Escribe Martín Inca | @inca_martin

Un viaje relámpago a Montevideo, la magia sonora de un show de Pulp y la atmósfera impredecible de una noche de bar. María Road, periodista y productora argentina, hoy corresponsal de LatidoBEAT desde Buenos Aires, se ha erigido en el último tiempo como una fuerte presencia en la difusión y curaduría musical porteña, especialmente en el universo del post punk y el underground. Con un enérgico involucramiento por la nueva ola de bandas emergentes en su país, María fue llamada en algún momento como una de las "caras visibles del movimiento".

Como los imanes se atraen, los vericuetos nocturnos la depositaron en uno de los establecimientos nocturnos montevideanos que, quizá, más tenga que ver con su cosmovisión musical y filosófica. Fue en el cautivante espacio de La Cretina, donde ella accedió a sumergirse en una charla íntima en el baño del bar.  Por supuesto, no es un lugar pensado para conversar, como venimos diciendo tiempo. Por lo que, sea lo que sea que se hable allí, va a tender a ser más genuino y urgente que lo que se conversaría en cualquier otro lado. Eso ya lo tenemos claro. ¿O no?

Por eso, nos sumergimos –y no en el váter, por las dudas– en una serie de temas que solamente ella nos podía responder, o que, al menos, nos iba a poder acercar más a una respuesta. Qué sucede en Argentina, las diferencias con Uruguay, los baños porteños, o, asuntos más generales, como la vulnerabilidad o el hecho deser cretino, fueron algunos de las olas en las que surfeamos.

¿Considerás que el baño es un lugar que nos muestra a todos más vulnerables?

Así es. Al baño vamos por necesidad fisiológica, porque nos sentimos mal, porque necesitamos arreglar nuestro aspecto, etc. Es ese lugar de fragilidad en el que te mirás en el espejo y te das cuenta con el delineador todo corrido y los pelos alborotados que no estabas tan atractivo/a como creías. Allí también te das cuenta que no debiste tomar tanto. Es el lugar del golpazo de realidad de cada noche.

Como actor de la cultura, ¿es factible producir algo –un show, una colaboración, un disco– en un baño?

No es lo más redituable y sensato que se me pueda ocurrir, pero si la idea es original, ¿por qué no hacerlo? Hay tomas de discos que se han hecho en baños para producir un efecto de crudeza integrable de otra forma. Un show en un baño sería un manifiesto punk por demás intrigante. Una entrevista en un baño puede tornarse muchísimo más íntima. Sólo habrá que intentarlo.

Venís de Buenos Aires, ¿notás diferencias entre los bares porteños y los montevideanos?

Realmente no contemplé grandes diferencias, en especial porque en los bares montevideanos escuché varias bandas argentinas emergentes como Winona Riders, Las Tussi o Buenos Vampiros (risas). La música y la estética ligada al género del rock es un lenguaje casi universal y, más allá de las variantes y costumbres de cada país, un antro es un antro y se siente similar en cualquier lugar del planeta.

¿Y en los baños?

¡Muchísimas menos diferencias incluso! Los stickers de bandas por doquier. Lo “trash” en cada rincón. Me sentí como en casa aún más en los baños de los bares.

¿Y en el sonido que tienen los boliches (desde la música de fondo, las charlas, las formas de relacionarse, el runrún auditivo)?

En cuanto a las conversaciones sí hay diferencias en ciertas expresiones muy uruguayas como el famoso “¡Bo!”. Después puede ser que la gente en Uruguay sea un poco menos ruidosa que en Argentina, pero, la verdad, nosotros somos exageradamente ruidosos así que no es parámetro. El ambiente sonoro que se genera con la música de fondo es similar al que se puede producir en Buenos Aires con normalidad.

¿Ves más similitudes o más diferencias entre la escena musical argentina y la uruguaya?

Las similitudes están siempre y son mayores que las diferencias. Cualquier escena musical emergente sigue inevitablemente una serie de parámetros y puntos en común, se podría comparar hasta con la escena windmill británica de bandas como black midi, Shame, Squid, Black Country New Road, y demás. En cierto punto dentro de sus ciudades y su comunidad y con agentes similares construyeron su reputación y su público, así como hoy en día lo hacen acá bandas argentinas y uruguayas. La historia se repite constantemente y porque así debe suceder.

 Volviendo al baño, ¿qué tirarías por la cadena para que desaparezca?

Mi inseguridad, sin dudas.

Por otro lado, ¿qué irías a buscar al fondo del váter?

Cualquier cosa relacionada a la música. ¿Te imaginás si se me caen los auriculares? ¡Me muero!

Aprovechando que estamos en La Cretina, ¿qué considerás que es ser una cretina?

Alguien necio supongo. Recuerdo que a mí se me PROHIBÍA afirmar que yo era una cretina porque el trasfondo de la palabra, según me explicaron, es en referencia a los habitantes de la isla de Creta que eran personas muy negligentes. Y si yo de mí misma afirmara eso me estaría haciendo daño.

¿Vos, por tu parte, te considerás una? ¿Por qué sí? ¿O por qué no?

Siento que a veces puedo actuar como una cretina, pero trato de no hacerlo ya que la negligencia se paga caro. Si uno puede hacer las cosas bien no tiene que dudarlo, simplemente hacerlas bien.

Por última, ¿creés en ser y parecer?

Creo en ambas juntas y también como concepto separado. A veces para sobrevivir en este mundo debemos crear algo que tal vez dista de lo que somos para parecer alguien preparado para la vida. Puede ser un gran escudo. Pero la gente que es totalmente genuina y fiel a sí misma y por ende es lo que parece… ¡Esa gente lo tiene todo en esta vida!

Te invitamos a dejar una frase en las paredes de este baño, y que la gente del bar te lea.