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Contenido creado por Sofia Durand
Música
Viaje interior

"Antenas": El ciclo de presentaciones en La Cretina con auriculares y escucha inmersiva

Conversamos con Vera y Cacciatore, invitados de la segunda fecha, sobre el formato innovador de presentaciones en vivo.

22.07.2024 18:50

Lectura: 7'

2024-07-22T18:50:00-03:00
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Por Sofía Durand Fernández
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Las formas de escuchar música han variado con los avances tecnológicos. Desde el vinilo, pasando por el CD y el casete, hasta la actualidad, donde diferentes plataformas permiten no solo escuchar a los géneros, artistas, álbumes y canciones que el consumidor conoce, sino que también descubrir otros.  

La experiencia de compartirlo con otros también se ha visto amplificada. Ahora, se permite compartir en redes sociales lo que uno escucha. La música en vivo parece ser una constante a lo largo de todos estos años, una especie de ritual en el que el espectáculo en sí solo es una parte del todo.  

Estos elementos influyen en gran medida sobre la percepción cultural de la música. Las costumbres generadas sobre los formatos, como coleccionar vinilos, grabar CDs vírgenes —y también comprar pirateados—, así como crear playlists en plataformas que figuran en el perfil del usuario, afectan nuestra experiencia de consumo musical y generan comportamientos compartidos socialmente.  

Las críticas a las formas de escuchar música que mantenemos hoy en día distan de ser escasas. Por un lado, el poco apoyo por parte de las aplicaciones a los artistas emergentes, como también la aparente pérdida de la costumbre de escuchar álbumes enteros, un consumo inmediatista que los puristas suelen asociar a una pérdida de calidad, no solo a la hora de consumir música, sino que también a la hora de producirla. Hay más recursos para que la música nos acompañe en todo momento del día, mientras trabajamos, nos transportamos e incluso cuando hacemos otras cosas y no es tan necesario poner toda nuestra atención.  

El arte se ve afectado por su contexto social. Es, entonces, innegable que la pandemia del COVID 19 y sus consecuentes medidas para apalearla, como el aislamiento y la cuarentena, afectaron de manera negativa en la producción de eventos y a los artistas. Tuvieron que ingeniárselas para encontrar maneras de seguir presentándose en vivo, tomando cuidados extremos de prevención de contagio, con un público distanciado entre sí y usando tapabocas.  

Es probable que la nueva tendencia de escuchas inmersivas sea una conjunción entre estos factores: los vestigios de la pandemia, y una apuesta a estimular la costumbre de tomarse el tiempo y prestar especial atención a lo que ocurre y a lo que suena.  

Un ejemplo de este caso ocurrió a principios de este año, con la exposición “La milonga es hija del candombe, así como el tango es hijo de la milonga”, que contaba con una sala de escucha en la que se realizaron varias escuchas colectivas.  

Ahora, La Cretina presenta la segunda serie de Antenas, una experiencia multisensorial de tres fechas. En cada una, se presentarán dos artistas en vivo, pero la audiencia escuchará a través de auriculares. La primera será el 25 de julio, con Davich y Rasenk como los dos artistas invitados. La segunda será el 27 de julio y contará con Vera y Cacciatore, que conversaron e intercambiaron posturas sobre esta experiencia innovadora.  

“Es una experiencia que es distinta para la gente porque, quieras o no, es un poco más personal, estás con auriculares y no es tanto de hablar con el de al lado, sino de quedarte en tu lugar, escuchando de una manera más cercana”, explica Cacciatore. Agrega, además, que es una virtud que el sonido, al no propagarse en un espacio físico, sea el mismo para todo aquel que escuche a través de auriculares.  

Al igual que su compañero de fecha, Vera define esta experiencia como un “viaje personal”, que cuenta con un carácter más íntimo y no tan social y colectivo. “Voy a llevar más sintetizadores que lo usual para aprovechar que el sentido va a estar puesto en lo auditivo y no en otras cosas, como suele pasar”, agrega la artista.  

Para aquellos que son fundamentalistas de la experiencia compartida que significa asistir a un recital convencional, esta idea puede generar una sensación de escepticismo. “No me imagino que todos los recitales sean así de ahora en más. Me parece que es una propuesta diversa porque tiene lo suyo tener el sonido tan inmersivo. Es como si estuvieras por la calle escuchando tu música con los auriculares, pero en un recital”, afirma Cacciatore.  

No se trata de una sustitución, entonces, sino que habla de una diversificación en los formatos de escuchar música en vivo. Dos formas que pueden coexistir y adaptarse a diferentes situaciones. Una forma que también puede apostar a recuperar ese valor de tomarse el tiempo para escuchar música. El músico está de acuerdo con esta postura: “Ahora escuchamos la música en un rato que tenemos, entre que venimos y vamos. Este ritual del vinilo que te obliga a parar y dar vuelta el disco no se da tanto. Tener un recital de un par de horas en el que vas a estar sentado escuchando la música, tiene un poco más de la concentración en el momento de la escucha de la música”.  

En su caso, es la primera vez que se presenta en vivo con un formato así. “Confío en el formato y que puede estar bueno para la escucha”, dice.  

Vera acostumbra a tocar en otros contextos. La presentación de su último disco fue en el local bailable Chains, por lo que este cambio de escenario también insta a que modifique el setlist y las dinámicas del espectáculo. “Que sea por auriculares hace que el detalle del audio esté más potenciado que con parlantes. Invita a jugar más con el detalle sonoro que en el bloque, que es lo que pensás más cuando tocas en vivo, algo concreto y contundente”, explica. Otro factor que caracteriza sus presentaciones son las visuales, algo que en esta fecha no va a estar presente y estimula aún más la idea de explotar en profundidad el sentido de audición: “Acá, las visuales te las armas vos en tu cabeza, es un viaje interior con la música”. 

Por otra parte, Cacciatore explica que toca con sintetizadores en vivo: “Ese formato lo empecé el año pasado y ahora agregué canciones del disco que acabo de sacar, que es más cancionero, más de banda. No es lo mismo escuchar una canción grabada que escuchar las maquinas, tiene una sonoridad y algo especial a nivel auditivo”.  

La posibilidad de que sean dos artistas por fecha permite una combinación de sonidos particular. Al ser consultados por los estilos del artista con el que les tocó, ambos acuerdan que, si bien existen matices, nacen desde el mismo lugar: la música electrónica.  

“Yo ya he tocado muchas veces con Cacciatore. De hecho, en algún momento toqué con él en su proyecto como tecladista, en mi proyecto compartí fechas con él. Es distinto, pero tiene mucho que ver, dentro de esa diferencia hay un criterio en cómo armaron las duplas”, explica Vera.  

“Varia en la utilización de elementos, tal vez Vera es más austera y yo más cargado”, acota Cacciatore.  

La Cretina buscó convocar artistas de vanguardia, propuestas modernas y la mezcla entre proyectos emergentes y de trayectoria. Lo fundamental era que compartieran el gusto por lo electrónico, más allá de los estilos propios.  

En el género, es bastante común la improvisación. Cacciatore cuenta con una loopera para la voz en la que puede armar capas, algo que invita a variar y que genera que cada presentación sea distinta. “Es la parte que más me gusta de este formato, puedo jugar, alargar las canciones, quedarme más en una parte”, explica el músico.

Por su parte, Vera cuenta con una planificación acorde a la intensidad: “Me gustaría enfocarme bastante en un bloque de temas instrumentales y jugar un poco con eso. Después, utilizar canciones y contrastar el arranque con algo más colgado, instrumental y detallista, para luego llevarlo al bloque contundente de lo más bailable. Hacer un viaje ascendente desde detalle a lo contundente”.

Por Sofía Durand Fernández
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