A Ulises Bueno le gustaba la música, pero también el básquetbol. Es la muerte de su hermano, Rodrigo "El Potro", que le hace tomar la decisión que hasta el día de hoy sostiene. "Por una cuestión de celos, de no querer que su micrófono lo utilizará más nadie", afirma Bueno en entrevista con LatidoBEAT. 

Hubo comparaciones, también hubo críticas. Para Bueno, lo más difícil de comenzar estuvo ahí. Ahora, tras veinte años de carrera, elige incursionar en nuevos géneros, desde el rock hasta el RKT. El año pasado, lanzó "Mentiras" junto a Big One y Rusher King. Este mes, también publicó su colaboración con el rapero G Sony, "Se me hizo tarde". 

Para Ulises Bueno, la esencia de la música no reside en el género o la locación, sino en lo que provoca en sus oyentes. "Hay canciones que te suben el estado de animo o que, cuando estás triste, te llevan al lugar donde querés estar. Hace que cada persona pueda transmitir lo que va sintiendo y expresarlo a través de las canciones", explica el cantante. 

Tras un retiro temporal de los escenarios, según él, para "parar un poco la pelota", decidió volver y se presenta el 3 de mayo en la Sala del Museo en Montevideo, en el marco del tour "20 años". Las entradas se pueden adquirir aquí.

Cortesía de la producción

Hace poco menos de un año anunciaste que te retirabas de los escenarios, ¿qué fue lo que te llevó a volver?  

En realidad, yo me retiraba de los escenarios, pero por un tiempo. No era que me iba a bajar definitivamente. Capaz hubo un malentendido respecto a la publicación que se hizo, pero era  porque quería parar un poco la pelota, venía con mucho trabajo. Tuvimos mucha demanda en los últimos años. Era trabajar, dormir, despertarse, y así. Había perdido un poco la vida de familia y vivir normalmente como cualquier ser humano. Vivía para trabajar, no es que trabajaba para vivir.

Me tomé un tiempo. En ese tiempo, conocí otros géneros musicales. Uno está tan enfocado en lo de uno que no tiene tiempo ni para escuchar música. Descubrí otros artistas, empecé a mirar un poco más alrededor, vi colegas que están muy enchufados y rompiéndola, y se me presentó esto de grabar con Fede Manero. Salió el tema atorrantes que anduvo muy bien, conocí a Rusher King y a Big One en el camino y salió esta fusión de hacer un crossover. Se me fueron dando cosas muy positivas. El regreso a los escenarios fue muy lindo porque la espera de la gente y el cariño siempre estuvo ahí.

Al respecto de ese micrófono, es difícil ya que no solo era un ídolo, sino que también era tu hermano. ¿Lo vivís como un peso?

En su momento fue una mochila grande porque las comparaciones eran lo que a uno le dolía. Yo nunca voy a ser igual a él, ni voy a imitarlo o compararme. Tenemos dos carreras diferentes, si bien estamos dentro de mismo género, lo caracterizamos con otros estilos. A mí me gusta rockearla un poco más, mi cuarteto tiene un poco más de rock y busco otro tipo de raíces. Él tenía un poco más de lo que es tropical y merengue. Lo que dolía era la comparación, porque la gente esperaba ver a Rodrigo en un pibe que recién se subía al escenario cuando él ya tenía una carrera hecha. En ese momento, yo era un pibe que recién se subía al escenario al día siguiente de que su hermano se haya muerto. El público empezó a ver que no era un imitador de él, que no buscaba colgarme de su carrera y de su éxito, sino que estaba luchando con el dolor de su pérdida y tratando de hacer mi historia en la música.  

El cuarteto ha podido abrirse y hoy en día los géneros musicales no son estrictamente una sola cosa. Ahora que vas a venir a Uruguay, ¿lo que se da con el cuarteto en Córdoba es trasladable a otras partes, o es algo que no se puede replicar? 

Córdoba es Córdoba. Hay canciones que hablan de ella con un léxico cordobés que no lo va a entender nadie porque es difícil. Pero, gracias a Dios, nuestra música es bailable y la puede escuchar todo el mundo porque está vigente. Tenemos nuestra carrera de veinte años, que es gran parte del tour que vamos a presentar, pero también está todo lo nuevo que estuvimos haciendo. Para nosotros es un placer poder cruzar la frontera con nuestra música, tan oriunda de Córdoba. Es todo un desafío y voy con una adrenalina distinta. Es un desafío placentero, si uno llega a cruzar la frontera es porque hay un pedido no solamente de un productor sino que también de un público que desea ver a un artista. No importa si es mucho o poco, importa el hecho y eso es lo que nos llena de orgullo.  

Recién hablabas de rockearla. Siempre hubo un prejuicio desde el rock hacia la movida tropical, ¿el hecho de que haya más cooperación entre músicos ayudó a que ese prejuicio disminuya?  

No está ese prejuicio, quedó en el olvido. En los 90, cuando no había la posibilidad de fusionarse porque los sellos discográficos te impedían grabar con otros artistas, era mucho más complicado. Hoy lo que importa es transmitirle a la gente lo que el artista desea. Se fusiona cumbia villera con rock. El público disfruta de la música y tiene eso de que al que disfruta del rock and roll, una letra de cuarteto también lo moviliza porque cuenta la misma historia que vive él, pero con otro estilo musical, nada más.  

Necesitaste un tiempo para descansar y esto también es tu trabajo, incluye lidiar con calendarios y con la industria. ¿Hay días que te cuestionas por qué te dedicas a esto?   

La música es lo que me alimenta el alma. Yo me levanto y lo primero que hago es poner música para activarme el día. Hay canciones que te suben el estado de animo o que, cuando estás triste, te llevan al lugar donde querés estar. Hace que cada persona pueda transmitir lo que va sintiendo y expresarlo a través de las canciones. Pueden ser de tango o de merengue, pero uno habla con las canciones.

Después, en lo que respecta la la industria, hay cosas que son más tediosas que otras. Para los de mi generación, adaptarse a las plataformas digitales y las redes sociales es un poquito más heavy. Uno dice, "¿por qué tengo que hacer esto?", pero cuando te das cuenta de que hay una llegada más cercana al público, que podés interactuar con ellos y que son los que forman parte de tu trayectoria está muy bueno. Los artistas de antes no tenían esas posibilidades. Uno lo empieza a apreciar, por más que al principio lo odie.