Ese disco que salió hoy, que apareció en plataformas de streaming este 10 de agosto, que hizo Paul Higgs con la producción musical de Martín Buscaglia, que publicaron en Argentina el sello Queruza y en Uruguay Little Butterfly Records, ese mismo disco, se hizo en esta dimensión.

De ahí viene parte de su título. La otra parte, la que indica que fue en tres dimensiones, tiene que ver con tres puntos de apoyo: las experiencias que Paul Higgs vivió en Buenos Aires (Argentina), en Montevideo (Uruguay) y en San Pablo y Río de Janeiro (Brasil). 

Tridimensional, entonces, por eso y porque se trabajó en esas tres ciudades. 

Y qué es, cómo es, por qué es.

Dice Paul Higgs, quien compuso, que es música hecha con los pies en la tierra, mirando hacia el horizonte plateado, porque el Río de la Plata es el que nutre e inspira. Es que la tercera dimensión, agrega, es en la que existimos físicamente.

Entonces, define así: “con los pies en la tierra, menos de la ultra psicodelia postmoderna que incluía la música de mi álbum pasado y un poco más de solo música, sin todas esas palabras complicadas de antes”.

El recorrido a través de Tridimensional es símil a un juego (una montaña rusa, un tren fantasma, un paseo que lo lleva a uno) donde hay un recorrido circular. Está diseñado para que empiece de nuevo y para que termine. Así, como el símbolo del infinito, que también es un ocho al revés y que ocho, además, es el total de canciones del disco.

Las canciones son estas: Adoquines, Ni ahí, Diluvia, Jazzie, Música del azar, Sufro, Proximidad, Lo mismo vimos.

Paul Higgs hablará sobre todas ellas, todas las canciones, las ocho. 

El caso de Adoquines es que es la primera, y dice esto:

“Refiere a la imagen que tengo hasta el día de hoy de los adoquines en San Telmo, un antiguo barrio porteño, donde grabé el álbum aquel que se llamaba Astucia. El estudio donde trabajaba, en ese entonces, quedaba ubicado en pleno San Telmo. Era el estudio del sello Querusa, que ahora se ha mudado, pero en ese entonces trabajábamos allá.”

“El viaje en subte está contado en la letra de la canción, desde que me despierto, y la larga distancia que tenía que recorrer en ese día nuevo. Canto de subte, llanto de trueno, porque se venía la lluvia. Vino la lluvia, vino de lejos. Café al paso porque siempre pasaba y levantaba un café. No me alcanzarán, ni la risa de muerto ni la lluvia.”

Ni ahí, que es la segunda, pero que también fue uno de los cortes de difusión, tiene que ver con esto:

“Es como esa rebeldía, que algún amigo, refiriendo a las grabaciones que hice en Astucia, me dijo que tenía que volver a hacer canciones más sencillas, que se entendieran los acordes que tocara. Tal vez estaba en lo correcto, pero siempre, como decía Frank Zappa, es bueno ser cínico, ante todo, no creer cualquier cosa que te dicen, ni acatar cualquier orden. Creo que gustaría de ser más rebelde ante las autoridades de todo tipo. Entonces, eso es una canción que refiere a eso.”

¿Por qué fue uno de los cortes de difusión?

Porque es pleno funk y conceptualmente es como clara. Y porque con Buscaglia no podemos resistirnos al funk. Ahí lo aplicamos todo, todo en pos del funk. Nos pareció, junto con los sellos, lo más sensato de publicar como opción primera.

La sexta, llamada Sufro, “es una reflexión tragicómica de mis cualidades al existir como un humano que interfiere en la escena músico creativa del mundo”.