una arrogancia y narcisismo desmedidos con los mejores complejos freudianos. Se ve a sí mismo como una figura casi divina, lo que lo lleva a manipular y destruir a cualquiera que se interponga en su camino.
Billy Butcher lidera The Boys, un grupo dedicado a exponer y destruir a los superhéroes corruptos. La motivación de Butcher es profundamente personal: está convencido de que Homelander violó y causó la muerte de su esposa, Becca. Este odio impulsa a Butcher a actuar de manera implacable y despiadada, dispuesto a cruzar cualquier línea moral para lograr su venganza, poniendo en riesgo constante a quiénes lo rodean.
Un especial apartado merece la anterior serie dirigida por Kripke. La relación entre The Boys y Supernatural ha creado una base de fans apasionada, ayudando a The Boys a consolidarse rápidamente como una de las más populares de Amazon Prime. Este cruce de talento y creatividad, bajo la visión de Kripke, ha dejado una huella significativa en el panorama televisivo.
En cuanto a las características en común, se destaca la capacidad para mezclar narrativas complejas con humor oscuro del director, rasgo crucial para el éxito de ambas series. Supernatural, lanzada en 2005 y con 15 temporadas de extensión, cuenta la historia de los hermanos Winchester y su lucha contra lo sobrenatural. La serie se convirtió en un fenómeno cultural, y The Boys va en esa dirección. En su segunda serie, Kripke explota su habilidad para la crítica social y el desarrollo profundo de personajes.
El director no tuvo miramientos a la hora de convocar a sus actores favoritos. Jensen Ackles, conocido por su papel como Dean Winchester en Supernatural, se unió a The Boys en la tercera temporada como Soldier Boy, aportando su carisma a un personaje complejo. Este superhéroe, creado durante la guerra fría, fue uno de los favoritos de los fanáticos de los cómics.
Por otro lado, también está Jeffrey Dean Morgan, quien interpretó al padre de los hermanos Winchester en la primera serie. El experimentado actor se incorporó a The Boys en la cuarta temporada, lo que ha generado un grato revuelo entre los fans de ambas series. El personaje es una de las voces de la conciencia de Butcher y una fuente de poder para este carnicero.
Por último, hace unas semanas se confirmó que Jared Padalecki quien interpretó a Sam Winchester, se sumará al elenco de The Boys en la quinta temporada, después de la polémica cancelación de su serie, Walker.
Otra de las novedades de la cuarta temporada, es el cambio de bando de alguno de sus personajes. En ese mismo sentido, muchos de los rivales y más acérrimos enemigos deberán unir fuerzas en reiteradas ocasiones para sobrevivir.
Aparece también uno de los poderes más peligrosos entre los villanos: Los cambiaformas.
Esta cuarta entrega tiene fuertes cuestionamientos éticos y morales y muchos golpes bajos a la sociedad post pandémica. En ese sentido, la escena clave está en el capítulo 6 cuando Victoria Neuman (Claudia Doumit), la vicepresidenta de los Estados Unidos y superheroína encubierta que tiene el poder de explotar mentes, desata un discurso. Mediante sus palabras, se deja en claro que la democracia está en un período de pérdida de poder real a manos de las grandes corporaciones supranacionales.
Su audiencia es, nada más y nada menos, que la cúpula, el círculo rojo y conservador que maneja los hilos del país. Mientras tanto, en la derechosa mansión, ocurre la escena más divertida de toda la temporada. Torturas y secuencias BDSM se comulgan para terminar de presentar a uno de los mejores roles de la serie, que también tiene su bolo en el spin-off ‘Gen V’. El caballero Tek Knight, interpretado por Derek Wilson, es la más retorcida y maligna encarnación del héroe que faltaba, Batman.
El grupo de supra villanos maquiavélicamente reunido con el círculo rojo y el imparable corrimiento de los límites morales y éticos del ser humano, funciona como señal de alerta de que algo ocurre entre las bambalinas del poder global. Las élites y los magnates tienen su correlación en los muchachos, que por fin en esta nueva temporada, finalizan ejercitando el perdón y la comprensión en pos de mejorar.
De poco les sirvió, pues con "Heart Shaped Box" de Nirvana ambientando el apocalipsis, la escena final es devastadora y deja preso a la mitad del mundo, incluida la mitad de los liderados por Butcher. También muestra un ejército de los peores y más esquizofrénicos ‘supes’ y a un Homelander al que le cayó el poder sin esperarlo, por Sage, la heroína más inteligente del mundo. Toda una metáfora.
Super anti héroes contra los buenos malos muchachos. En The Boys, parece que el mundo de la ficción una vez más se comió a la realidad.
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