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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Por Little Butterfly Records

Una “entrevista” inédita a Caio, baterista de Los Shakers, a tres años de su fallecimiento

Federico Bianco, batero de Buitres, visitó a Carlos Vila cuando estaba internado en el Hospital Maciel y registró la charla con su héroe.

02.05.2022 13:23

Lectura: 9'

2022-05-02T13:23:00-03:00
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Por Lalo Montes | @lalo_montes86

Junto a los hermanos Fattoruso y “Pelín” Capobianco, Carlos “Caio” Vila fue parte de Los Shakers, la banda más grande que parió Uruguay a mediados de los sesenta. A fuerza de armonías pegajosas, movimiento de cerquillo y tres discos adelantados a su época, primero invadieron Argentina y luego siguieron arrasando los parlantes del resto del continente hasta su disolución en 1968.

Después de su aventura “Shakeriana” y una pequeña escala en Brasil, Caio se instaló definitivamente en Venezuela y, tras casi cincuenta años viviendo allí, en 2018 nuestro Ringo Starr charrúa regresó al “paisito”. La razón de su retorno era seguir batallando contra una enfermedad que desde hacía tiempo no le daba respiro y el Hospital Maciel se transformó en su última casa, la cual compartió junto a su esposa Rosa.

La noticia se propagó a la velocidad de WhatsApp y llegó a Federico “Kako” Bianco, baterista y estudiante de Medicina que hacía prácticas en el hospital. “En ese momento estaba cursando 5to de Medicina, pero en otro piso. Averigué su cama de internación y lo fui a visitar. Estaba internado por cáncer de próstata, vino desde Venezuela para ser atendido. Él decía que era un músico famoso, pero nadie lo conoció hasta que llegué con todos los discos para que me firmara. La gente a su alrededor no entendía nada”, relata.

Kako se presentó y le contó que tocaba la batería en Buitres, banda que Caio no conocía; igualmente, los dos bateros le dieron ritmo a una charla en la que se mezcla de todo, desde historias de los Shakers, andanzas musicales y nerdeadas de baterista. Kako es quien rompe el hielo y desenfunda el último long play de Los Shakers, La conferencia Secreta del Toto´s Bar de 1968. “Este es el mejor disco para mí”, no duda en responder Vila.

Todavía queda una bala más para impresionar a la leyenda, y Bianco, no duda, y le muestra el simple de Face to Face. Un disco muy raro. “Face to Face es una cosa que yo hice con un amigo después de Los Shakers. Después de Los Shakers, yo me fui a vivir a Río con un músico amigo e hice este tema junto con él”, es la respuesta que obtiene de Caio. El tema al que se refiere es “Leave me Alone” compuesto por él y Ruben Lorenzo en 1975. “Esto fue como un homenaje a Los Shakers”, explica.

Ya ganada su confianza y un par de firmas después, Fede está en condiciones de arrancar con el cuestionario. La primera pregunta apunta a la supuesta regrabación de algunos temas de su primer disco. Para poner en contexto, Los Shakers editan en 1965 su placa debut en mono para Odeon, luego la reeditan en 1966 para el sello yanqui Audio Fidelity, pero esta nueva tirada sale en estéreo, por lo que muchos sostienen que el álbum se grabó dos veces.

“La cuestión es que sonaba medio estéreo y se lo mandamos así. No, no lo grabamos de nuevo. Se lo comieron así y se lo comieron bien comido porque estaba muy bien grabado para la época”, cuenta Vila al respecto.

Por su parte el libro “Al rescate de Los Shakers” de Daniel Grigera y Mario Antonelli, editado por Ediciones B en 2017, sostiene que sí existió una regrabación. De cualquier forma, la poca promoción en el norte hizo que el proyecto se perdiera en las bateas.

La charla luego va a un ida y vuelta digno de dos bateros curtidos donde se adentran en lo que hacía diferente al grupo con respecto a las demás bandas: su sonido. Su génesis en el jazz impactó directamente en el armado de sus melodías y arreglos, pero otro aspecto fundamental era su equipamiento: Los Shakers contaban con instrumentos de calidad, marcas como Gretsch y Hofner eran parte de su armamento.

“¿Con qué batería grabaste ese disco?”, pregunta Kako haciendo referencia a su primer long play, que tiene el mismo nombre que la banda. “Ahora estoy dudando si fue con la BSB o con la Caf”, es la respuesta. Ambas marcas eran argentinas y si nos guiamos por el bombo, la BSB fue la escogida para grabar. Con respecto a los platos, Caio recuerda utilizar Zildijan y Paiste, debido al sonido opaco de los primeros y el sonido “abierto” de los segundos. “A mí me gusta el Paiste para acompañar”, afirma Caio.

Kako decide cambiar de frente y va hacia otra temática. “¿A qué edad empezaste a tocar?”, pregunta. “Empecé a los trece, catorce años en el Hot Club. Lo primero que yo empecé a tocar fue jazz, no tocaba otra cosa que jazz, ahí me encontré con Pelín, me encontré con Hugo y me encontré con Osvaldo. Nos hicimos amigos”, explica Vila. El Hot Club de Montevideo se fundó en 1950, y desde su nacimiento tuvo como misión difundir y perfeccionar el jazz en Uruguay.

Concierto extraordinario en conmemoración de los 70 años del movimiento de jazz más antiguo de Sudamérica, el Hot Club de Montevideo (1950  - 2020). Fuente: Teatro Solís

Concierto extraordinario en conmemoración de los 70 años del movimiento de jazz más antiguo de Sudamérica, el Hot Club de Montevideo (1950 - 2020). Fuente: Teatro Solís

“Un sótano muy lúgubre, todo lleno de humedad, pero de ahí surge el Hot Club, que para mí era la universidad de la música de Uruguay. Fue eso. Todos pasaron por ahí, los músicos, que fueron grandes músicos luego, pasaron por el Hot Club”, cuenta el baterista hoy fallecido. Y tiene razón, entre esas paredes no solo crecieron y se desarrollaron los más grandes baluartes de la música nacional, también hicieron retumbar sus paredes figuras internacionales.

Al igual que en todo el mundo, la beatlemania desembarcó en Uruguay y nadie mostró resistencia, ni siquiera los cuatro amigos entusiastas del jazz. “Un día estaban dando la película de Los Beatles y nosotros estábamos los cuatro ahí y dijimos: '¿Vamos a ver la película de Los Beatles?'. 'Vamos'. Fuimos los cuatro a ver la película al cine Independencia y cuando salimos de ahí dijimos: 'Vamos a hacer una réplica, un grupo como esto'", relata Caio.

“Hicimos dos ensayos, tres ensayos, cuatro ensayos y ya estábamos en Punta del Este tocando, en I’ Marangatú. Eso fue rapidísimo y ahí nos contrataron para grabar un disco después de la temporada de verano, fuimos para Buenos Aires grabamos el disco y ahí arrancamos”. No obstante, el inicio de Los Shakers se contó hasta el hartazgo y Kako quería la otra historia, la que cuenta el final de la banda.

Kako y Caio

Kako y Caio

“Nos separamos porque la relación se desgastó, como todas las relaciones, como un noviazgo. Imaginate: éramos todos pibes de veintiún años, veinte, veintidós años, veintitrés años, lejos de la casa, lejos de los amigos, lejos de los padres, nos debíamos a una cantidad de gente que nos manejaba, que se llenaba de plata, se llenaban de dinero y a nosotros lo que nos quedaba era plata. Imaginate a ellos”, cuenta Vila.

“Nosotros teníamos todo, teníamos la imagen, teníamos la música, teníamos el concepto, teníamos todo. La fuerza, teníamos todo agarrado, la composición”. A lo que Kako acota: “Eran buenos componiendo Los Shakers”. Y Caio responde: “Hugo sobre todo. Hugo era el líder del grupo total. Cada uno compuso sus temas y todo, pero el gran maestro ahí era Hugo. El que ponía la fuerza y el talento máximo”.

Esta respuesta deriva en una pregunta lógica: “¿Qué otros grupos escuchaban de aquella época?”. Y Caio, de forma contundente, afirma: “A mí no me gustaban Los Rollings, por ejemplo, porque me gustaban mucho los Beatles. Me gustaban Los Byrds, me gustaba después luego, la otra parte del rock, Blood, Sweat and Tears, pero yo era muy beatlero totalmente y no aceptaba otra cosa”. “Los Beach Boys eran muy frescos, muy blanditos”, agrega, incluso.

Cuando uno decide salir de “Break it all” y bucear en la discografía de Los Shakers se da de frente con esas otras influencias que escapaban de los peludos ingleses. Shakers for you, su segundo LP de 1966, cierra con uno de los temas más experimentales que compusieron “Espero que les guste 042”. “Lo escuchás hoy y no lo podés creer y sigue siendo moderno y seguirá siendo moderno”, asegura Caio.

Por su parte, Kako recuerda el regreso de Los Shakers en 2005 y Caio no guarda gratos recuerdos: “Estuvo mal programado eso, no lo hicieron bien. Tuvieron la oportunidad de hacerlo bien y, por escatimar unos pesos de mierda, fallaron. Pero eso era para haberle invertido unos dólares más y haber hecho un poco más de ruido y ahí se podría haber logrado un efecto más importante”. Ese año editaron un nuevo disco Bonus Tracks.

A pesar de que la grabación se corta, Bianco siguió visitando a su ídolo hasta el día que la enfermedad pudo más. “Día por medio antes de irme lo visitaba para ver si necesitaba o le faltaba algo y charlar de la vida. Sentía que lo tenía que hacer. Soy fanático de Los Shakers desde siempre y vivir esa experiencia fue alucinante. Siempre seguí en contacto con Rosita (N. del E: esposa de “Caio” Vila) hasta que falleció en marzo del siguiente año. Por cierto, fui al velorio”, cuenta.

Varios somos los fanáticos de Los Shakers que de una u otra manera queríamos rendirle homenaje a Caio y reivindicar su legado. Gracias a Federico y Leonardo Bianco por confiarme esta historia y darme la oportunidad de plasmarla en algunas oraciones. Vaya otro agradecimiento extra a Leo por musicalizar esta nota y desempolvar una verdadera joya de su colección que hasta hoy se había escapado de las garras de internet. Goodbye Caio.