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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Luces encendidas

Un alivio confesional: crónica del show de Interpol en el Luna Park, cercano y arrasador

La banda neoyorquina se presentó en el Luna Park de Buenos Aires el pasado 2 de junio, contando con la apertura de Mujer Cebra.

04.06.2024 15:34

Lectura: 8'

2024-06-04T15:34:00-03:00
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Por María Road

El domingo 2 de junio estaba obsoletamente gris. El cielo amenazaba entre nubes que jama´s dieron rienda suelta a la lluvia en un frío seco de otoño. El plan nocturno para muchos portenños y otros visitantes maridaba perfectamente: Interpol se estaría presentando en el mítico Luna Park, en Buenos Aires, a menos de dos años de su último show en Argentina, en la primera edición del Primavera Sound en el año 2022.

Esta no se trataba de una ocasión más, sino que de un culto a sus dos primeros discos de estudio, Turn On The Bright Lights (2002) y Antics (2004). Los mismos le valieron al conjunto conformado actualmente por Paul Banks (guitarra y voz), Daniel Kessler (guitarra y coros) y Sam Fogarino (batería) su reputación como una de las bandas encargadas de revivir lo que en ese entonces parecía muerto: rock con significado.

Después de una década de los 90 cimentada en el auge del rock alternativo con corrientes sonoras como el grunge (EEUU) y el britpop (GB), al comenzar el siglo XXI se sentía cierta orfandad en la cara visible del mismo, marcado por los charts y los medios de comunicación que todavía se hacían lugar cuando internet y los foros no lo dominaban todo.

Interpol - Foto: @gallo_rockpix:

Interpol - Foto: @gallo_rockpix:

Mientras Radiohead se embarcaba en el costado ma´s experimental del género con Kid A (2000) y Amnesiac (2001) y Coldplay debutaba con Parachutes (2000), el grueso de la prensa musical hacía hincapié en la ciudad de Nueva York como el nuevo caldo de cultivo de las incipientes grandes bandas. The Strokes parecía entronarse como “la próxima gran cosa” de la mano de su impoluto Is This It, una refrescante fórmula de garage rock con raíces en la tradición musical de las calles neoyorquinas proveniente de Television y The Velvet Underground.

El sonido garage emergía con fuerza, pero necesitaba una arista de realismo oscuro y ese equilibrio se encontró con una camada de bandas reconocidas dentro de un avivamiento directamente influenciado del post-punk de los 70 y 80.

Interpol - Foto: @gallo_rockpix:

Interpol - Foto: @gallo_rockpix:

Así es como Interpol entra en el juego mediante una estética sobria que remitía a bandas como Kraftwerk y Joy Division. Y las comparaciones excesivas con este último conjunto mancuniano no tardarían en llegar y tornarse polémicas, al punto que se consideraba al grupo de Paul Banks y compañía como una copia de la banda del malogrado Ian Curtis. Pero lejos de caer en el juego amarillista la agrupación se dedicó a seguir construyendo un camino de transparencia y virtud, lo suficientemente contundente como para que 20 años después se celebre con honores el aniversario de su ópera prima y asimismo su sucesora.

Después de presentaciones en Costa Rica, Colombia, Perú y Chile llegó el turno de Buenos Aires y, desde temprano, los fanáticos que comenzaron a colmar la entrada del Luna Park.

La apertura de la jornada estuvo a cargo de Mujer Cebra, el power trio de rock alternativo, post-punk y dreampop conformado por Santiago Piedra (guitarra y voz), Gonzalo Muhape (bajo) y Patricio García Seminara (batería). Con recientes presentaciones en Lollapalooza Argentina, Teatro Vorterix junto a Turnstile y Wrrn, su Niceto Club agotado junto a las locales Niña Lobo y un Movistar Arena con La Vela Puerca, estuvieron a la altura de un Luna Park.

Mujer Cebra - Foto: @gallo_rockpix

Mujer Cebra - Foto: @gallo_rockpix

Asimismo, su más reciente disco Clase B, lanzado en octubre de 2023 era un parteaguas perfecto para un show de marcada introspección. Comenzaron el set con "Y no me digan nada" y "Nuevos miedos", dos auténticos himnos de su último material que imploran por rumbo frente a un futuro que parece clausurado.

Mujer Cebra - Foto: @gallo_rockpix

Mujer Cebra - Foto: @gallo_rockpix

Pero el factor emotivo de la noche estuvo en la continuación de su lista elegida. Cerraron con cinco canciones de su disco debut homónimo lanzado en 2021. Este acto fue extremadamente simbólico si nos detenemos en el hecho de que hace menos de tres años este disco era presentado poco a poco en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Ese puñado de temas supo dialogar con un sector de la juventud argentina de forma tal que, en este breve lapso de tiempo, pasaron de ser tocados ante 80 personas a un venue con capacidad de 8.000. "Verano (Sin Personas)" abriría esta seguidilla de clásicos del nuevo rock argentino, conmoviendo a los propios que desde temprano se encontraban agolpados en la valla y a extraños que estarían descubriéndolos esa misma noche.

Mujer Cebra - Foto: @gallo_rockpix

Mujer Cebra - Foto: @gallo_rockpix

Siguieron con una inyección de euforia de la mano de "XXYY", "Adrenalina" y "Ahora Sí" en la que el público ya se encontraba más que acalorado y dispuesto a seguir agitando a los anfitriones de la noche. El final se dio con "SEISDECISIETE" y el escenario ya estaba más que caliente.

Mujer Cebra - Foto:@gallo_rockpix

Mujer Cebra - Foto:@gallo_rockpix

Cuando dieron las 21:00 horas, entre gritos eufóricos de los aficionados, comenzaron los primeros acordes de "Next Exit", primer track del álbum Antics que lideraría el primer bloque de la noche en su totalidad. A continuación fue el turno de "Evil y Narc", catapultando una energía que persistiría el resto de la jornada entre riffs de guitarra contundentes y lírica desesperanzada. Para cuando "Take You on a Cruise" comenzó a sonar el estadio ya era una autentica iglesia de corazones rotos.

La desolación de este track conquistó a los oyentes que bailaban entre ese riff de iguales dosis de sofisticación y melancolía. Fiel a la pasión desbordante que caracteriza a los argentinos las rondas de pogo no paraban de abrirse continuamente y el clímax del agite se vio en "Slow Hands" y "Not Even Jail", entre una voz apaática y casi fúnebre de Banks danzante sobre un bajo demoledor. "Public Pervert" y "C’mere" convocaron a una tierna nostalgia que decantaría en la oscuridad y ansiedad de la atmosférica "Length of Love". Para finalizar de barrer de arriba a abajo el segundo disco, llegó el momento de "A Time to Be So Small", cierre reflexivo e ideal de este primer bloque que respetó el orden original de los temas en la lista del álbum.

Interpol - Foto: @gallo_rockpix

Interpol - Foto: @gallo_rockpix

La segunda parte del show se dedicó por completo a Turn On The Bright Lights. Esta dio inicio con "Specialist", un tema del cuarto disco de la banda, marcando asi´ la diferencia con la primera parte del recital. "Say Hello to the Angels" y "Obstacle 1" continuaron con el ritual de frialdad garagera que puso a bailar al estadio entero de la mano de sus guitarras. El público no podía estar más rendido en los encantos de los oriundos de Nueva York, hasta que llegó el momento de la balada dedicada a la ciudad que los acobijó entre el caos y los eternos viajes en subterráneo. "NYC" derritió la última escarcha posible en el corazón de todos los presentes.

Interpol - Foto: @gallo_rockpix

Interpol - Foto: @gallo_rockpix

"Roland" y "Hands Away" continuaron en el set antes de que una poderosa versión de la aclamada "Stella was a diver and she was always down" empezara a sonar. A esta altura se sabía que el show estaba llegando a su fin y "The New" conmovió a los fanáticos que ya comenzaban a despedirse de la banda. "PDA" fue la antesala del cierre y corono´ este culto a dos discos que se hicieron imperecederos al paso del tiempo, marcando una era particular de la música neoyorquina y el rock alternativo.

Interpol - Foto: @gallo_rockpix

Interpol - Foto: @gallo_rockpix

La ceremonia llegaría a su fin de la mano de "Untitled", el track inicial del debut del conjunto y tal vez la decisión más acertada para el cierre de una jornada de intimidad y oscuridad. En medio de una melodía melancólica y repleta de aprensión se enmarcaron versos suplicantes que no demoraron en ser coreados a los gritos por un estadio entero. Esta sea tal vez la canción que mejor define lo que supo ser Interpol para la generación que crecía en los 2000: un alivio confesional y cercano frente a una arrazadora cultura popular de consumo que dominaba la música y el campo cultural. Las luces se encendieron, pero, como pocas veces, esto no simbolizó un adiós. La relación entre Interpol y Argentina es persistente y continua. 

Por María Road