Por Valentina Temesio
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Cuando Nicolás Kramer piensa en qué imágenes podrían describir al mundo de la banda El Robot Bajo el Agua recurre, inevitablemente, al agua. Podría ser una foto abstracta vinculada a uno de los enigmas de la tecnología: ¿resiste el paso del tiempo o se oxida?
El Robot Bajo el Agua tocó varias veces en Montevideo, cruzó el río, hizo amigos, conoció música nueva y a su público, abrió conciertos. Kramer (ex Jaime Sin Tierra), cantante y líder de la banda que en 2024 cumple 20 años de existencia y estuvo en pausa nueve años, dice que, “afortunadamente”, perdió la cuenta de las veces que vino al país.
“Cada nueva visita trae sorpresas, inspiraciones y nuevos proyectos”, cuenta el artista. En 2022, la banda fue la encargada de abrir el show de la banda local La Foca, en La Trastienda. Durante esos días en Montevideo, El robot bajo el agua conoció a Excelentes Nadadores y, el próximo viernes 24 de marzo, los dos grupos se presentarán en la Sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional Adela Reta, como si el mundo acuático los hubiese destinado a reunirse sobre el escenario. Según Kramer, también comparten “un lenguaje, una sensibilidad y una búsqueda” musical.
“A los Nadadores los conocimos literalmente en vivo y en directo en un show el año pasado”, dice. Un amigo en común de las dos bandas invitó a los argentinos —Norman Mac Loughlin, Li Francucci, Marcelo Borrello y Alejandro Allal, además de Kramer— para verlos tocar. Quedaron encantados, cuenta.
“Ver-Tiente” está en el puesto 285 en la lista de las mejores canciones argentinas del siglo XXI según Rolling Stone. ¿Qué implica esa canción para el recorrido de la banda? ¿Para ustedes también es una canción de valor? ¿Qué les generó pertenecer a esta lista?
Fue una sorpresa muy agradable enterarme que “Ver-Tiente” había sido incluida en esa lista. ¿Cuántas canciones se editan por año? No me puedo imaginar, en lo que va del siglo la cantidad es incontable. No tengo idea cómo llegó una canción del Robot a formar parte de esa selección, pero me da mucha alegría. Es inesperado que haya sido justo esa canción, una de mis favoritas. Tenemos algunas más populares en nuestro repertorio. “Ver-Tiente” es algo así como una rareza, con una letra introspectiva que incluye una cita de un poeta y filosofo de la India llamado Aurobindo. Siento una admiración muy especial por sus libros. Pertenecer a esta lista llena de artistas muy talentosos y populares siendo una banda relativamente pequeña, como es el Robot, vuelvo a decirlo, fue una sorpresa y una alegría.
La banda tuvo diez años de suspensión entre 2010 y 2019. ¿Qué sucedió en ese tiempo?
Evidentemente llama la atención esa pausa. No es la primera vez que me la mencionan. Para mí es lo más normal del mundo asumir que, durante una indefinida cantidad de tiempo, o bien no tengo nada para decir o tengo la energía enfocada en otras búsquedas o intereses. Nueve años es mucho tiempo: sucedió de todo. Algo de eso le dio forma al disco con el que salimos de esa suspensión.
Hace cuatro años, desde El lado velado, que no publican nuevo material discográfico de estudio. ¿Están trabajando en algo nuevo?
Desde que salió El lado velado editamos varios singles y colaboraciones con otras bandas (David Nahón, Marcelo Ezquiaga, Ce Pequeño…), también el año pasado editamos un primer material en vivo, que es una forma de dejar registro y mostrar el sonido actual de la banda. Actualmente, estamos mezclando otro material en vivo que grabamos el año pasado y va a estar saliendo en las próximas semanas. Mientras tanto, estamos trabajando en canciones nuevas, sin apuro.
En julio de 2022 fueron parte del ciclo Vino Vinilo en el Cine York. ¿Cómo le explicarían a una persona uruguaya la importancia de esa sala? ¿Les interpela el cine?
En Uruguay también tienen salas muy hermosas. En el caso del Cine York, recibimos una invitación de la Secretaría de Cultura de Vicente López para participar del ciclo. Fue una experiencia muy hermosa, toda una jornada de grabación con un equipo increíble. La sala tiene una belleza y una energía que hizo todo aún más inspirador. El cine me interpela profundamente desde que tengo memoria.
Tienen su propia versión de “Partir y renunciar”, una canción de Rosario Bléfari. ¿Qué incidencia tuvo su trabajo en El Robot Bajo el Agua?
En los 90, cuando yo cantaba en Jaime Sin Tierra, tuvimos la oportunidad de compartir algunos shows con la banda que tenía Rosario en ese momento, de quien yo siempre fui muy fan. Siempre sentí mucha admiración y respeto por ella. La idea de grabar “Partir y renunciar” surgió como homenaje y reconocimiento por su trabajo y sus canciones. A su vez, fue una forma muy personal de despedirla y agradecerle.
¿Qué música hay que escuchar para entender de dónde viene el sonido de El Robot Bajo el Agua?
No tengo idea. Cada uno llega al Robot a su manera; es innegable que, a esta altura, la selección la hacen los algoritmos. De todas maneras, pienso que hay algo parecido a un hilo conductor que viene trayendo música de los 90, con inspiración en décadas anteriores y posteriores y mucha influencia de música instrumental de oriente, principalmente de la India, donde lo cíclico, lo repetitivo y lo tántrico genera climas y texturas que para mí siempre fueron muy estimulantes.
En un mundo donde todo cambia y se mueve de forma veloz, ¿qué significa para ustedes ser parte de un proyecto que permanece en el tiempo? ¿Se dejan llevar por la vorágine de la era digital o siguen su propio camino?
Formar parte de una banda es muchas cosas al mismo tiempo. A veces es agotador, otras, inspirador, rutinario o fascinante. Rescato lo que mencionás de la permanencia en el tiempo. El Robot en particular sigue siendo un espacio de disfrute y pertenencia, un lugar donde me siento seguro (para sentirme inseguro) y donde puedo compartir inquietudes y exploraciones con personas que quiero y admiro. La vorágine nos atraviesa a todos: está en el aire. De todas maneras, no corremos detrás de ella, aunque muchas veces nos lleve puestos. Está claro que las plataformas y redes tienen sus ritmos, pero también nosotros (que venimos andando desde tiempos previos a esta era digital) tenemos hecho algo así como un surco desde el que nos movemos y al que podemos regresar cuando nos perdemos.
En 2024, El Robot Bajo el Agua cumplirá 20 años de existencia. ¿Qué cosas quedan del inicio? ¿Qué cosas cambiaron?
Sí, 20 años ya, increíble. Cambió todo y no cambió nada, hacia afuera es otro mundo, hacia adentro también hubo muchas transformaciones (que se reflejan en las canciones). Aunque, el lugar desde el que surgen las ganas de seguir haciendo música es un poco siempre el mismo. No tanto por la necesidad de expresarse, sino más bien por el proceso de autoindagación que habilitan los proyectos creativos. Hay una letra de El lado velado, “Chispa”, que habla de “mantener el fuego encendido en medio del viento…”. Para mí, hacer música se trata de eso.
Por Valentina Temesio
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