El orden y el caos se unen en un punto de encuentro para generar arte. Una esquina entre dos avenidas en las que suena una guitarra, se proyecta una película o, tal vez, solo unos pocos bailan. 

El mecanismo ordenado de engranajes técnicos del Sodre, hasta la rebeldía de algunos que trepan pisos de edificios para dejar su tag. El dolor en cada palabra que Pizarnik dejó por escrito y un John Bonham detrás de su batería de acrílico, lo suficientemente potente para cambiar la trayectoria de Flavio Galmarini. 

“Fue. Nunca volverá a ser. Recuérdalo”, escribió Paul Auster, autor al que el mundo tuvo que despedir esta semana. En un segundo, lo que estaba puede esfumarse y desaparecer con la brisa. Es, entonces, por esto, que semanalmente recopilamos las canciones que acompañan a nuestras notas en historias de Instagram. Para dejar algún vestigio que pueda a dar entender algo más.  

La selectiva indignación de los uruguayos, los grafitis de Cordón y el recuerdo de Plef

La presencia grafitera en Uruguay no le sorprende a nadie. Es parte de la visual que nos recuerda que lo inerte también puede tener vida y, además, que los colores que nos definen no tienen que estar siempre entre las tonalidades que van del blanco al negro. Existen otras posibilidades. Pero en esta oportunidad, y debido a que los estampados no se hicieron sobre puertas corredizas de comercios, ni sobre muros o medianeras, ni tampoco sobre espacios públicos, sino que implicó la invasión (escalada mediante) de domicilios particulares, no se hizo esperar el acalorado fuego cruzado de siempre, ese que rompe el silencio, pero nunca el anonimato, en las redes sociales.

Sonaron "Paint It Black" de The Rolling Stones y "Any Colour You Like" de Pink Floyd.