En 2021 cantaron con Chano en el Teatro de Verano. Al principio (y quizá también ahora) los comparaban con Tan Biónica. Al principio (pero ahora ya no) les molestaba. En un partido de fútbol, Esteban García, el cantante de la banda, encontró al golero de su equipo tarareando una canción de ellos. Le comentó que el tema era de ellos y recibió otra respuesta a la que esperaba: “No, es un tema de Chano”.

“No soy cantante, canto lo mínimo, mi objetivo es tratar de no desafinar mucho. Por eso también me comparan mucho con Chano, porque la forma de cantar no es tanto lírico. No somos vocalistas, somos personas que tratamos de meter palabras en notas, nada más, creo que tiene que ver mucho con eso”, dice Esteban García, el cantante.

Por eso, la producción de Chano les ofreció a ellos, a la banda de pop uruguaya llamada UFA, si querían telonear el show.

Al principio (y ahora mucho menos) la gente que escuchaba UFA podía escucharlos en la radio y, si no los confundían con Tan Biónica, tampoco sabían el rostro de quienes sonaban del otro lado.

Ahora sí, saben.

UFA, ese nombre, viene de la queja. Cuando Esteban García volvió a Uruguay, en 2012, después de trabajar como publicista en Centro América, armó una banda él solo con una computadora. Tenía una telecaster que se había traído de Estados Unidos, así que UFA nació como un laboratorio en su casa. Empezó a juntarse, también, con Marcos Keldjián, bajista de Chala Madre, y entre los dos empezaron a componer. 

Pero todo se mantenía, más o menos, ahí. No querían tener que ir a una sala de ensayo, no querían los problemas que se tienen cuando se tiene una banda. Recién en 2016 se animaron y la formaron. Se sumarían Julio Crisolito y Nicolás Rial. 

“UFA fue durante mucho tiempo un proyecto de laboratorio en mi casa y, después de grabar, que grabamos un EP por esa época, en 2016, dijimos, “bueno, vamos a tocarlo. En 2016 el proyecto pasó de ser un proyecto de laboratorio a ser algo real, y ahí tocamos la primera vez, que fue en Jackson, el primero de diciembre de 2016. Ya, después de ahí, nos quedamos con la banda entera”, explica Esteban.

La banda, entonces, nació para defender un proyecto que se había grabado. Un año después, en diciembre, estaban lanzando el primer disco.

Cuando fueron a sacarlo, les dijeron lo obvio: no saquen un disco a fin de año. Y lo hicieron de todas formas. Después de un mes, el disco "Salvame" ya era de 2017, “del año pasado”.

Aunque lo movieron bien e, incluso, fueron a tocar a Argentina. Pero cuando empezaron a grabar el segundo llegó la pandemia y los desmotivó a tal nivel que casi dejan de lado el proyecto. Arrancaron en marzo de 2019 y lo terminaron en noviembre de 2021. Le pusieron este nombre: "Volver a la luna". Fueron casi tres años de hacerlo.

Si el primer disco está casi todo hecho con computadora (solo voz y guitarra grabadas), el segundo se hizo en vivo, en estudio, trabajaron con un productor, Sebastián Peralta. “Se convirtió en una banda de cuatro amigos que disfrutan hacer música que les gusta, y ahí es donde se pone interesante”, comenta el cantante.

Y, también, es una banda que hace discos físicos, que los entrega, que los reparte y que los vende. Discos, en una época donde la mayoría de las personas no tienen reproductor de CD para escuchar.

Esteban, sos fundador de Carne, y te dedicás a la publicidad, ¿cuáles de esas herramientas usas para la banda?

Prácticamente todo. Literalmente, todo. Nosotros ensayamos en el estudio de música de la escuela. Eso, desde un punto de vista tangible. Osea, si yo me pusiera a comprar la batería, la consola, los micrófonos, si yo comprara todos los equipos que quiero para tener un estudio, me fundo. Los compré para dar clase y cuando termina la clase entramos nosotros a ensayar.

UFA se superpone con escuela Carne. Termina la escuela y empieza UFA. Las cámaras para filmar nuestros videoclips, los micrófonos. Creo que UFA sobrevive y vive gracias a nuestra estructura y la logística de escuela Carne. El baterista es profesor de ahí, el guitarrista era profesor. Son dos lados de la misma moneda.

Y desde el punto de vista de herramientas para componer de la publicidad, yo creo que veo la creatividad como un método, no como una inspiración. Por eso yo escribo esas columnas que escribo, porque trato de explicar cómo encarar las cosas. No es que se me ocurre o no se me ocurre. Lo mismo con las canciones y con la música. Creativamente, hay que trabajar con herramientas, pensar qué querés comunicar, a quién, pensar a quién vas a hablar. Incluso, me ha tocado como publicista hacer canciones. Creo que el proceso creativo es muy parecido, siempre hay un público objetivo, un mensaje. Trabajo muy parecido en la música a cómo hago publicidad. Y trabajo en un lugar que, prácticamente, es el mismo donde tengo la escuela.

¿Por qué un disco físico en tiempos digitales?

Probablemente sea por la resistencia, pero también porque a mí me gusta lo tangible. Capaz porque vengo de una generación de los ´80 todavía, y siento que a mí y a todo el mundo nos gusta lo tangible, el objeto. Más allá de la música, el poder tenerlo. Para mí, todo lo que es tangible es como agarrar de la mano a esa marca. Osea, el packaging en general es el punto de encuentro entre la marca y vos, no solamente el consumo en general. Creo que tener un disco es una forma de vivir más de cerca, de tener al producto, es como que se mete más e interactúa con la gente, aunque nadie tenga donde escucharlo, pero es como que lo tenés. Creo que todo lo que uno puede tener fisicamente está bueno.

¿Qué les aporta y qué les resta el disco físico?

Económicamente, resta, porque obviamente nadie los compra, porque nadie tiene dónde escucharlos. Hemos vendido varios y sabemos que lo que hemos vendido fue un posavasos o una postal. Entonces, lo tomamos como un objeto promocional. Te diría que no nos resta nada porque es inversión igual.

Nos resta si quisiéramos hacer plata con eso, pero como lo invertimos en nosotros, en algo lindo de tener (en vez de mandarte una postal, te mandamos un disco), no te diría que nos reste. No creo que caiga mal tener un disco. A lo sumo la gente te dice que no tiene dónde escuchar. Sí siento que nos aporta eso.

Nos aporta hacer un disco como forma de coronar un proceso que no es fácil, porque todo el mundo puede lanzar una canción, pero no todo el mundo puede tener diez canciones cerradas en un período determinado. Entonces, hacer un disco es una forma de decir, “lo logré”. Es documentar un trabajo entero y creo que nos aporta la sensación de trabajo realizado, algo tangible, que inmortaliza de algún modo.

Algo muy interesante es que del primer disco, las diez canciones u once podrían haber sido un “grandes éxitos” porque se hicieron entre el 2010 y el 2017, ponele. Eran canciones que uno tenía a lo largo de los años y las recopilás todas y las ponés en un disco. Pero este disco se compuso en seis meses.

Entonces, otra cosa interesante es que cualquiera puede hacer un primer disco, porque revolvés todo lo que has hecho en tu vida, buscás todo el acervo que tenés desde que agarraste una guitarra. Hay canciones que son viejísimas, pero entrar en la rosca de producir un disco profesionalmente, en un período de tiempo y componer en ese tiempo, también lo que nos aportó fue el trabajo. Porque en el primer disco se revolvía a ver qué había y qué estaba bueno. Acá, fue trabajar tres veces por semana, componer, arreglar, y eso nos unió como banda. Tener la zanahoria hizo que trabajáramos como banda, mejoramos mucho, nos llevamos mejor. Obviamente, también te peleas un poco, pero fue como que convirtió la banda de un proyecto de un pibe en su casa con la computadora, a una banda real y creo que eso sí lo hizo el disco.

Este año, presentando el disco, UFA estará en el Planetario de Montevideo. Habrá proyecciones 360, se escuchará con auriculares y sucederá el 23 de setiembre. Este año, además, tocarán como teloneros con la Bersuit en Montevideo Music Box, el 13 de agosto.