El líder de la agrupación repasa sus 30 años de carrera y se prepara para su show este 17 de mayo en Montevideo..

El líder de la agrupación repasa sus 30 años de carrera y se prepara para su show este 17 de mayo en Montevideo.

Pocas respuestas. Nulas estrategias. Los 30 años de carrera de Kapanga parecen haberse dado por sí solos. Sin planes de acción ni rutas previamente dibujadas. 

Lo que empezó como una búsqueda de entretenimiento personal, terminó dándoles de comer. Esto lo cuenta Martín "Mono" Fabio con llamativa franqueza. Sin rodeos ni ornamentos que no considera necesarios. Sin romantizar una carrera que, como él mismo describe en más de una ocasión, "se fue dando". 

El origen de la banda estuvo en la fiesta y la recreación, y más concretamente en la animación de eventos. Pocos años después lanzaron A 15 cm de la realidad (1998), su primer álbum de estudio. Con un sonido ecléctico que Martín no quiere etiquetar, recorrieron Europa y tocaron en lugares históricos de la música, como el 100 Club de Londres. 

Aún así, describe a Kapanga como una banda "muy federal". Reconoce en el público argentino su motor más eficiente cuando mira para atrás, uno que lo retuvo en su territorio y lo distrajo de otras posibles aventuras. 

Hoy, al borde de cumplir los 30 años como banda, prepara un álbum conformado por nuevas versiones de sus canciones, en las que participan artistas invitados. Recuerda que su último toque en Montevideo fue entre tapabocas y con distancia social. Este año, se presentan el 17 de mayo en la Sala del Museo. Las entradas se encuentran disponibles y pueden adquirirse aquí

Kapanga siempre jugó con la mezcla de géneros musicales. En este sentido, también evitan las etiquetas. ¿Qué permite la mezcla de géneros desde lo compositivo?

Hace tantos años que lo hago, que no lo encuentro como una rareza. Son casi 30 años de hacer este estilo de música. Nunca lo supe explicar tampoco, pero siempre evité encasillarlo. No es que me molesten las etiquetas, pero tener que explicar qué es una mezcla y por qué sí o por qué no... ahí yo solo respondo que es música. Después, si me gusta más un estilo que otro, puede ser. Lo que sí te puedo decir, es que somos una banda ecléctica que no tiene un género definido. No somos los Ratones Paranoicos. Si a ellos los ponés a hacer un tema con una base de cuarteto, lo más probable es que a su público no le guste o le desagrade. Es lo que pienso yo, capaz mañana los Ratones sacan un cuartetazo y me tapan la boca. Pero yo soy feliz así y tampoco fue algo buscado. Capaz lo que me pasa es eso. No es que hayamos decidido enganchar nada.

Entonces se fue dando de manera natural. 

Sí. Fue surgiendo entre el ensayo, el chiste y la diversión. Imaginate que hace 29 años éramos muchísimo más jóvenes, teníamos menos compromisos, todo nos importaba un poco menos. Tampoco teníamos mucho para hacer más que divertirnos, y de alguna forma lúdica lo encontramos en la parte musical. "Ramón" fue una de las primeras composiciones de Kapanga, y ahí podría estar el ADN por el que vos me estás preguntan

Cortesía de producción

Cortesía de producción

¿Cómo ves el panorama musical actual en esa línea? ¿Sentís que pesan más las visualizaciones a la hora de hacer música? ¿Está todo más planificado? 

La verdad que no estoy en la movida. La música para mí es Kapanga, es mi banda. Nunca fui de pasarme escuchando música, no tengo alma de productor discográfico. Porque a muchos músicos les gusta; hay tipos a los que les gusta el laburo de estudio y descubrir cosas nuevas. Yo de todo eso me entero por mis compañeros o por mi hijo, que tiene 23 años y a veces me recomienda bandas, porque sabe que no las escucho por mi cuenta. Salgo poco, y para arrastrarme a ver una banda es difícil. Si viene Paul McCartney, yo ya lo fui a ver. No tengo ganas de volver. Pero las últimas dos datas que me tiró mi hijo, por ejemplo, me volaron la cabeza. Fueron Paco y Ca7riel y Dillom. Y ya me había hablado de Wos hace un par de años.

Pero no es que me ponga un disco y lo escuche todo. Voy y miro los shows en vivo, que es donde más me convencen. Una cosa es escuchar una grabación y otra es ver la presencia escénica de un artista. Y la verdad es que los que te nombré me dejaron careta, porque me parecieron de otra galaxia. Yo ya soy un hombre mayor, ya cumplí 56. Desde la puesta en escena, desde la actitud, se nota que nosotros somos de otra escuela. Somos de las bandas que todavía tienen equipos arriba del escenario, cosa que se está perdiendo también. Ahora ves escenarios bastante limpios, todos sin equipos, sin monitoreo. Nosotros seguimos manteniendo esa actitud del principiante, o por lo menos yo.

La mayoría de mis colegas cantan con in ears, y yo a veces me los pongo como si fueran una cadenita. Empieza el show y me los saco de los oídos. Estoy educado de otra forma, aprendí de otra forma. Ojo que está buenísimo, a veces no te escuchás bien con tu equipo. Pienso en las viejas épocas y me vuelvo más punk. No me escucho pero bueno, canto igual. Después termino reventado, pero la intención es dejar todo.

La idea de fiesta está muy presente en su música. Además, comenzaron animando eventos. ¿Sentían que faltaba esto en la música de aquel momento?

No, sucedió. Quizás la explicación sea que fuimos consecuentes, obsecuentes, cabezaduras. Siempre fuimos para adelante, nunca nos importó mucho el qué dirán. Así fueron transcurriendo los años y los discos. Lo que empezó como un chiste, tocando en fiestas y ese tipo de cosas, en verdad era lo que nos daba de comer. Para que entráramos en el circuito tuvo que pasar un tiempito. Desde que armamos la banda hasta que salió el primer disco, habrán pasado tres años. Después de que salió el disco empezamos a salir de Quilmes y a recorrer el país, visitar otros lugares, como creo que empiezan la mayoría de las bandas.

Cortesía de producción

Cortesía de producción

Llevan casi 30 años de carrera y crecieron como personas. ¿Cómo creés que cambió la banda a través del tiempo? 

Fue natural. Yo dejo que pase, no sé si intento buscar nada. Si tiene que suceder sucederá, es así. Y creo que si hubo cambios en estos años, fueron para mejor. Estamos los que queremos estar, los que amamos a esta banda. El equipo de trabajo acompaña y por suerte no nos aburrimos. Todavía no nos agarró eso de no querer subir al micro de gira. Te puede pasar en cualquier ámbito laboral, porque vos no te llevás bien con todos. Sería un golazo si todos fuéramos amigos. Pero algunos piensan diferente, los años van pasando, nos vamos poniendo viejos y mañosos, entonces es difícil. Pero nosotros todavía sentimos la necesidad de vernos, de abrazarnos, de subirnos a un micro de gira y divertirnos. Después, todo esto se traduce en un montón de personas que nos vienen a ver.

¿Hay una clave para seguir en sintonía con un equipo de trabajo durante tantos años? 

Sobre todas las cosas, tener amor por lo que hacés. Después, ser sinceros con nosotros mismos. Yo me puedo levantar todos los días y mirar a cada uno de mis compañeros a la cara, y decirles que los quiero mucho sin que sea una mentira. No es fácil, no nos enseñaron a manejar un grupo de personas. Eso no se aprende en las universidades. Nosotros aprendimos todo en la ruta, en los toques, en los ensayos, en las grabaciones, lo aprendimos en la vida. Se trata de saber que todos tiramos para el mismo lado. Podés tener alguna diferencia, pero el objetivo siempre va a ser el bienestar de la banda. Cuando se acabe eso se acaba el proyecto. Yo lo siento así; el día que no sienta la necesidad de ver a mis compañeros, de salir a tocar, de subirme a un micro de gira, no sabría qué hacer. Porque a veces me pongo a pensar qué se hace, pero no sé hacer otra cosa. Quizás podría pensar en otra actividad, pero no me encuentro fuera de cantar canciones. Por eso también está durando tanto, porque ninguno de nosotros sabe qué hacer. Es cuestión de probar, pero por el momento no tengo ganas.

¿Cómo ves el futuro de la banda? ¿Qué proyectos tienen en mente? 

Estamos haciendo un disco de celebración por los 30 años de la banda, empezamos a grabar nuevas versiones de varios temas. Ya salió la primera, "El mono relojero", que fue el primer corte del primer disco, grabada con Pablito Lescano y Damas Gratis. Estamos en ese proceso. En noviembre se celebran los 30 años, así que estamos viendo qué hacemos. Terminando de grabar algunas canciones con otros invitados y eso, que siga la rueda.

Tocan este 17 de mayo en la Sala del Museo. ¿Qué se puede esperar el público? 

Va a ser divertido. Me acuerdo con exactitud de la última vez que estuvimos en Montevideo. Habíamos programado el show, pero vino la pandemia y se suspendió. La reprogramación fue recién a los dos años; todavía era con gente sentada, distancia social y barbijos. Y antes de los últimos dos temas, el regente del lugar vino y le dijo a nuestro mánager: "Decile al Mono que le diga a la gente que si se quiere parar y bailar puede, porque se terminó la distancia social". Se abrían las restricciones. No sé cuántas personas serían; 200, 250. Fue una emoción. Era como volver a vivir, y los loquitos que estaban ahí se "poguearon" con barbijo. Eso sí, el barbijo no se lo sacaron. Pero esa fue la última vez que fuimos. Es raro porque estamos al lado de Uruguay, podríamos ir todos los fines de semana. Pero fuimos muy pocas veces, habremos ido cuatro veces en 30 años.

Cortesía de producción

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¿Fue por algo en particular?

¿Qué sé yo? No se dio. Fuimos 12 veces a México y a Uruguay fuimos cuatro. A Chile fuimos dos, pero somos una banda que recorre mucho la Argentina. Somos una banda muy federal. También nos pasó eso durante nuestra carrera, el tener tanto laburo en tu lugar de origen a veces hace que no salgas. No sé si es por comodidad, porque yo quiero gloria también. Pero la gloria ya la alcancé habiendo transcurrido tantos años haciendo lo que más me gusta, no importa en qué país sea que toque. El año pasado pudimos irnos de gira por Europa; hicimos España, Londres, y son lugares increíbles. Pero yo eso me lo tomo como un regalo que me da la música.

Parte de sentirme en la gloria es saber que esto es un premio. No voy por la plata, voy por el honor. La medalla te la colgás del pecho. Nosotros tocamos en un lugar en Londres que tiene 80 años, el 100 Club. Ahí tocó Paul McCartney, tocó Iron Maiden, los Sex Pistols, The Doors. Fuimos una de las pocas bandas argentinas en ir a ese lugar, y sigue igual que hace 80 años. Eso también es gloria. Plantar bandera ahí, ir y tocar. Después hemos recorrido Europa, hicimos un montón de cosas. Kapanga ya nos llevó a 18 países. Yo siempre digo que somos una banda federal, pero en 30 años hemos recorrido otros países, aunque la mayoría de nuestra historia se haya desarrollado acá en la Argentina. Tiene mucho público y distancias muy grandes, entonces vos hoy podés tocar en Buenos Aires, mañana en Mar del Plata y pasado en Neuquén. No vas a tener el problema del público, porque el que va a verte a un lugar no va al otro. La movida es diferente.

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