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Música
Ya saben quién

Trueno: “Rada es uno de los referentes de la música latinoamericana más grosos”

El rapero argentino se presentará el 2 de febrero en Atlántida, junto con Pekeño 77 y Clipper, en el ciclo “Canelones suena bien”.

26.01.2023 16:39

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2023-01-26T16:39:00-03:00
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Por Valentina Temesio

Desde que es adolescente sabe cómo actuar frente a otras personas, y que lo escuchen. Sabe, también, sobre disciplina: buscar y encontrar, trabajar y destacar. Primero en su casa, con su padre, el rapero Pedro Peligro. Después, llegaron las batallas de rap: pelear mediante palabras. Del Quinto Escalón —competencia de batallas de rap en el barrio Caballito de Buenos Aires— pasó a la Red Bull —batalla de gallos—: ganó la nacional en Argentina, perdió la internacional en España. Y se levantó. El nombre de Trueno convive con muchos jóvenes desde aquellos tiempos. Sin embargo, cada vez suena más fuerte, el relámpago anticipa su estruendo. Y sacude: amplifica las voces de otros con la suya.

En 2020, se ocupó de que La Boca llegue más lejos que Buenos Aires con Atrevido, su primer disco. Mateo Palacios habla de lo que siente. Fluye y, también, es consciente. Por eso, después de viajar con su música por otros continentes, escribió un disco sobre el suyo y de su país. Bien o mal lo terminó de posicionar como rapero y vocero de la juventud en Argentina y, también, en otras partes del mundo. Fusionó voces y diferentes géneros, participan Pedro Peligro, Nathy Peluso, Victor Heredia, J Balvin, Duki. También Randy y Bizarrap. Por eso dice que su último disco es para los latinoamericanos, porque el arte despierta.

Este 2 febrero volverá a Uruguay, un país al que está unido antes de nacer por una gran rama familiar. Tocará junto con Pekeño 77 y Clipper en el ciclo Canelones suena bien, que organiza la Comuna Canaria. Por primera vez se presentará fuera de la capital. Para él, una oportunidad para “empaparse de más cultura” y conocer el país “por completo”.

Vas a ser el único artista internacional que participa de un ciclo de música con entrada libre en un país que no es el tuyo. ¿Qué sensaciones te da?

Súper contento. Siempre ir a Uruguay para mí es hermoso. La mitad de mi familia está allá, tengo mucha cultura uruguaya en mi barrio. La Boca está lleno de uruguayos: hay llamadas, hay candombe. Siempre lo tuve muy presente. Siempre que vamos para Uruguay la pasamos muy bien.

¿Qué otras cosas compartís con Uruguay?

Lo familiar, las costumbres. La Boca, desde mi viejo hasta mi abuela. Le tengo mucho cariño al país, es muy lindo para visitar. Estuvimos en Montevideo tres veces y el público siempre nos recibió de la mejor manera.

¿Cómo ves la escena del rap acá en Uruguay? ¿Tenés contacto con algún artista?

Me gusta mucho la música beat de Uruguay, la murga, el candombe. Siento que son un país de una música muy propia y rica. Me encantaría conocer un poco más. Ver qué está pasando en Uruguay, porque un poco me perdí de la escena uruguaya desde la explosión del trap en adelante. Tengo que estar ahí para verlo. Me encantaría saber si hay algún artista en Uruguay que reivindique lo nativo, el candombe. Siento que tienen algo muy bueno para aprovechar. Además, también tienen a uno de los referentes de la música latinoamericana más grosos, que es el Rada. Así que nada, siempre creo que van a salir nuevos artistas de ahí. Solamente los tenemos que escuchar.

Vos decís que sos un vocero de la juventud y, también, de La Boca. ¿A qué tipo de personas hablás?

No sé si se puede marcar un grupo social. Yo represento a quien se sienta representado. No hago las canciones pensando qué voy a decir para que un público social se sienta identificado, sino que lo hablo desde lo personal, perteneciendo a un grupo social, a un barrio; a, quizás, una gente y a un lugar o un sector donde las oportunidades son un poco más escasas que en otros lugares y hay que pelearla el triple. Pero, después, hoy en día siento que con la música uno puede sacar una canción de Argentina, de Uruguay, y una persona que entiende español y vive en Japón puede identificarse, aunque tenga una realidad súper diferente. Algo que me pasa a mí con mis creaciones es que son demasiado personales, hablo de cosas que me pasan a mí y siento. Me dejo sorprender después por cómo la gente se influencia, se identifica y se representa con eso. Me pone contento ver que haya gente que piensa lo mismo que yo y que se sienta contenta con el mensaje y pueda hablar mediante mi música. Creo que es algo que vale un montón.

Se pueden resignificar tus letras…

Cada uno lo interpreta a su manera. Eso es lo más importante, que cada uno escuche la música y se acuerde de algún momento, que se sienta identificado. Capaz que yo digo una cosa y la gente identifica otra, pero esa es la idea de la música: que te haga vivir, que te movilice. El hip hop nace de hacerlo por vos mismo y representar a la gente que no tiene ese espacio o esa oportunidad para dar un mensaje. La gente que siente que puede hablar mediante mi música, para mí eso es un montón.

Desde chico siempre estuviste vinculado al arte y lo colectivo. Además, creciste en un barrio de migrantes, tu familia también lo fue, tu abuelo es exiliado y tocó con Zitarrosa…

Es algo que me tocó desde antes de haber nacido. Siempre agradezco que, en mi familia, además de músicos, sean artistas. Un gran mérito, que se lo tengo que dar a mi padre por lo que yo aprendí de él, por cómo me sorprendió lo que él hacía, lo que él decía. Era un poco romper esquemas. Porque cuando nacés en un barrio en el que hay mucha escasés y necesidad, también, hecha la ley hecha la trampa, hay mucha gente que en el barrio se hace respetar por otro tipo de cosas. Es muy difícil hacerse respetar bajando un mensaje o yendo en contra de la delincuencia, del consumo de las drogas, tratando de cambiarle la cabeza a los pibes, a la gente, llevándolos por un camino positivo y dándole luz. A veces, cuesta el triple. Es mucho más fácil ser respetado por el miedo o por imponencia. Y, para mí, ver a mi padre siendo un activista social, dando clases en las cárceles, en los barrios, en los terrenos baldíos y haciendo movilizaciones para los comedores de La Boca, me hizo despertar la conciencia de que uno poniendo un granito de arena puede generar un montón de cosas.

Siempre tuviste causas sociales cerca…

Yo soy consecuencia del granito de arena que plantó mi viejo, acá voy a hacer otro para que hayan otros y poder llegar a una realidad lo más linda posible, y hacer que los pibes consigan una vida linda y que encuentren su propósito. Desde que nací lo vivo así. Siempre la idea va a ser aportar un poquitito de la positividad que tenemos a los chicos, que, por suerte, hoy en día están haciendo música, saben y sienten que hay una oportunidad por el ejemplo que nosotros dimos y por mostrar que no hace falta tener dinero, un medio para perseguir tus sueños y movilizarte. Si tenés disciplina y talento, no hace falta más nada. Creo que el mensaje viene un poco por naturaleza y las ganas de hacer algo por la gente.

¿Cómo fue adaptar las canciones de Bien o mal para El Tiny? Se amplificó a un formato más internacional y La Boca llegó a otras partes del mundo.

El Tiny tiene todo lo que yo soy, intentamos representarlo ahí. Si uno ve los backstages que subimos a las redes, especificando las decoraciones en la biblioteca, los discos que hay, las bandejas, los premios. Creo que es un rejunte de todo lo que para mí significó. En cuanto a la música también, es algo muy importante. Elegimos los temas que más representan a la comunidad latina, y a Argentina más que nada. Porque sabemos que Tiny Desk es una puerta universal y que lo ve gente de todo el mundo. Llega a Estados Unidos, a Europa, a todos los continentes. Tomamos esa oportunidad para mostrar realmente el concepto de lo que a mí me pasa y lo que yo represento. Me quedé muy contento por cómo se logró y cómo salió. Máximo mérito para mi director de arte, que es con quien craneamos todas las cosas, el Dorado, y para Pedro Pasquale, que es el director musical con el que hacemos la música para el show en vivo.

¿El show de este 2 de febrero va a tener un formato similar?

Vamos con toda la banda. Yo siempre repito lo mismo: Bien o mal es un disco que se basa en las raíces latinoamericanas. Lo que más queríamos hacer era tocar acá. Así que el mejor show lo preparamos para la gente de nuestro continente, y, por suerte, vamos a poder estar en un espacio como el de este festival, que es un espacio grande y nos permite estar tranquilos, cómodos; y, además, vamos a tocar para un montón de gente porque es con entrada libre. Eso nos parece súper piola, que la gente lo pueda disfrutar sin ningún tipo de sacrificio y de costo. Creo que el foco está en eso, que la gente disfrute, que vea el show, entienda el concepto, también; tocar una vez más en Uruguay.

Hablás de Latinoamérica y, antes de que termine el 2022, sacaste un tema con Dante Spinetta que se llama “Sudaka” y forma de parte de Mesa dulce. Además, en “Dance Crip” sampleás “Coolo” de los Illya Kuryaki. De alguna manera, sigue un poco esa línea del disco… ¿Cómo se dio esa colaboración?

Tengo máxima admiración por Dante, como creo que todos los raperos de Argentina deberían de tener. Él es uno de los pilares, de los primeros luchadores también, porque el rap se gana un lugarcito ahí en la escucha del público argentino y latinoamericano. Es muy humilde, muy bueno, siento que se dio el siguiente paso después de “Dance Crip”, que era el sample de “Coolo” de los Illya para también hacer una reivindicación, no solamente a la West Coast de Estados Unidos, sino a lo que pasaba acá con el rap y funk en Argentina hace 15 o 20 años. Somos panas, me contó que estaba haciendo un disco, me mostró el tema, que, obviamente, me voló la cabeza porque es hip hop y funk, él rapea súper piola y el mensaje tiene que ver con mi disco también. Encajó perfecto.

Hay una conexión…

Eso se dio y fue demasiado espontáneo y, por eso, está así de fresco, porque no me costó decir que sí, es algo que desde que la escuchas por primera vez, te moviliza. Es muy importante para mí, porque Illya Kuryaki fueron los primeros que pusieron el rap en la radio, los primeros que pusieron a Argentina a escuchar rap con el actual que está sonando. Es una conexión que me parece importante para el país también.

Por Valentina Temesio