La banda de Chicago se presenta en Montevideo este 28 de mayo tras una larga espera de sus fans..

La banda de Chicago se presenta en Montevideo este 28 de mayo tras una larga espera de sus fans.

Por Andrés Torrón | @AndresTorron

Mikael Jorgensen se conecta por zoom desde Nashville. Wilco está terminando su gira por el sur estadounidense antes de emprender viaje a Sudamérica, donde entre otros lugares, visitarán —finalmente— Montevideo el 28 de mayo. Tocarán en el Auditorio Nacional del Sodre. Sin que le diga nada, me habla enseguida de la presentación frustrada de 2016 en La Trastienda, una enorme decepción para los fans que habían agotado las entradas con anticipación.

“Fue por un problema con el traslado del equipo, creo que entre Montevideo y Buenos Aires”, recuerda. “Lamentablemente tuvimos que cancelar. En más de 20 años que llevo en Wilco, solo cancelamos uno o dos shows sin poder reprogramarlos. Fue muy decepcionante para nosotros también, así que estoy muy feliz de poder ir a Uruguay por primera vez”. Las entradas están disponibles y pueden adquirirse aquí

Jorgensen se unió a Wilco en 2002, luego de la salida del álbum Yankee Hotel Foxtrot (2002). El primer contacto con la banda lo tuvo en el estudio de grabación. Él era técnico de sonido en los estudios Soma de Chicago, donde Jeff Tweedy y Jim O’Rourke mezclaron ese trabajo fundamental. Aunque no tuvo ninguna participación en el disco, generó un vínculo con ambos artistas. Se integró a Wilco como técnico manipulando en vivo los sonidos del grupo en sus recitales, pero de a poco fue tomando un rol más protagónico como tecladista y hasta co-compositor.

Jorgensen no solo era ingeniero de sonido. Tenía una gran formación musical y desde su adolescencia en New Jersey había estado inmerso en el mundo de los sintetizadores y secuenciadores. Además de ser parte de Wilco desde hace 23 años, ha desarrollado una interesantísima carrera artística como músico, compositor y productor.

¿Conocías a Wilco antes de tu contacto con Tweedy en el estudio?

La verdad es que solo por referencias. Tenía una idea preconcebida de lo que era su música, pensaba que era un grupo de guitarras acústicas e influencias country. No era algo que me atrajera de inmediato. Sin embargo, cuando escuché lo que estaban haciendo en Yankee Hotel Foxtrot, quedé impactado. Recuerdo escuchar esos sonidos y pensar: “Esto es algo especial, me encantaría ser parte”.

En A Ghost Is Born (2004), el siguiente disco de la banda, fuiste el ingeniero de grabación, tecladista y hasta co-compositor de una canción, “Hell Is Chrome". 

Una cosa llevó a la otra. Empecé grabando con ellos, pero sentía cierta insatisfacción creativa. Quería tocar, participar musicalmente. A lo largo de los dos años que trabajamos en ese álbum, pasé de ser ingeniero de grabación a miembro de la banda. Trabajar en ese disco —y en todo lo que hicimos después— fue una muestra de ese sentimiento que solo puede darte la música.

Tu formación musical parece ser muy diferente a las raíces de Wilco. Más allá de los prejuicios de los que hablábamos, están en el folk y el country. ¿Cuál sentís que ha sido tu aporte a la banda?

Creo que, como no tenía ninguno de esos puntos de referencia, aporté algo distinto. Crecí en Nueva Jersey, y la música country no era algo que estuviera presente en mi entorno. Quizás llegué al grupo sin el peso de esa historia musical, lo que me permitió abordar las cosas de una forma más fresca, sin estar condicionado. Podía simplemente reaccionar a lo que estaba ocurriendo en el momento, en lugar de preocuparme por todo lo que había pasado antes. No quiero decir que no aprendí sobre esa historia, pero llegué con una formación ajena al country y con un mayor interés en utilizar tecnología y explorar paisajes sonoros inesperados. Esa experimentación sonora era lo que más me entusiasmaba. Especialmente en esa época, en torno al 2002, cuando me uní a la banda.

Foto: Peter Crosby

Foto: Peter Crosby

¿Cómo influyó en ti como artista ser parte de Wilco y trabajar con un compositor como Jeff Tweedy?

Trabajar con Jeff es una experiencia maravillosa. Tiene una capacidad increíble— cualidad que creo que comparten muchas personas creativas—de volverse completamente presente en el momento de hacer música. Es como si no existiera nada más; hay un enfoque total en el ahora, en ese preciso instante en que estamos tocando juntos. Ese tipo de presencia es el estado mental perfecto para hacer música. Cuando estás completamente en el momento, tu técnica y habilidades pueden guiar la experiencia hacia cualquier dirección emocional que sientas. Ese es el espacio en el que realmente florece la creatividad. Jeff es excepcionalmente bueno en eso y es contagioso. Sin duda me ha inspirado a estar más presente, no solo al tocar música, sino también en la vida en general.

Todos los miembros del grupo están involucrados en otros proyectos musicales, Jeff Tweedy incluido. ¿Creés que eso alimenta la creatividad de la banda?

Wilco es como un jardín, todos tenemos distintos apetitos. Sería difícil si fuera lo único que hiciéramos. No habría suficiente espacio para toda la música que queremos expresar. Por eso es genial que tengamos esta estructura de apoyo increíble que es Wilco y luego, cuando no estamos en modo Wilco, cada uno pueda volver a casa y trabajar en cosas que tal vez no encajarían dentro del marco de lo que es la banda.

Creo que esa dinámica es muy saludable. Por ejemplo, Patrick (Sansone) es un fotógrafo muy talentoso, Glenn (Kotche) compone piezas orquestales, yo tengo múltiples proyectos, y Nels (Cline) es un tesoro musical. Un universo artístico en sí mismo. Pero lo que realmente hace especial a Wilco es cuando los seis nos juntamos a tocar esta música como grupo.

Foto: Peter Crosby

Foto: Peter Crosby

¿Creés que esa libertad para hacer otras cosas responde a cómo llevan 30 años juntos y siguen creando cosas nuevas?

Sin duda. La parte creativa—aunque no diría que es fácil—es ese tipo de problemas divertidos de resolver. Esos son los momentos jugosos y desafiantes que disfrutamos enfrentar. Lo demás lo logramos gracias a nuestro equipo de apoyo, mánager, técnicos, agentes. Todos están muy alineados en mantener esto viable y exitoso. Pero en el centro de todo está Jeff, que es un gran compositor, y ese lenguaje musical que hemos desarrollado entre nosotros. Siempre hay algo nuevo de Jeff —una canción, un fragmento— y eso mantiene todo en movimiento.

¿Tenés una etapa favorita de Wilco, o el último álbum siempre es el mejor?

Últimamente he estado reflexionando más sobre A Ghost Is Born, el primer álbum en el que trabajé con la banda, ya que en 2024 salió una caja recopilatoria celebrando sus 20 años. Ese disco siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Era el comienzo de mi relación con ellos, teníamos el espacio y el equipo para experimentar con ideas. Fue un proceso divertido. No fue un álbum fácil de hacer, pero estuvo lleno de aventuras. Y luego, bueno... las giras. Hemos vivido muchas experiencias increíbles.

Foto: Akash Wadhwani

Foto: Akash Wadhwani

¿Te sorprende que Wilco tenga un público importante en Sudamérica?

Sí y no. Hay una intensidad emocional en nuestra música que se relaciona con lo que conozco de la cultura latina. Cuando tocamos en Río de Janeiro en 2005 o 2006, en el TIM Fest, fue una experiencia diferente. En Estados Unidos tocamos a las 20:00, terminamos a las 22:00 y nos subimos al autobús para ir a la siguiente ciudad. Pero en este festival, nuestra hora de actuación era a las 2:30 de la madrugada. Todos pensábamos: “No va a haber nadie aquí. Este es un pésimo horario para dar un show”. Pero cuando llegamos, fue una locura. La multitud estaba desbordada. Fue un momento maravilloso de darnos cuenta y decir: “Wow, esta música realmente conecta con los fans brasileños”. Luego, cuando regresamos y tocamos en Buenos Aires, San Pablo y Santiago, la respuesta fue increíble.

¿Sigue siendo emocionante tocar en un lugar en el que no tocaron antes?

¡Por supuesto! Todo es nuevo. En Sudamérica ya hemos estado algunas veces, así que tenemos una idea de qué esperar. Pero, por ejemplo, tocamos en Polonia por primera vez y no sabíamos cómo iba a ir. Tuvimos un viaje larguísimo desde Montenegro, estábamos agotados, pero el show fue increíble. Nunca lo sabés hasta que lo hacés. Ha sido una aventura maravillosa tocar esta música por todo el mundo.

Más de Música
Comunión tribal

Comunión tribal

Punto de encuentro

Punto de encuentro

Back on the Chain Gang

Back on the Chain Gang

Cultura rebelde del Pacífico

Cultura rebelde del Pacífico