Baterista de bandas como Hermanos Láser o Latejapride, y ahora encargado de la agenda de La Cretina, prefiere lo humano a lo musical..

Baterista de bandas como Hermanos Láser o Latejapride, y ahora encargado de la agenda de La Cretina, prefiere lo humano a lo musical.

Durante tres noches de 1973, en el Madison Square Garden en Nueva York, Led Zeppelin dio un concierto histórico que confirmó su época de apogeo y gloria en el rock. Tocaron, obviamente, hits como "Dazed and Confused", "Whole Lotta Love" y "Stairway to Heaven".

Todo aquello, junto con el resto de la gira y lo que pasaba detrás del escenario, fue filmado por los directores Peter Clifton y Joe Massot, permitiendo estrenar una película bajo el nombre de The Song Remains de Same el 29 de setiembre de 1976 en Reino Unido. 

Por ese entonces, Flavio Galmarini (Montevideo, 1985) ni si quiera existía. Nació nueve años más tarde, pero su padre tenía guardado un VHS pirateado del concierto al que él accedió de chico. Y, desde entonces, un recuerdo imborrable: John Bonham tocando una batería de acrílico, de color naranja traslúcido, acompañado de la máquina de humo y las luces psicodélicas de la época. 

Quizá, gracias a eso, Galmarini haya decidido ser baterista. Quizá, no, pero lo cierto es que hoy es el baterista de proyectos como Latejapride, Eli Almic, en su momento los Buenos Modales, Los Hermanos Láser desde su comienzo o Gonza Zipitría, ex Boomerang, aunque también pasó por bandas como Vieja Historia y Closet. Y, recientemente, se ocupa de la agenda cultural del bar La Cretina. 

Y, para eso, obviamente, aprendió de los grandes. Formado en la Escuela de Música de Yamaha, también tomó clases con bateristas locales de la talla de Osvaldo Fattoruso, Martín Ibarburu, Miguel Romano. "Soy un tipo muy cancionero, con mucha influencia de Ringo. Me gusta más ese tipo de baterista que el baterista que está todo el tiempo explotando y luciéndose de manera individual. Me parece que tiene que ser todo en equipo, la cosa, que las bandas patean más para adelante cuando van en equipo", dice Galmarini en entrevista con LatidoBEAT

Foto: cedida por Flavio Galmarini

Foto: cedida por Flavio Galmarini

Tocás en bandas bastante diversas, desde LaTejaPride hasta el proyecto de Gonza Zipitría y Hermanos Láser, ¿qué es lo que traés tú como baterista a sonidos tan diversos?

Creo que mi aporte, de alguna manera, es ser medio camaleónico. Trato de adaptarme en los distintos estilos en los que me muevo que tampoco son muy variados, dentro del rock, del funk y el hip hop en la última era. Creo que el factor en común que hay ahí, para mí, es la esencia del beat, el rol del beat. Nunca me destaqué en la escena por ser un baterista virtuoso ni extremadamente técnico, pero según me han dicho mis compañeros y la gente que me llama a tocar, entiendo que hay 10 mil bateristas mejores en la vuelta, pero generalmente uno no se queda con lo que toca, sino con la experiencia del trato humano. Creo que siempre trato de hacer que la gente que está alrededor mío pase bien, se divierta y que se quede con eso, que pasó bien en el toque o en la grabación. Al factor humano lo priorizo mucho más que a lo musical. Tampoco estoy en proyectos solamente por estar con fulano o con mengano por el proyecto, sino que trato que todos los lugares donde yo me involucro haya una conexión un poquito más allá de lo musical. 

Hablando de la variedad de sonidos de los proyectos en los que estás, ¿ese Flavio va cambiando por batería? Hay cosas tan características de cada género... 

Creo que una de las búsquedas más interesantes y más largas es el reto de encontrar tu propio sonido. Cuando uno arranca, o por lo menos yo cuando arranqué a estudiar un instrumento, obviamente tenés tus ídolos, tenés tus referentes, sabés que querés sonar como fulano, que querés tocar tal estilo. De a poco, y sobre todo en los últimos cinco años, estoy más cómodo en mi área y tratando de aportar desde las cosas que me gustan a mí. Quiero creer que he contribuido de alguna manera a que también el sonido de aquellos proyectos varíen. Si vos escuchás las grabaciones de Latejapride de hace quince años, no suenan de la misma manera que los últimos discos que grabaron conmigo. Por ahí ese es mi pequeño granito de arena, pequeño aporte ahí a la escena. Ya con Hermanos Láser no te sabría decir porque estoy desde el principio, no han tocado con otros bateristas. Ahí soy un poco el culpable de que las baterías suenen así. Gusten o no gusten, es todo culpa mía. Con Gonza Zipitría, o con otros proyectos con los que he trabajado con solistas, he tocado con Eli Almic los últimos siete años, el rol es distinto porque ya ahí la canción viene cocinada y uno trata de sumarse desde lo que ya está construido. Hay un sonido ya trabajado desde antes. Pero en los otros proyectos como en Lateja o en los Láser, que es donde yo tengo una participación más activa, trato de sumar desde ahí. 

Foto: cedida por Flavio Galmarini

Foto: cedida por Flavio Galmarini

¿Cómo se aprende a tocar cada uno de esos sonidos? ¿A tocar lo que ese proyecto necesita?

Creo que se aprende tocando. Y escuchando mucho. Me pasó, por ejemplo, cuando tuve que entrar en Latejapride, que era una banda que ya estaba consolidada, que ya tenía cinco discos grabados, que ya tenía una estética sonora súper marcada. Ahí tenés que hacer un research tuyo, tenés que empezar a escuchar, tenés que empaparte también de ese género. En una época se me relacionaba mucho con ser el baterista del hip hop. Estaba con Eli Almic, con Lateja, con Buenos Modales, en varios proyectos del género. y yo en realidad vengo de una escuela del rock. Entonces, también hacer ese híbrido de lo que es la esencia rockera, de lo que a mí me gusta del show en vivo, capaz que se traduce más en eso, en una puesta en escena, en un formato de banda. Capaz que el hip hop, desde sus orígenes, tiene más presente el rol del DJ, capaz que en la construcción de los beats. Creo que a mí lo que me interesó mucho de eso fue llevarlo más a algo, sacarle lo maquinoso de la cosa, los procesos de los aparatitos y darle algo como más humano. Eso fue algo que me llamó la atención desde el principio. 

Hablando de beats, tú has pasado música, en alguna ocasión. ¿Cómo te aportó ser baterista a la música que pasás, por ejemplo, en La Cretina?

Quiero aclarar que el rótulo DJ me queda enorme. Tengo amigos que son DJ, familiares casi, a los cuales admiro mucho y yo ponerme en ese rol de DJ no es algo que fue pensado, ni creo que es algo que voy a explorar mucho más de lo que ya hago. Cuando me ha tocado pasar música en algún evento, o en lugares de amigos, también, son espacios donde yo creo que me llaman porque capaz que entienden, o les gusta, la selección musical que hago, más que lo técnico de que si mezclo bien la música. Va más que nada por la identidad, quiero creer que tengo buen gusto musical y que la gente lo comparte y por eso me llama. Pero decirme DJ es una falta de respeto a todos mis colegas DJ. Lo de la batería, creo que claramente lo que te marca es una noción de ritmo, de entender el pulso de la música y usarlo a favor. Eso sí, es algo con lo que ser baterista te ayuda. Conozco grandes DJs que son bateristas y seguramente tenga algo que ver con eso.

Foto: cedida por Flavio Galmarini

Foto: cedida por Flavio Galmarini

¿Quiénes han sido los bateristas que te cambiaron la vida?

Era muy chico y decidí que quería ser baterista cuando vi un VHS que tenía mi viejo, pirateado, de The Song Remains the Same, que era un concierto de Led Zeppelin en los 70. Me acuerdo de haber visto a John Bonham en ese momento, que tenía una batería de acrílico transparente naranja, la máquina de humo, las luces todas psicodélicas de la época, y dije "chau, esto es increíble, lo quiero hacer". Así que John Bonham está en el podio seguro, es el campeón indiscutible. Después, gente como Phil Collins de Genesis, y luego cuando fue solista. Stewart Copeland de The Police, Kid Moon de The Who. Muchos grandes de afuera y también los grandes referentes de acá como fueron Gonzalo Farrugia, gigantes como Martin Ibarburu que me parece que es el dios absoluto de acá de la batería, Fattoruso. Hay excelentes referentes históricos y también tengo mis referentes modernos contemporáneos. Por suerte hay mucho talento ahora en la escena y te puedo nombrar gente como Gastón Vivas, Esteban López. Soy fanático de muchos bateristas de acá de la vuelta. Me encanta juntarme y compartir.

¿Qué tiene que tener un baterista para que te vuele la cabeza?

Tiene que tener oído musical, tiene que funcionar para la canción, tiene que hacer que la canción crezca. Hay un dichos que dice que una banda mala, con un baterista bueno, zafa, pero que una banda buena con un baterista malo, es mala. Y quiero creer eso. Entonces, más allá de lo que esté tocando esa persona, para que a mí me atrape tiene que estar funcionando. Soy un tipo muy cancionero, con mucha influencia de Ringo, también, que no lo nombré, pero obviamente me gusta más ese tipo de baterista que el baterista que está todo el tiempo explotando y luciéndose de manera individual. Me parece que tiene que ser todo en equipo, la cosa, que las bandas patean más para adelante cuando van en equipo. 

Foto: cedida por Flavio Galmarini

Foto: cedida por Flavio Galmarini

Está lleno de bateristas que hacen solos de batería que duran veinte minutos, que no tienen nada que ver con una canción, ¿cómo te parece a ti que un baterista tiene que acompañar una banda?

El tema del solo de batería en los shows me parece alucinante. No necesariamente me parece que tiene que ser una cláusula obligatoria para definir si "fulano" o "mengano" es buen baterista. También entiendo que son cosas que se daban en ciertas épocas. En los 70 y los 80 ibas a cualquier show y, en la mitad del show, tenías un interludio que era un solo de batería. Capaz que hoy en día no se utiliza tanto eso porque la dinámica del show en vivo ha cambiado. Tiene como otras cosas que atrapen como pantallas led, lanzallamas, drones. Ha cambiado la propuesta en vivo. Muchísimos artistas ahora están optando por no usar bateristas en vivo, un palo para ellxs. Si sos muy bueno y tenés un solo de batería que le parte la cabeza a la gente, hacelo, obvio. No me parece malo para nada, al revés. Yo no lo hago porque no considero que sea tan interesante lo que tenga para hacer en un show como para meter un solo en el medio de un show. Me gusta más ese lado Ringo de la vida, aportar más para la canción.

Pasando a La Cretina, has estado trayendo, o poniendo en el panorama, bandas que antes no aparecían. El caso más claro puede ser Virgen Negra, una banda de cumbia colombiana oriunda de Chile. ¿Qué es lo que te interesa de las bandas?

Primero que nada, con esto de arrancar en La Cretina se me planteaba un desafío que es hermoso, que es la posibilidad de organizar en un espacio como es este lugar, y tratar con la característica que tiene La Cretina, que es como un lugar súper ecléctico. El reto es armar la agenda y hacer que todas esas tribus convivan. No es un reto a nivel "qué difícil", sino súper interesante. Lo tomo como un desafío lindo y lindo de tomar. Por ahora no estoy yendo a buscar artistas por el nombre, porque le sirva al lugar, sino tratando de armar movidas con gente que me interesa, gente allegada, gente que quiero mucho y que admiro como artistas. El caso de Virgen Negra es muy loco porque yo los conocí cuando estuve girando en Chile, tocando con una banda chilena que se llama Malicia, una banda de electro pop de Valdivia, también. Entonces, ahí pegué como buenas migas y conocí a Claudio, que era sonidista de Malicia, y ahora es sonidista de Virgen Negra. Un día me escribieron que estaban organizando una gira y les dije que vinieran a Montevideo, también. 

Si tuvieras que copiar a un baterista el resto de tu vida, ¿quién sería?

Probablemente apuntaría alto. Apuntaría a ser recordado como John Bonham, un baterista que marcó un sonido de una época. Pero, a su vez, me gustaría ser el Ringo, que pasó desapercibido porque se pasó tocando con los más grandes. Me gusta eso de, cuando me muera, poder decir que me saqué las ganas de tocar con todos los músicos con los que podía tocar. 

Más de Música
Deskarados

Deskarados

Cultura casete

Cultura casete

En sintonía

En sintonía

Pasajeros en trance

Pasajeros en trance