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Contenido creado por Sebastián Astorga
Cine
Can you hear me, Major Tom?

Un viaje a las entrañas de David Bowie: “Moonage Daydream” llega a la gran pantalla

El nuevo documental sobre el rey del glam nos invita a conocer a una de las mentes más complejas e influyentes del último siglo.

15.09.2022 12:01

Lectura: 5'

2022-09-15T12:01:00-03:00
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Por Nicolás Medina
nicomedav

¿Cuánto conocemos a una de las más grande estrellas del rock de toda la historia?

David Bowie es tan reconocido y escuchado como complejo y analizado como si se tratara —literalmente— de un alienígena. Hay dos cosas que son seguras: la mente de David Bowie y su obra son atrapantes para cualquiera que se acerque a ellas, pero quien busque hacerlo encontrará muchas dificultades para aproximarse al Starman. Y ni que hablar si pensamos en una aproximación cinematográfica que tenga un tiempo limitado, no solo para hacerlo, sino para comunicarlo.

Entonces, llega Moonage Daydream, estrenada en la 75° edición del Festival de Cannes, y nos preguntamos: ¿quién estuvo tan loco para hacer esto?

Nada más ni nada menos que el cineasta Brett Morgen, documentalista que no es ajeno a trabajar con figuras, cuando menos, complejas, como lo hizo con los Rolling Stones en Crossfire Hurricane (2012), con Kurt Cobain en Kurt Cobain: Montage of Heck (2015) o con Jane Goodall en Jane (2017).

El director pasó desde su última película hasta este año escarbando entre los archivos personales de Bowie, con total acceso y apoyo de su familia, para hacer lo que hace mejor: crear retratos en ausencia a través de material de distinto origen, combinándolo, articulándolo, interviniéndolo —para nada menor— y, en este caso, restaurándolo al punto de que da la impresión de que se tratase de material completamente nuevo.

Moonage Daydream se plantea a sí misma (y es vendida) como una experiencia inmersiva. Sin embargo, a pesar de lo hipnótico que pueda resultar escuchar los éxitos más grandes del Duque Blanco con sonido envolvente mientras una pantalla de cine nos atrae con imágenes inéditas que han cobrado fuerza con los años a pesar de su estética amateur y desprolija —pero, no obstante, sensorial y emocional—, la verdadera inmersión está en cómo Morgen logra hacernos entrar en un mundo, o un imaginario, totalmente ajeno y regido por reglas muy difíciles de establecer. En otras palabras: entramos en la mente de Bowie.

Universal Pictures

Universal Pictures

Así como Kurt Cobain: Montage of Heck se apoyaba en cartas y diarios del referente más importante del grunge, el cineasta selecciona en este documental archivos de entrevistas o videos personales de Bowie en los que se nos presenta a una persona que contrasta mucho con ese ser extravagante, llamativo, andrógino, muchas veces considerado un alienígena y que tan importante fue para la cultura pop. El Bowie al que vemos, escuchamos y que terminamos por conocer se muestra muchas veces introvertido, tímido, seguro de sí mismo, pero a la vez muy cambiante.

Y el cambio es algo sumamente importante, no solo para la figura del cantante, sino para el relato de Morgen. La película nos hace una especie de tour sin un itinerario muy claro por los diferentes Bowie, sus alter ego, sus viajes, sus etapas, sus colaboraciones, su evolución y sus cambios a nivel musical y hasta estéticos.

Es quizá, en este recorrido, donde por momentos puede que el retrato pierda a uno o más pasajeros o espectadores. Y es que el director parece sentirse tan pero tan atraído por las diferentes etapas en la vida del músico, que no es capaz de darse cuenta de que a veces se sobreestimula y, otras, entra en un tedio que no da cuenta de la personalidad de su retratado.

Pero, al margen de este detalle, si hay algo que Moonage Daydream no es, es aburrida. El bombardeo constante de información intertextual de todo tipo, como fragmentos de películas que van desde Le Voyage dans la Lune (1902) de Meliés y La guerra de los mundos (1953) a The Man Who Fell to Earth (1963) y Labirynth (1986), estas últimas dos protagonizadas por el mismísimo Starman; así como de videoclips, registros de su trabajo como actor en teatro, y diferentes publicidades y elementos de la cultura pop, terminan, en conjunto y por acumulación, resultando extrañamente funcionales mientras colaboran con esta inmersión en la que Morgen intenta que nuestra capacidad de interpretación de los distintos textos en pantalla nos acerque a la manera que tenía su protagonista de ver el mundo.

Universal Pictures

Universal Pictures

Y es de esta forma que logramos conocer y aproximarnos no solo al Bowie músico (quien no escatima en regalarnos más de una ocasión en la que nos eriza la piel como si estuviéramos en un concierto en vivo), sino que también nos retrotrae al Bowie artista en general, videógrafo, pintor, actor. A ese que pasa de seguir las enseñanzas de Buda a citar a Nietzsche.

No hay que dejar pasar el hecho de que Moonage Daydream no es, desde sus aspectos formales, una película para todo el mundo. El caos y las decisiones narrativas de Morgen pueden resultar abrumadoras y, aunque sería exagerado tratarlas de experimentales, es cierto que chocan con los formatos que acostumbramos a ver, sobre todo si hablamos de documentales.

Sin embargo, no todos los días podemos conocer artistas tan grandes como David Bowie y menos salirnos con la nuestra para que la oportunidad sea con todas los beneficios y la experiencia que nos brinda una sala de cine.

Moonage Daydream se exhibe a partir de el jueves 15 de setiembre en salas de cine limitadas, con funciones y horarios puntuales y no como parte de la cartelera regular. Por eso, lo recomendable es no dejar pasar la oportunidad de verla cuanto antes. Podés consultar los horarios en nuestra Cartelera.

Por Nicolás Medina
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