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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Todavía efervescente

¿Qué fue de la vida de esa banda de rock llamada Orange? (Parte II)

Pasaron 16 años y siguen siendo tan amigos como siempre. Intercambian stickers por WhatsApp y sueñan con editar su disco en vinilo.

27.06.2022 12:16

Lectura: 16'

2022-06-27T12:16:00-03:00
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Por Federico Medina

En la primera parte de esta nota te conté algo, lo poco que sabía, hasta no hace mucho, sobre la banda uruguaya de rock Orange, su disco homónimo de 2006, su gira por China y su fugaz y repentino suceso.

Hablé con la gente de Bizarro Records, que los editó en aquel momento explosivo del rock local, llamé a veteranos periodistas y le seguí escribiendo a Fran, integrante de Vieja Historia, Hermanos Láser, y el primero que reavivió esta historia.

“Creo que Migue (el cantante de Orange) está en Instagram”, me dijo Fran, y descarté cualquier otro camino más difícil. Así fue que encontré al cantante y le escribí. Enseguida pegamos onda y le conté que quería escribir esta nota. Quedamos para juntarnos. Le pregunté si conservaba alguna foto -o recuerdo- de la banda y me contestó que sí. Luego me mandó un enlace para descargar una carpeta con fotos increíbles, como algunas de las que aparecen aquí y en la primera parte.

El grupo eligió el bar Las Flores en el Parque Rodó, por conveniencia de sus trabajos y sus horarios. Supuse que sus vidas, naturalmente, habían cambiado por completo. Los imaginé de trajes y con poco tiempo. Me pregunté: “¿Quizá nunca más se hablaron?” Esa imagen me duró muy poco.

Migue es diseñador gráfico, trabaja desde su casa para un casino on line con base en Inglaterra. Con Pablo Vellozo (el baterista de Orange) y con Guillermo Gross (uno de los sonidistas que tuvieron) armaron Phazes, una banda con la que tocaron un par de veces y grabaron un EP.

Migue también me contó que está casado y que tiene tres perros.

Pablo armó Ninja Racer con su novia y en bandcamp se pueden escuchar sus canciones. Antes también fue parte de Atlas, un proyecto musical que compartió junto a Martín Rivero de Astroboy y con el que fueron teloneros de Gorillaz en su primera llegada a Montevideo.

Diego Alegrese (el guitarrista de Orange) cambió su nombre por el de Surajdev Singh: “Orange fue lo más importante que hice en la música. Después saqué un disco solista y años más tarde conocí un instrumento que me cautivó y me ayudó a transformar mi vida. De la mano de gong y con mi camino espiritual que es el sijismo empecé una nueva vida”, contó días más tarde de nuestro primer encuentro, con mayor confianza.

Guillermo Pouso (el bajista de Orange y primo de Pablo) me mandó un correo: “Actualmente doy clases de música, curso la Licenciatura en Educación, y tengo un proyecto musical junto a mi novia llamado Magic Tundra. Este proyecto nació en 2014 como dúo, al irnos a vivir a Australia durante un año, luego grabamos nuestro primer disco Real Virtual, en Buenos Aires, con Tuco de Astroboy como productor. Actualmente, estamos grabando un segundo disco. Cuando recuerdo a Orange, pienso que esos eran los momentos más lindos para mí, tocando música con esas personas con las que nos salteamos el estado de ser amigos para entrar directo en un vínculo de hermanos, con todo lo que ello conlleva”. 

Montevideo Portal I Javier Noceti

Montevideo Portal I Javier Noceti

Al encuentro en el bar, un viernes al mediodía, llegaron Migue y Pablo, los dos juntos, como -según me contaron- andan seguido para todos lados. Al rato, cayó Surajdev y nos metimos en Las Flores. A Guillermo se le complicó y Mariano Guerra vive en Francia. Si bien estuvo en el grupo de WhatsApp de los Orange, hace tiempo que el resto de la banda no sabe nada de él.

La sala de ensayo del grupo estaba en un sótano en Av. 18 de Julio y Ejido, debajo de una disquería y un kiosco. Solo para ellos, para pasar las horas que quisieran. De su gira por China: “Íbamos por un camino dentro de unas montañas altísimas en una combi, y el chofer iba cabeceando. Se dormía. Y lo que teníamos al otro costado era una barandita. Si se caía esa combi nos hacíamos mierda y no contábamos el cuento”.

¿Cómo empieza Orange?

Surajdev: Empezó como una banda de amigos, todos fuimos conociendo a nuestras familias. Salíamos de noche. Fue paralela nuestra construcción como banda y nuestra amistad. Hacíamos música, pasamos muchas horas juntos ensayando.

El primero que los graba es Max Capote, ¿no?

Pablo: Con Capote grabamos unos demos antes del disco.

Surajdev: Y en el disco figura como arreglador, porque fue con el primero que grabamos algo.

Miguel: Hace poco pensé que me encantaría editarlo en vinilo. A César Lamschtein (productor del disco de Orange) le escribí y me dijo que había posibilidad de hacer una nueva mezcla.

Se conocieron en 2004.

Pablo: Diego con Mariano se conocían de mucho más chicos. Yo con mi primo Guillermo y con Mariano también.

Surajdev: Yo conocí a Miguel cuando se me ocurrió armar una banda.

Miguel: Yo di con Diego a través de una página web que servía para buscar músicos o bandas. Y ahí le escribí. Creo que se llamaba Banda Joven.

¿Iban a ver a otras bandas?

S: Al principio nos vinculó con Fabián (Max Capote). Él nos empezó a meter en un circuito de bandas.

¿De cuáles se acuerdan de esa época?

M: A Boomerang la fuimos a ver bastante, a Los Supersónicos, también estaba Mersey, la banda donde tocaba Gonzalo Denis.

P: Pero no sé si era tanto ir a ver esas bandas o que compartimos cosas y escenarios.

S: Cuando empezamos a ensayar pasó todo muy rápido. En ese circuito de bandas enseguida empezamos a participar. No hubo mucho tiempo previo de ir a ver bandas. Desde antes, a mí me gusta Hereford y aprendí guitarra con el violero. Ustedes eran más punkis.

P: Con mi primo íbamos a las fechas que se hacían en el Club Durazno y ahí tocaban Los Estúpidos, Culpables, Silverados. Estábamos para esa. Nos copaba ir a ver a Motosierra, también.

Portada del primer demo producido por Max Capote

Portada del primer demo producido por Max Capote

¿Cómo sale ese primer demo?

M: Lo hicimos con Fabián (Max Capote) y me acuerdo que íbamos a grabar a su casa en el Cerrito de la Victoria.

S: Eran cuatro temas y lo vendíamos en una disquería que estaba en 18 y Ejido, y en algún show. Y lo llevamos a alguna radio. Gustavo Fernández Insúa nos ayudó mucho (en esa época hacía el programa Sábado Pop en Radio Futura).

P: Insúa nos dio tremenda manija. Después, creo que conseguimos el contacto de Andrés (Sanabria) de Bizarro Records, y el loco enseguida se copó.

S: Fue muy cortito lo que hicimos pero pudimos disfrutar del trabajo que nos tocó. En un momento tuvimos que hacer un montón de notas de radio y TV. Era: “bueno, otra más, dale vamos”.

Y eso se da en un momento en el que el rock uruguayo había explotado. En una de tantas escenas estaban ustedes, y era resistida por algunos.

S: Depende de qué perspectiva lo mires. En la interna, a la gente que escuchaba rock en inglés le gustaba lo que hacíamos. Y no sé si tendrá que ver o no, pero la historia del rock acá nace con Los Shakers y Los Mockers. Y había una movida interesante. Nosotros tocamos en un montón de lugares y fiestas y había un público para bandas como nosotros. Entiendo que no era parte de lo masivo.

¿Cómo encontraron el sonido del disco?

M: Mucho ensayo. Teníamos una sala para nosotros. Y prácticamente éramos jóvenes recién arrancando. No trabajamos, estábamos cien por ciento para la banda. Yo no estudiaba.

P: Pasábamos muchas horas ensayando. Nos juntábamos a arreglar los temas. Después cuando fuimos a grabar en Sondor las bases, estabamos re ensayados. 

S: El disco lo grabamos en el 2005 y ya teníamos como dos años tocando.

¿Había alguna banda en particular que fuera una referencia para lo que buscaban?

S: The Strokes nos rompió la cabeza a todos.

P: Sí, ese era un gusto que compartíamos todos. Además de The Beatles.

Entre las bandas de esa escena, tal vez ustedes era la banda menos melancólica.

S: Es raro, porque la otra vez leía las letras y se notaba que estaba deprimido. Son raras las letras, como de una mente confundida. Bien de una etapa post adolescente.

P: Y musicalmente hay temas que van como para adelante.

S: ¿Vos nos viste en vivo en aquella época?

No.

S: Eran muy divertidos los conciertos. Podía pasar cualquier cosa.

P: Medio que éramos un penal.

M: Yo me acuerdo de un show en El Living que fue muy bueno, y de la pila de gente que sinceramente nos dijo “pah, qué bueno que estuvo”.

P: Tocábamos a cualquier hora. Podíamos arrancar a las cuatro o cinco de la mañana. Nada que ver.

¿Y llegaron a tener su propio público?

S: Sí, te dabas cuenta que había gente que se repetía. Pero era todo tan informal, y tan uruguayo, que después te terminabas haciendo amigo o te tomabas una cerveza con alguien que te iba a ver.

¿Había un líder en la banda?

S: No sé si líder. Yo escribía casi todos los temas. Migue cantaba y tenía una presencia muy importante. Es mi amigo y siempre le reconocí que tiene una personalidad muy fuerte, entonces no daba para que uno sobresaliera sobre el resto.

Pablo, Guille y Mariano trabajaban muy bien las bases, y yo con la guitarra decoraba mucho. Como que cada uno podía liderar desde su lugar y eso creo que influyó para que la banda hiciera buena música.

¿Fue un problema que cantaran en inglés?

S: El primer tema que hice en mi vida fue en inglés: “May be you”. Lo terminé, llamé a mi amigo Juan (el primer bajista de la banda), le conté y le dije “Quiero hacer una banda”. Y fue en la casa de Juan donde nos pusimos a buscar un cantante y al poco tiempo apareció Migue. 

Quedamos de cara cuando cantó. Habíamos probado a otras personas, pero esto era lo real, era lo que estábamos buscando. Ahí llamamos a Mariano, que era amigo del barrio; Pablo nos venía a ver y había tenido una banda con Guille.

M: Al comienzo, Pablo no sabía tocar la batería. Tocaba la guitarra en una banda que se llamaba Durango.

S: Y un día me acuerdo que me llamó por teléfono Guillermo y me dice “Escuchá, este es Pablo, se suma a tocar la batería”. Y sonaba bien. “Ta, sabelo”, le dije.

P: Y Guille nunca había tocado el bajo. Mi primo tocaba la batería pero cuando lo llamamos le preguntamos: “¿te sumás con el bajo?”. Nos contestó: “Dale, yo que sé”. Consiguió un bajo que le prestó un amigo, se apareció en un ensayo y tocaba todos los temas mejor que nosotros. Re enfermo, había sacado todos los temas. Él de chico había estudiado piano.

Montevideo Portal I Javier Noceti

Montevideo Portal I Javier Noceti

Y vos, Migue, ¿ya habías cantado antes de Orange?

M: Nunca había cantado en una banda pero mi viejo me compró una viola a los 12 años. Siempre me gustó la música. Mi primer disco fue el A Hard Day's Night de Los Beatles, me lo compré en el centro. Y siempre fui de cantar arriba de los discos. Con la guitarra me costaba un poco aunque, en algunos temas, llevaba la rítimica.

Así que un día te apareciste en la casa de Juan, el primer bajista, para ver qué onda.

M: Exacto. Y enseguida hubo una conexión fuerte con ellos. A Diego le gustaban mucho The Beatles y Oasis, y a mí también.

S: No sé cómo funcionará ahora, pero en aquel momento te juntabas con la gente a la que le gustaban las mismas bandas que vos. En esa página web (Bandajoven) vos ponías The Beatles y te aparecían otras personas a las que también le gustaban.

¿Cómo definirían las personalidades de cada uno en esa época?

S: Mariano era un tipo muy inquieto, muy creativo y muy extrovertido. En cierta manera, creo que trataba de unir a la banda. Pablo, más introvertido y enfocado en lo que había que hacer, y pendiente de las responsabilidades de la banda para que pudiéramos funcionar. Migue, como te decía, tenía una personalidad fuerte. Nos representaba. Era él que bancaba las piñas y los elogios, también. Si se metían con nosotros, él saltaba. Y, de hecho, hubo unas cuantas piñatas.

¿Se acuerdan de alguna?

P: Tuvimos peleas de todo tipo.

M: Me acuerdo de una noche en el boliche BJ2. Estábamos viendo una banda y, en un momento, Diego y Guille, de tanto alcohol, estaban en cualquiera, y pintó un quilombo con Leroy Machado y el Walo, batero de Motosierra. Se armó una batahola con ellos, volaron algunas patadas y ta, el Walo estaba grande, pero bancamos.

Y peleas, ¿por qué?

M: Por borrachos.

S: Nos peleábamos a las nueve de la mañana y después estaba todo bien. No pasaba nada.

Ustedes tenían 18, 19, 20 años. ¿Cómo vivían sus familias lo que les pasaba con la banda?

M: Por suerte hubo mucho apoyo de todas las familias. De todas formas, por lo menos en mi caso, pienso que la ruptura de la banda se dio también porque llegaba a determinada edad en la que mi padre, ponele, me podía decir: “bueno, sí, la banda, ¿pero qué vas a hacer?” Esa presión estaba. Por lo menos, en mi cabeza, jugó eso de encarar un poco la vida.

Antes de la gira de China, ¿cuándo se dieron cuenta que estaba pasando algo con la banda?

S: En este país, cuando llegás a tocar en el programa de Omar Gutiérrez es porque algo está pasando.

P: O te pasan el tema en La Hora de los Deportes.

M: Lo de Omar está grabado, pero nunca subimos nada. Ese día nos presentó la Tota Santillán. 

¿Hicieron playback?

S: No, tocamos en vivo. Y Omar nos dice: “¿Trajeron el disco?”. No lo habíamos llevado. Preguntábamos a la gente que fue con nosotros. Nadie tenía ni uno. “No sean boludos, la próxima traigan el disco que lo mostramos acá”. Las tenía todas Omar.

¿Cómo sale lo de la gira por China?

P: Teníamos un contacto de alguien que organizaba conciertos de bandas extranjeras. Wayne, se llamaba. Le mandamos el disco. Intercambiamos correos. Pasaron varios meses…

S: Y me acuerdo que un día nos cayó un correo con toda la gira, y todo el mapa con los lugares de estadía.

P: Claro, de repente teníamos un montón de fechas y dijimos, “Vamos para ahí”.

M: Estuvo buenísmo. Incluso, después estuvimos cerca de hacer otra gira por Alemania.

P: Y en el interín de la gira fue que dejamos de tocar.

¿Qué se acuerdan de esa gira?

D: A veces tocábamos dos veces en una noche. Hacíamos el primer show, llegábamos al segundo boliche y había gente que había estado en el primero.

P: O nos veía el dueño de otro boliche y nos quería llevar. El tour manager nos decía “miren que acá hay más plata”. Nos tentaba con eso.

M: Claro, salían nuevas fechas en el momento todo el tiempo.

Lo que les pasó es el sueño de muchas bandas de rock. Eran muy jóvenes. ¿Cómo lo vivieron?

S: Honestamente, no te das cuenta de lo que te está pasando. Crees que nadie te da bola y más acá, que la gente es medio seca y nadie te dice mucha cosa. Yo me acuerdo bastante después de separarnos, de gente que me decía: “bo, me moría con sus canciones” o  “me encantaba el disco”, pero me lo dijeron mucho tiempo después. Creo que con lo años pude dimensionar de otra forma lo que nos pasó y creo que fue muy importante.

M: Yo no me daba cuenta.

P: Éramos muy pendejos, pero te aseguro que le dábamos para adelante, siempre.

¿Cuánto hay de cierto de esa imagen que se les hizo de mucha locura?

S: Si somos honestos, éramos bastante desprolijos.

M: Sí. Muy desprolijos.

S: La gente lo comentaba y nosotros no lo escondíamos. También nos gustaban muchas bandas que vendían eso y nosotros lo compramos. En un país donde la gente se cuida bastante. Había otras bandas que eran tan desprolijas como nosotros, pero eran más reservadas.

Si nos teníamos que mandar una macana delante de la gente, no nos importaba. 

S: Nosotros éramos fanáticos de los Sex Pistols que eran unos dementes y de los Oasis. Todos estaban re locos. Nosotros no reprimimos eso que venía con el paquete.

M: Con Mariano, a veces, nos juntábamos y nos potenciábamos. Era a ver quién era el más loco de todos.

S: Y éramos muy chicos. Estábamos empezando.

M: Esta foto (la de la portada del disco) tiene toda una historia muy loca.

Diego: ¿Vas a contar eso?

Migue: La hicimos a las once de la mañana. Eso es en una  casa que tenían mis padres en Atlántida. No habíamos dormido la noche anterior. Veníamos de un cumpleaños en La Floresta y creo que llegamos tarde a la sesión de fotos. Estábamos con un coloque importante. Nos gustaba divertirnos.

S: Era todo una demencia. Ojo, a la hora de ensayar y de grabar éramos unos señoritos. César (Lambschtein, el productor del disco) era duro.

Y se separa la banda.

Pablo: Volvimos de China y teníamos todo encaminado para tocar en Argentina con una banda que se llamaba Bicicletas. Matías Pizzolanti estaba metido ahí.

M: De vuelta de ese viaje tocamos en Los Premios Graffiti y ese fue nuestro último show.

S: Primero se va Mariano, queremos seguir, después se fue Migue. Quedamos tres, pero se ve que Orange estaba compuesto por esos cinco elementos y si sacabas uno no era lo mismo. Además todos eran fundamentales.

M: Fueron dos años de mucha intensidad y yo creo que eso desgató un poco la relación. Muchas horas de vernos, de ensayo. Por lo menos eso es lo que me pasó a mi.

Después armamos otros proyecto

S: De hecho, hicimos algunos intentos de juntarnos pero nunca logramos coincidir los cinco.

Pero la amistad se mantuvo intacta.

M: Hoy en día tenemos un grupo de WhatsApp. Con Diego vamos al cine. Ahora él dejó la noche y eso ya no lo podemos compartir. Yo me hice muy amigo de todos los amigos de Pablo, y a los dos nos encanta el fútbol y es un motor que nos une bastante.

P: Con Guille, también, hicimos una banda juntos. 

S: Siempre que me encuentro con ellos es como si los hubiera visto ayer en un ensayo de Orange.

Parte III: Migue, Pablo y Surajdev se quedan conversando en el bar. Más tarde, Migue me manda por WhatsApp la captura de pantalla de un comentario en uno de sus videos. Felipe escribe un 4 de agosto: “¿Nadie sabe nada de esta banda? Es una lástima que en este país las bandas zarpadas se desarmen y los únicos son siempre los mismos y aburrennn…”.

Por Federico Medina