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Contenido creado por Manuel Serra
Música
Surfin’ Uruguay #2

No se bajen de la ola: la evolución del sonido surf uruguayo de los ochenta hasta hoy

La música de las olas pasó de ser un mero ingrediente a convertirse en plato principal tras los setenta, consolidándose en el nuevo milenio.

24.02.2023 14:34

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2023-02-24T14:34:00-03:00
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Escriben Lalo Montes (@lalo_montes86)Tito Sónico (@thesupersonicos)  

En la primera parte hicimos un recorrido por las bandas y músicos nacionales que se animaron a incursionar en la música surf. A pesar de contar con varias grabaciones, tanto de composiciones propias como de versiones, son pocas las bandas que logran emular el estilo de manera fidedigna, ya sea por desconocimiento, falta de técnica o por la precariedad del equipamiento empleado. Hoy seguimos con los ochenta y terminamos con los nuevos valores de la música surf criolla.

Los ochenta, la ola que trajo esperanza

A pesar de que los primeros años de los ochenta encuentra el rock sumergido en un profundo letargo, en Uruguay había un puñado de grupos, programas radiales y publicaciones que se las ingeniaban para mantener la música en su meridiano. A espaldas de todo esto, Jorge el Buseca Boussac, un surfista de la segunda generación, retoma la posta de la música surf y la lleva a un plano más folk.

Jorge se encierra en su garage con un multipistas de cuatro canales para grabar su primer disco: Cascada. Un experimento musical donde, entre temas desafinados y precariedades varias, logra plasmar su amor por la playa, el mar y las olas. Posiblemente pueda tratarse del primer disco íntegramente surf de la historia de la música uruguaya. Luego grabaría un casette, también de forma “casera”, titulado Gaviotas. Al tratarse de trabajos independientes, ambos pasaron desapercibidos.

Boussac, de alguna forma, continua con la tradición folk surf, instaurada en 1968 por Carlos Pardeiro y Ariel González Testen —pertenecientes a la primera generación de surfistas nacionales— con “Mi tabla, el mar y yo”. Para conocer la historia detrás de esta composición recomendamos leer la primera parte de esta investigación. Si venimos más para acá en esta historia, otra manifestación de este posible subgénero es el disco póstumo de Sebastian González, hijo de Ariel.

Volvemos a los ochenta. Para mediados de la década, el retorno a la democracia es una realidad y el canto popular y el folclore comienzan a divisar en el horizonte a jóvenes embanderados con nuevos sonidos y peinados raros. Entre todos los grupos punks y combativos de la nueva camada rockera, a fines de 1984 surgen Los Rockas Surf, una banda de veinteañeros inspirada en los Beach Boys, con canciones que hablan del surfing, la playa y las chicas.

Aquellos que escucharon sus temas destacan un “Un rock de las rocas”, “Solo surf” o “Mi chica surfista” y lamentan que su disco debut Marejada sónica no haya visto la luz. Los Rockas Surf fueron invitados por Orfeo a integrar el compilado Rock 4 en 1988, pero antes de su edición pasaron en la radio los temas seleccionados sin autorización del sello y quedaron fuera del proyecto, dejando en punto muerto los planes de la banda y llevándolos a su disolución en 1991.

Por suerte no todas son malas noticias. A más de treinta años de su separación, Los Rockas Surf están preparando su vuelta con casi su formación original, integrada por Claudio Moreno, Sergio Claro y Marcelo Senna. La banda se encuentra recordando, puliendo, ensayando y grabando viejos y nuevos temas. Parte de su simple de “presentación”, incluirá los temas “Lo siento” y “Monterrey”. Así que habrá que esperar para que los pioneros vuelvan a sonar.

Todavía en los ochenta quedan agrupaciones sesenteras sacando discos, como Los Príncipes, que, con más de una década de historia, en 1981 editan Una pena por ti que incluye “Lamento borincano”, y en 1984 Los Tábanos graban Un canto de esperanza, donde encontramos “Drifting”. Ambos instrumentales mantienen una mínima influencia de la música surf, pero dado el recambio generacional que estaba viviendo la música uruguaya están condenados al olvido.

La escena y el público del rock postdictadura se dividía entre punks y metaleros. El surf es apenas mencionado tangencialmente o como burla, basta escuchar “El himno del surf” de Los Invasores o “Temporada estivalde La Tabaré Riverock Banda, o “Solo”, de Los Estómagos. Este último es el más “surfer”, con coros muy a lo Beach Boys en medio de una avalancha de guitarras. Incluso por aquella época tocaban “Batman Theme”, instrumental, mezclada con su clásico “Torturador”.

Una mención especial está reservada para la grabación que llevan a cabo Los Inadaptados de Siempre, un trío integrado por Andy Adler, Orlando Fernández y Rafa del Campo, quienes se encargaron de grabar la banda de sonido del documental Mamá era punk, de 1988, dirigido por Guillermo Casanova. Allí hay una sucesión de temas instrumentales que coquetean con el más profundo espíritu surfero en clave de garaje.

Los ochenta traen consigo una “democracia” que alimenta las ansias culturales de los uruguayos. Los jóvenes comienzan a consumir otros estilos musicales, como el punk rock, el new wave o el heavy metal. El surf, como es costumbre hasta ahora, queda relegado en los escenarios y salas de ensayo. A pesar de todo, el género comienza a ganar adeptos, pero estamos lejos de que se consolide como tal en nuestro país.

Los noventa y el resurgir de la música surf en los 2000

Para 1994, The Supersónicos ya había debutado y ese mismo año lanzan su primer disco Mundo pistola, con una clara influencia ramonera. Fue recién en 1996 que transitan un cambio musical que los llevó del punk hacia a una etapa instrumental, y en 1998 editan de manera independiente Irrupción en el cosmos, con temas propiamente surferos acompañados de toda la parafernalia que dicta el estilo: reverb, palancas, Fenders y camisas iguales como uniformes.

Los Reverberockets de La Paloma también rompen con el punk y optan por incursionar en sonidos más playeros y, a finales de los noventa, graban un demo titulado Hágalo usted mismo, con seis temas instrumentales surfers, destacándose “Surfeando con Bella Lugosi”. Incluso también lograron romper fronteras cuando fueron destacados en la página Reverb Central de Phil Dirt, el rey de la radio surf. Lamentablemente, no logran mantenerse en la ola por mucho tiempo.

En 1999 nacen, en la ciudad de Sauce, Los Dinámicos, una banda que se autoproclama como la inventora del “surf de arroyo” y, para comprobarlo, cuentan con varios discos en su haber. Si no los conocen, recomendamos escuchar “Amoladora killer” o “Esto huele a brisa de verano”, excelentes muestras del talento de esta emblemática banda de Canelones, influenciada por lo más under del cine y la ciencia ficción del más bajo presupuesto.

Ya entrados los 2000, Marcelo Cross graba su disco solista Agujas en el cielo, que es reeditado en el 2019 con dos bonus track de aquella época que Marcelo no integró a su trabajo pero sí tocaba en vivo. Uno es “Juega el verano”, un colchón de coros sobre una sucesión de notas típicas de baladas surf y, el otro, “Black ocean”. Son dos composiciones que dejan de manifiesto su devoción por el surfing, el skate y otros sonidos.

En 2002, Don Walter graba “Surfin’ Uruguay”, una versión de “Surfin’ USA” de los Beach Boys adaptado a nuestras costas. Dos años después, sacan Telescópica, un disco cargado de arreglos vocales. Su líder, Paul Guisande, es coleccionista e investigador del rock y surf uruguayo vernáculo y fundador de Surf Up: The Beach Boys Club Uruguay desde 1991. Ya había incursionado en la música surf a fines de los ochentas con The Surfer Boys, Alcalinos, Golden Note, Bamboo y Woody Summer Band.

Un presente para festejar

Durante los últimos diez años se ha consolidado el género de música surf. La posibilidad de acceder a formas de grabación más accesibles, la aparición de plataformas de difusión, la disponibilidad de información y la abundancia de equipos y pedales dieron paso a toda una nueva generación de bandas embanderadas con el estilo y muchas de ellas han sido las responsables de los primeros festivales del género.

Desde Maldonado podemos destacar a los Sonny Chiba, que vienen tocando desde el 2004 y cuentan con un disco editado en el 2013, Surf Rock. Por otro lado, tenemos a Los Reverb, quienes, a pesar de contar con un solo trabajo discográfico, graban con asiduidad hasta el día de hoy, siendo de las bandas más prolíficas del género. Otro punto destacable es que dentro de su formación cuentan con la presencia de un saxofonista, lo que la distingue de otras bandas de la escena actual.

En el 2009 aparecen Los Maniquíes, quienes mezclan influencias del new wave con la música surf. Dividen su repertorio entre temas instrumentales y cantados y cuentan con dos discos editados: Hula hula, de 2013, y Hola de nuevo, de 2016. Temas como “Trámite”, “Panc” y/o “Tengo algo que decirte” son una muestra de la cabeza delirante de este grupo. Desafortunadamente, la banda se encuentra fuera de servicio hasta nuevo aviso.

Con miembros de Canelones y Montevideo están Los Ultraman, fundados en 2011. Desde su disco debut Saicoreverberante se destacan por incursionar en varios ritmos como el reggae, el dub o la chicha. En 2017 se despacharon con Paradigma Jurásico, un trabajo muy cuidado y pulido donde se destaca la velocidad de su guitarrista Alejandro Ferreira. Hoy día, el proyecto Ultraman está en el congelador y de sus cenizas han nacido Les Missiles, que debutarán en el FestiSurf 2023.

El 2015 trae el disco debut de Tony y los Montana. Dos años después también sale a la luz “Playa”, el primer simple de Lynces, una de las bandas más experimentales del género. Si bien en sus inicios se inclinaron por los sonidos más indies, luego viraron hacia el surf instrumental. Su último trabajo data del 2022 y se titula Arenal y combina una estupenda instrumentación surfera con voces que oscilan entre el indie y el grunge.

Si bien el proyecto solista del tacuaremboense Federico Cáceres, Incluso si es un Susurro Soviético, tiene orígenes indies/new wave, en 2018 saca a luz el EP Uruguayan post surf depression, con tres temas del nuevo post surf. Con El Club, su último disco del 2023, continúa una línea bien marcada y personal como podemos escuchar en “Neo Tropical” o “Triste Verano”, capaces de llevarnos a una tarde veraniega, viendo como el sol toca el mar mientras esperamos la ola sobre nuestra tabla.

En 2020 sale Rock n’ roll Premium de Nico Barcia y Tito Sonico con varios instrumentales y temas como “Pan de Azúcar” o “Senegal”, plagados de guiños surferos. Tito, junto con The Supersónicos, sigue editando. Destacamos Telekinesis, del 2003, la serie homenaje en tono surf a la música uruguaya en diez volúmenes del 2016 y su último trabajo: Braian “Wilson” Ferreira: White Sounds, que rescata al “inventor” de la música surf nacional. Surf, cumbias y canto de protesta.

Con el tiempo, la música surf pasó de ser un mero ingrediente en los discos y composiciones de los sesenta y setentas para convertirse en el plato principal a partir de los ochenta y llegando a consolidarse ya entrado el nuevo milenio. Tanta historia merecía una fiesta, y es por eso que, en el 2015, los hermanos Sebastián y Santiago Irazábal deciden organizar el primer FestiSurf uruguayo, un espacio pensado para celebrar y congregar lo mejor de la música surf nacional.

Este año 2023, el FestiSurf va por su octava edición y cuenta con un line up de lujo. Los argentinos The Tormentos nos deleitarán con sus armonías surferas a la porteña y los daneses de The Tremolo Beer Gut que vendrán a hacer lo que mejor saben hacer desde 1997: música surf. La representación del paisito estará a cargo de The Supersónicos, Los Reverbs y Les Missiles. La cita será este sábado 25 de febrero en Plaza Mateo. Podés sacar tu entrada en Red Tickets.

Como para cerrar les dejamos el perfil del Museo Uruguayo de Música Surf del Uruguay en el que, además de mucho material, se puede encontrar una playlist con lo que, a nuestro entender, son los 10 temas fundamentales de la música surf uruguaya. 


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