Por María Road
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Si hay una esquirla fascinante en la carrera de los artistas que admiramos, es la de los proyectos secundarios. Materializan una esencia mucho más propia que la que solemos descubrir en sus bandas más reconocidas y revelan un halo mayor de intimidad. Este es el caso de The Waeve, un grupo compuesto por Graham Coxon (Blur) y Rose Elinor Dougall (The Pipettes). Luego de conocerse en plena pandemia, en 2021 comienzan con los primeros pasos del proyecto hasta lanzar su primer single “Here comes The WAEVE”, en el año 2022. Posteriormente, los singles “Drowning”, “Kill Me Again” y “Over and Over” pavimentaron el camino a The Waeve, el disco debut del dúo lanzado en 2023 que introdujo al oyente en una nueva cosmovisión ligada al imaginario rupestre británico y con influencia directa del chamber pop, el art rock y el post-punk.
“Siempre creamos una especie de mini universo en cada una de las canciones que escribimos. Esto empezó incluso en nuestro primer disco, que compusimos en plena cuarentena, en ese momento donde el mundo de alguna forma, lucía tan pequeño. Allí intentamos crear esta vía de escape a través de la música y generar lugares a los que viajar en las canciones en las que creamos. Siempre intentamos explorar diferentes sonidos y diferentes formas de componer para lograr mantener interesado e inmerso al oyente”, explica Rose.
Graham también se sitúa en el origen del proyecto para entenderlo como una expansión de un universo particular: “Creo que se trató de crear un mundo donde ambos nos sintamos seguros y en donde simplemente tuviéramos la oportunidad de expresar cómo nos sentíamos. Apenas comenzamos con el proyecto, no teníamos un público ni un sello discográfico de respaldo y lo hacíamos puramente por nosotros. Ambos venimos de bandas que componían música pop y tanto Rose como yo veíamos la importancia de expresar lo que realmente sentíamos. Este proyecto nos dio la oportunidad rara y rápida de ser nosotros mismos y sentirnos cómodos con eso respectivamente”.
Para remontarnos a los mencionados orígenes de The Waeve es necesario retroceder al año 2020. Coxon y Dougall estaban a la deriva. Como todos, sacudidos por la pandemia, y ambos recientemente solteros tras el fin de sus respectivas relaciones. Cuando se conocieron una noche detrás del escenario en un concierto benéfico en el Jazz Café de Londres, ella sugirió que escribieran algunas canciones juntos. Por su parte, Rose había lanzado su tercer álbum en solitario, A New Illusion, en 2019, y se mudó de Los Ángeles a Londres justo cuando llegó la pandemia de COVID-19. Es allí donde se asienta y forman un vínculo con Graham que traspasó lo netamente musical y también los unió de manera sentimental.
Después de un disco debut muy bien recibido por la crítica y los fanáticos, rápidamente se encuentran próximos al lanzamiento de City Lights (2024), su segundo disco de estudio, producido por James Ford, renombrado productor de bandas como Arctic Monkeys y Blur y quien recientemente viene trabajando en los discos de bandas alternativas en crecimiento remarcable, como The Last Dinner Party o Fontaines D.C.
El disco comienza con la canción homónima “City Lights”, una apertura excelente para recibir un pantallazo de lo que ofrecerá el resto del disco: melodías pegadizas entretejidas en pasajes synthpop hipnóticos, un dejo de nostalgia y algo de psicosis urbana. “You Saw” ilumina aún más el trayecto con coros ascendentes.“Moth To The Flame” retoma la violencia y catarsis pop inicial que luego “I Belong To” condensa en forma de una balada cinematográfica casi dark wave, por la cual la onírica “Simple Days” desemboca con ternura con su influencia folk.
“Broken Boys” es el más reciente single de cara a la salida del LP. Enérgico, oscuro y atrapante, sintetiza la potencia del post punk en frasco de un pop de sintetizadores. A continuación, la tierna “Song for Eliza May”, el punto emocional más alto del disco, una canción escrita para la hija que ambos tuvieron en 2022. El art rock de “Druantia” abre el tridente final del disco seguido por el folk de ensueño de “Girl of the Endless Night” y finalizado por “Sunrise”.
“Este disco suena más preocupado de alguna forma. Tomamos la inspiración rupestre del primer álbum, pero algunos elementos ahora suenan más amenazantes. También justamente trata mucho más sobre la ciudad, un territorio mucho más peligroso. Hay más tensión en estas canciones porque definitivamente hay más tensión en la ciudad. Pero creo que al final siempre volvemos a casa y descansamos en nuestro lugar cómodo que es el ambiente del primer disco”, agrega Graham respecto a lo que los inspiró en este nuevo álbum.
Rose comenta: “City Lights tiene algo más de urgencia y aristas más duras que nuestro primer disco. Podemos decir que hay más influencia punk en algunos puntos. Tampoco lo charlamos o planificamos demasiado, sino que surgió de forma natural, tal vez incluso marcado por todas las charlas de música que nos formó que tuvimos mucho tiempo antes. Ya contemplamos las referencias de cada uno y en estos años no han cambiado”.
“Si sos creativo, tomás tu inspiración de todos lados. Ambos amamos la literatura, la pintura, el cine y además los paisajes ingleses y toda el área rupestre. Esto siempre fue una inspiración para nosotros. Hay muchas referencias a la tierra y el mar en nuestra música. A los dos nos fascina el lado más metafísico de estos paisajes y regiones y los mitos que lo rodean. Disfrutamos de experimentar esta suerte de lado sobrenatural que además siento que abarca nuestra experiencia en su totalidad porque también me pareció sobrenatural como nos conocimos y juntamos en primer lugar”, concluye Coxon.
La nueva vida en Londres esta vez como padres equilibrada a la par de su rutina como músicos se ve plasmada en el pulso de este nuevo material. Al respecto, Rose afirma: “Hay otra energía en este nuevo disco y creo que nació de la forma en la que lo hicimos. Fue bastante intensa porque solo teníamos algunas horas semanales para componerlo mientras nuestra hija estaba con la niñera o en la guardería, así que de alguna forma no tuvimos la misma comodidad que si habíamos tenido en el primer LP. Así que cuando componíamos debíamos estar realmente concentrados en ello y creo que pudimos crear una especie de mayor impulso para la conformación del mismo”.
Al tratarse de un proyecto primitivamente catártico e íntimo, además de iniciado en la plena incertidumbre del post pandemia, el vivo y cómo lo encararían todavía no estaba contemplado. En palabras de Rose: “Al principio de la banda no pensábamos mucho en lo que sería tocar las canciones en vivo. Con el tiempo nos fuimos estableciendo y generando la experiencia de los shows y esto terminó influyendo directamente en la forma en la que encaramos este nuevo disco. Pensamos mucho más cómo sonaría en vivo. Creo que cada canción toma una nueva vida cuando comienzas a tocarla delante de gente y nos sentimos muy afortunados por la recepción. Nos acompaña una banda realmente brillante que añadió aún más energía. Esperamos que este disco pueda reflejar el poder que también intentamos tener sobre el escenario”.
“Creo que la gente aprecia de una forma extraña nuestra historia personal cuando estamos arriba del escenario. Son muy afectivos. Tenemos un público que tampoco admitimos sea totalmente propio, tocamos mucho como teloneros de Elbow recientemente y su audiencia realmente apreciaba lo que hacemos. Amo tocar en vivo, amo ver a Rose tocando en vivo y también es muy divertido. Realmente me encanta tocar estas canciones en vivo porque son una expresión hermosa de todo lo que atravesamos personalmente y una cálida celebración de lo insano que fue conocernos en el momento justo y formar una relación personal y musical”, agrega Graham.
Recientemente compartieron un show más que especial en Warwick junto a, nada menos, que Noel Gallagher’s High Flying Birds y Johnny Marr. “Tocar con gente tan legendaria fue un placer, además yo soy una gran fan de The Smiths. Tanto Noel como Johnny fueron muy amigables con nosotros. Nos sentimos muy bien recibidos y el público también fue increíble”, expresa Rose al respecto, mientras que Graham confiesa: “Yo estaba un poco preocupado porque pensaba ‘Oh cielos, va a haber un montón de hooligans mancunianos y van a odiarnos’. Pero el público fue super cálido con nosotros. Y Johnny fue más que generoso. Tuvimos una buena charla y luego se nos sumó Noel y nos sacamos la foto. Noel siempre fue muy amable. A veces sale a colación la batalla del britpop de hace 30 años y todo el asunto de Blur vs Oasis. Pero toda preocupación que tenía con el show desapareció y fue una experiencia encantadora. Nunca había visto a Johnny tocar en vivo y esa tarde pude finalmente disfrutarlo junto a Noel al costado del escenario, incluso bailamos”.
“Finalmente uno abandona todos los prejuicios y se junta para hacer cosas realmente positivas. Nunca entendí ni disfruté esas rivalidades entre ciudades, creo que todos somos realmente buenos, e Inglaterra siempre produjo buena música, ya sea de Liverpool, Manchester, Leeds, Londres, donde sea”, concluye Graham.
City Lights estará disponible en todas las plataformas desde este viernes 20 de septiembre. La escucha es obligatoria para quien desee sumergirse en el costado más íntimo de estos dos compositores que abren su corazón y sus ideas más profundas
Por María Road
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