Un ciclón de rock viene con rumbo sur; la tormenta Guns N’ Roses vuelve al Centenario

Un frente de tormenta extratropical con rumbo sur, proveniente de California, avanza desde hace días por el continente sudamericano, arrasando cada ciudad, estadio y recinto donde se presenta. Después de hacer estragos en varias ciudades de Brasil, el ciclón rodeó el territorio nacional para desembolsar toda su monumental fuerza este viernes, en la zona de Nuñez, Buenos Aires. Pero el estallido es inevitable y se pronostica que el huracán llegue este domingo a nuestra capital y explote con todo el ímpetu del rock en el Estadio Centenario.

Los Guns N’ Roses vuelven a Uruguay, donde se presentarán este domingo 2 de octubre a las 21 horas. Esta vez, con el plantel completo, encabezado por los tres astros de la que fuera la banda más importante del mundo a finales de los años 80 y principios de los 90: Axl Rose, Duff McKagan y Slash.

El recuerdo del 19 de marzo de 2010 está patente, un concierto que se hizo esperar, una tensión insostenible y una velada protagonizada únicamente por el vocalista —McKagan y Slash no vinieron; estaban en medio del hiato que tuvo lugar desde mediados de los 90 hasta 2016, en el que no formaron parte de la banda—.

De igual forma, esa madrugada marcó el inicio de una época de multitudinarios conciertos de artistas de primer nivel, algo inesperado para este rincón perdido del sur. Hoy, 12 años después y con más expertise como público, los uruguayos vamos a ser testigos nuevamente de una noche de rock, con un “gran apetito por la destrucción” que deje este ciclón.

A pesar de que se sabe que durará tres horas, se están tomando precauciones para ver cuáles serán las consecuencias del intenso temporal del domingo. Aún se desconoce cuál será el punto más álgido de la tormenta: los expertos pronostican que sea durante “Welcome to the Jungle”, “Sweet Child of Mine” o “Paradise City”, pero todo está las manos de Slash y en la voz de Rose.

Como medida de precaución, dejamos a continuación la lista de impactos que sufrió la ciudad de San Pablo, Brasil, hace casi una semana, para que el público pueda atenerse a cualquier eventualidad.

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